PALESTRA

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Ardemos en llamas cuando nada nos complace,

hervimos la paciencia a fuego alto,

sin pensar en las consecuencias.

Se hinchan nuestras venas y se derrite la compostura.

Entonces, lo peor de nosotros sale a relucir;

estallamos sin control y se ausenta la educación.

Por un momento, la vida apesta,

y precisa su sistema corregir.

Ante nuestros ojos,

nuestra razón es la que importa,

primando la lógica unilateral de la imposición;

el juego de la palabra y el discurrir

se enfrentan en tamaña contraposición.

Dos verdades absolutas que ameritan un solo juicio.

DE AMOR Y DE MUERTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora