EPÍLOGO

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Vivo en un incesante atardenochecer, escribiendo en defensa de la noche, contemplando el atardecer de mis amores con incierta sobriedad, hasta que la noche sideral apaga mi fuego atardecer, que muere difuminado entre hombres, bestias, dioses.

En un mundo cavernario, donde abunda el amor iracundo de víctimas y victimarios, donde el abusador abusado es un patrón que se repite a lo largo de la historia, es inevitable cuestionarse todo y hacerse preguntas indispensables; que se discuta la eutanasia con altura de mira, que se indague a fondo a la iglesia y se erradique su perpetuo pecado original, para no sentirme más con la obligación social, ética y moral de denunciar cosas como estas, bajo el triste desdén, catalogado como 'el poeta de la muerte'.

Por esto, los sueños vienen a ser el mejor escape de lo mundano y cruel de la vida diaria. Necesitamos colectivizarnos en un mismo ideal, justo e igualitario, y en una apelación universal, lograr la total solidaridad del alma que fluye buscando esa mágica fantasía, que sólo se halla aplicando la fórmula exacta; para que abonada de generosidad, nazca y crezca la flor de tu jardín, colmada de porvenir.

Y en este ensueño, viajo libertario, hasta donde mi inspiración lo permita, y en cada aterrizaje, sabré que me espera una 'Dama de Tréboles' que sueña junto a mí.

"De amor y de muerte", define estos conceptos desde mi percepción personal. Es la 1ra vez que me expreso, abiertamente, sobre el amor, este sentimiento humano tan particular y esencial; si no existe química, seremos dos seres que flotan como volantín en universos distantes. También, saltan a la palestra los oscuros miedos y fracasos de un doloroso historial, y donde la inmolación emocional era una opción reiterada que marchitaba mi esencia.

Mi carácter indómito, dificultó que los designios se cumplieran, y que llegase a preguntarme: ¿qué es amar? La interrogante permanece en el debate...

La vida está llena de amores pasajeros, que cuando los recordamos, reviven en la memoria breve de un bello y feliz amor fugaz. Mariposas y libélulas se liberan de la prisión de estos amores cautivos. Y aún, si te amé sólo un día, ese beso efímero seguirá siendo una bocanada de aliento que me despierte en el silencio aletargado que me invade en la soledad, y así, persistirá indeleble.

En 'canciones póstumas', un humilde homenaje a grandes artistas que no necesitan presentación.

Poetas, entre la vida y la muerte, es la impronta de este caminar en paralelo, que se manifiesta en estas palabras, en forma poética, describiéndose a sí mismo, como el poeta triste, que transita junto a mi ser, desvelando a esta bestia elegiaca, que muere por dentro, desangrado, en la hora más oscura, cuando el ritual de aquel joven de antaño, el ausente de 18 años, remece mis entrañas con cada estocada de tristeza extrema o de sufrimiento infatigable que se presenta, en este torbellino zigzagueante que me arrastra y me arrincona al borde de un abismo; y allí mismo, en mi límite, convierto este tormento en una oportunidad de transmutación, y entonces, ¡muero para vivir!

Esto es, pues Amigas y Amigos, quien soy, un sensible ser humano que intenta serlo, de la mejor manera posible en sus actos.

Agradecido de todas y todos, por cada comentario u opinión, los cuales recibo con el mayor respeto y disposición.

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DE AMOR Y DE MUERTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora