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Park Yeriel.

La tarde en Busan con Taehyung fué divertida. Fuimos a varios lugares e hice de guía turística.
Cuando íbamos de vuelta al hotel, pasamos a una tienda y compró un tinte para su cabello, de color rojo.

— ¿Crees que puedas ayudarme con la tintura? —preguntó mientras salíamos de la tienda.

— Claro, ¿lo harás ahora? —el asintió.

El trayecto al hotel fué silencioso, ninguno decía algo. Y yo sentía esa necesidad de querer romper el hielo para acabar con el silencio incómodo en el que nos encontrábamos.

— Pronto voy a volver a trabajar —dije derrepente—, pero no volveré a una cafetería. Pensaba en trabajar en una tienda de discos o librería... ¿Tae?

Taehyung estaba de lo más distraído cuando comencé a hablar. Se veía extraño, bastante.
Parecía que su estado anímico cambió en unos segundos porque antes estaba súper bien.

— ¿Taehyung? —le hablé.

El mantenía su mirada en el suelo, cabizbajo mientras seguía caminando. Sus labios estaban fruncidos y patea una piedra cada vez que avanzaba.

Me frustré un poco al ver que no me ponía atención así que adelanté unos pasos y me coloqué en frente de él. El castaño se detiene y alza la mirada, me mira con unos ojos tristes.

No comprendo esta situación.

— ¿Sucede algo? Tu estado de ánimo cambió repentinamente —pregunté con preocupación, el sonríe pero se transforma más en una mueca.

— Estoy bien —contestó simplemente, yo ladee la cabeza e hice un puchero ante su respuesta.

Está bien, no puedo obligarlo a que me diga todo lo que le sucede, si no se siente bien y no quiere contarme, está en todo su derecho. Pero tengo demasiada intriga respeto a eso.

Y se ve fatal. Quiero hacer algo para que se le quite esa cara triste, o para que se sienta mejor. No le puedo decir nada porque no sé lo que le ocurre, así que lo único que pasa por mi cabeza es darle un abrazo.

— Tae, abre tus brazos —le dije, el frunció el ceño y me miró desconcertado, aún así me hizo caso y los extendió.

Me acerqué a él, rodeé mis brazos en su torso y apoyé mi cabeza en su pecho. Él tardó corresponder ya que luego de unos segundos me rodea y hace que quedemos más juntos.

— A veces, un abrazo es mejor que reconfortar con palabras. Sé que te sucede algo, no me gusta verte así, espero que puedas sentirte mejor pronto —murmuré, con mi mano acariciaba su espalda.

No sé cuántos minutos duró el abrazo, sólo sé que fué el más largo que he dado. Pero se sentía bien.
El abrazo que le dí a Taehyung era para que él se sintiera un poco mejor, era para él. Sin embargo, yo sentí un peso menos, algo aliviada y llena.

Ambos nos separamos y caminamos hasta el hotel. Taehyung no tenía dónde quedarse así que lo llevé conmigo, en la habitación que había tenían un sofá muy cómodo.

Estaba buscando algo entre las maletas cuando escucho a Tae llamarme desde el baño.

— Hobbit, ayúdame con el tinte —pidió.

Caminé hasta el baño y ví a Taehyung leyendo las instrucciones de la caja del producto.

— Siento que lo haré mal. Si lo hago yo, lo más probable es que no me quede en todo el cabello —dijo y me entregó la caja.

— ¿No tienes que decolorar tu cabello primero para aplicar el tinte rojo? —le pregunté mientras sacaba lo que había en el interior de la caja. Él encogió sus hombros.

ET IRIS (Taehyung) (sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora