Yeriel.
- ¿Qué tal te fué? -preguntó el pelinegro apenas entré al departamento, me estaba quitando mi calzado en la entrada. Mis pies dolían demasiado debido a mi caminata por todo el aeropuerto.
Hoy Hoseok emprendió su viaje sin fin, y como buena amiga que soy, me despedí de él en el aeropuerto. Sólo que me había perdido y estuve caminando sin saber dónde se encontraba.
- No me gustan las despedidas, pero lo hice por Hoseok -murmuré mientras caminaba como un jodido pingüino, en serio que mis pies me estaban matando. Me lancé sobre el sofá y recosté mi cabeza sobre las piernas de mi hermano quien veia televisión-. ¿Y tú?, ¿cómo te fué en la universidad?
- Bien, hoy tuve sólo dos clases ya que el profesor del tercer bloque se enfermó.
- Oh.
- Yeri, ¿puedo preguntarte algo? -preguntó Jimin.
- Dime.
- ¿Qué tal va la universidad? -preguntó sin ninguna pizca de inocencia, insinuando lo cierto.
Jodí. ¿Cómo se enteró? De seguro me va a regañar y su papel de hermano mayor saldrá a la luz.
- Ay ya. Sí, dejé de estudiar. ¿Querías saber eso?, pues ahora te lo confirmo -confesé nerviosa. Me incorporé sobre el sofá y apoyé la espalda sobre el respaldo del mueble, tapé mi rostro con ambas manos esperando a que comenzara a decirme lo que había hecho mal.
- Oye, eso no tiene nada de malo. No eres a la primera persona en el mundo que le ocurre esto, ni tampoco serás la última Yeriel. No estudies algo que te traerá infelicidad. Sé feliz haciendo lo que te guste y deja de pensar en los demás, piensa en tí niña tonta.
- Pero papá...
- Eso es otro tema, debes contarle. Sí, lo más posible es que no le guste la idea. Pero ese era el sueño de él, no el tuyo. Así que cuento corto; haz lo que te plazca con tu vida, menos acabar con ella -bromeó-. Y sobre papá, lo superará. ¿Está bien?, deja de complicarte pequeña.
- Está bieeen, gracias -dije aliviada.
Me levanté del sofá e hice un recorrido por el departamento; pasé a la cocina a beber agua, después al baño a mojarme el rostro y finalmente a mí habitación dónde me lancé sobre mi comodisima, y querida, y amada, y deseada cama.
Suspiré profundamente y esbocé una sonrisa, estaba feliz. Me había quitado el gran peso que traía en la espalda de hace meses.
Vivía con la intriga de querer saber cómo reaccionarían mis cercanos al enterarse de mi "problema". Sin embargo, no debería preocuparme por lo que vayan a pensar de mí, aún así lo hago porque lamentablemente si me interesa saber lo que piensan de mi. Y eso me termina afectando de alguna manera.Sí, a veces suelo ser masoquista. Y debo admitir que no me molesta sufrir un poquito. Ustedes se preguntarán que clase de persona soy yo con lo que acabo de confesar, pero ni yo tengo idea.
- Oye, despierta.
- ¿Que quieres Jimin?, déjame dormir un rato -balbuceo somnolienta.
- ¿Puedes ir al departamento de Jin y pedirle azúcar?
- No, no puedo. Jimin, quiero dormiiiiiir.
- Es que me daré una ducha ahora, y sabes que me demoro en el baño. Vamos, es solo al piso de abajo. No te cuesta nada.
Abrí los ojos y fruncí el ceño. Me senté sobre el colchón, miré a Jimin con molestia pero luego relajé mi rostro, aceptando su pedido.
- Ya, está bien. Sólo porque es el departamento de Jin, a todo esto, ¿para que necesitamos azúcar?
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ET IRIS (Taehyung) (sin editar)
Fanfiction⚠️advertencia:esta historia la escribí en mi adolescencia ⚠️