Yeriel.
— No quiero, no lo haré y punto.
¿Que se creen? ¿Fingir ser la novia de TaeHyung?
— Por favor hobbit, es una situación crítica —pidió Taehyung. Bufé molesta, ya me estaba acostumbrando a los apodos que me tiene el odioso, y todos tienen que ver con mi estatura.
Hace dos días están intentando convencerme —si, todos e incluso Jimin—, pero me he negado rotundamente a ayudarlo. ¿Por qué? Por el simple hecho de que fingir ser esto implica darse mimos, y besos. Porque los novios se dan besos, ¿no?
— ¿Por qué no le pides a Yoongi? Le pones una peluca y maquillaje, listo. Pasa desapercibido.
Yoongi, quién estaba con nosotros, nos miró con sorpresa pero molesto. Con su ceño fruncido y todo.
— Váyanse a la mierda. No me pondré ningúna puta peluca y maquillaje —se quejó y se acostó sobre el sofá de la sala—. Ahora voy a dormir.
— No te quejes mucho pequeña sanguijuela —me dijo Jin—. Tae te cuidó cuando te sentías mal el día que nos fuimos de vacaciones y tuvieron problemas con el auto, también cuando...
— Ya entendí Seokjin —lo interrumpí.
El siempre sabe cómo convencerme cuando no quiero hacer algo. Pero también tiene razón con lo que acaba de decir.
A pesar de mí mala relación con Taehyung, me ayudó en momentos de crisis y debo volverle eso. Solo por eso aceptaré y nada más, porque en realidad no quería.— ¡Ya!, está bien —acepté rendida, los chicos sonrieron y Taehyung puso esa sonrisa victoriosa, Yoongi que estaba durmiendo elevó su brazo y subió su pulgar, signo de aprobación —. Ahora, saldré y volveré en la tarde.
— ¿Irás dónde papá? —preguntó Jimin, yo asentí mientras colgaba mi bolso en el hombro y me dirigía a la puerta.
— ¡Suerte! —gritaron todos al unisono antes de que cerrara la puerta.
Bajé en el ascensor a la planta principal y saludé al conserje quien por poco se quedaba dormido.
Estaba realmente nerviosa, muy nerviosa. Tenía miedo de todo. No quería enfrentar la verdad, no quería escuchar a mi padre decir palabras que me iban a doler, no quería llorar por las excusas que pondrá por no haberme contado antes.
Un sabor amargo me invadió y una sensación no agradable corrió por mis manos.
Quería seguir siendo cobarde.
Mi padre me mandó un mensaje de texto con su ubicación para que fuera hacia allá, una cafetería con un parque en frente.
Cuando lo encontré allá su aspecto era algo desagradable; tenía unas ojeras enormes, se veía agotado y todo por mi culpa. Yo lo dejé con el alma en un hilo cuando me enteré y lo traté mal.
Basta.
Estaba sentado en una mesa bien alejada de los demás, eso es algo bueno. Sobre la mesa habían dos cafés con una servilleta en su respectivo lado.
Me senté en el asiento vacío, frente a él. Era fácil notar que al igual que yo, estaba nervioso.
— Sé que esto es difícil para tí —comenzó, pero se detuvo y tomó un poco de su café—, pero debes saber que nada de esto es tu culpa.
— ¿Podría ser más directo por favor? —pedí un poco molesta. No me gustaba esto, se demoraba mucho en hablar y lo hacía cada vez más doloroso de lo que ya era, por supuesto.
Con el pulgar y su índice tocó el puente de su nariz, masajeando. Luego se enderezó y siguió hablando.
— Lo siento, pero se me está haciendo difícil —hizo una pausa, respiró hondo y siguió—. Cuando tu madre y yo estábamos juntos, tuvimos un par de discusiones. Y en una discusión que fué la más fuerte de todas, tu mamá se había acostado con su ex pareja después de haber peleado conmigo, no es necesario que sepas la razón de nuestra discusión, pero esta es la raíz de todo. Entonces, como te decía. Tu madre unos días después me pidió que la viera y solucionamos el problema que había, y ahí fue cuando me dijo que tenía un bebé en camino. Estaba tan contento que no había recordado que la madre de Jimin y Jihyun estaba esperando al primero, en fin —tomó otro sorbo de su café y continuó—. Tu madre cuidó mucho de ti cuando estabas en el vientre de ella, hasta que el día del parto hubo complicaciones en ello y ella tenía que decidir entre su vida o la tuya, o eso era lo que yo creía cuando los doctores me dijeron eso.
Miré por un momento el vaso con café que tenía en frente mío, no había tomado nada de este. Mis manos estaban sobre mis piernas, ambas juntas y temblaban un poco.
Estaba más nerviosa de lo que pensé. Todo lo que estaba oyendo no lo creía, nada de esto lo creía porque siempre viví en una mentira. Y oír la verdad después de veinte años no era bonito, por que al oír lo que en realidad ocurrió, era como escuchar otra mentira más.
— Ahí fué cuando a los días después llegué a casa contigo en los brazos, Jimin había nacido antes que tú y por ende su madre estaba en casa. Cuando llegue hubieron complicaciones, pero ella al final comprendió todo y te quiere como si fueras de su propia sangre, lo sabes ¿cierto? —ni siquiera pude murmurar un "si", apenas asentí—. Pero me pidió que hiciera un examen de paternidad para descartar, yo le dije que lo haría pero dentro de un tiempo más. Hasta que lo hice y descubrí que no eras de mi sangre.
Mi labio inferior comenzaba a temblar, tenía unas ganas de llorar. Pero me contuve y tomé el vaso con café —que ya estaba casi frío—, y me logré calmar.
— Ese día fuí a la casa de tu abuela materna y hablé con ella, que sabía la verdad de todo. Me contó que el día de la discusión entre ella y yo —como te dije anteriormente—, se acostó con su ex. El día que se enteró de su embarazo sabía que el padre no era yo y fué con el verdadero que hizo oídos sordos y no quiso reconocer ni nada de eso. Ella no sabía a quien recurrir y ahí fingió que tu eras mi hija, también me ocultó que tenía una enfermedad terminal y por eso ella falleció realmente. Y antes de que muriera dejó una carta explicando todo, pero estaba tan enojado que la quemé...
Sentía un fuerte dolor en el pecho y no podía calmarme de eso. Aún así, mantuve la postura y seguí escuchando.
— Yeriel, no creas que por todo lo que te he contado yo no te quiero. Eres la única hija que tengo y realmente ha sido una de las cosas que no me arrepiento fué no dejarte, porque otra persona pudo estar en mi situación, y te hubiera dejado con otra persona. Pero yo no podía, porque desde el primer momento en el que te tuve en mis brazos prometí que iba a cuidarte y protegerte. Eres mi pequeña princesa Yeri, y eso no va a cambiar nunca...
Pensé que... pensé que, que después de toda la verdad que me contó iba a pedirme que dejara de ser de la familia. Pero lo último que había dicho me tranquilizó tanto, a pesar de que me costará asimilarlo. Sentí un gran peso fuera de mi espalda.
Respiré hondo y contuve la calma, no quería llorar en frente de él y en un lugar público.
— Gracias por aclarar todo, papá. Creo... creo que después de todo no es tan malo, debo sentirme agradecida por todo lo que haz hecho por mí, al igual que con la madre de los dos idiotas de mis hermanos. Pero necesito irme ahora, y-yo... Yo no me siento bien, pero la situación ya está bien. No puedo estar molesta después de todo, así que... Gracias.
Me levanté del asiento y tomé mi bolso, para irme. Salí lo más rápido que pude de la tienda y un par de lágrimas brotaron en mis ojos, inflé mis mejillas de aire y boté de a poco, intentando mantener la calma.
...
— Todo va a estar bien, ya no hay mentiras. Sonríe Yeri, eres fuerte —me dije a mi misma antes de abrir la puerta del departamento— ¡Ya llegué! —Grité al ingresar. Quité mis zapatillas en la entrada y me puse mis pantuflas.
— ¿Cómo te fué? —preguntó Jimin quién se había levantado del sofá al verme. Se veía tan preocupado.
— Bien, todo bien. No hay nada de que preocuparse —dije, pero mi hermano no se veía del todo convencido. Por eso, sonreí y toqué su hombro—. Enserio, todo está bien.
Él suspiró y me abrazó.
— Eso es bueno, creí que ocurriría algo malo después de que escucharas a papá. Estoy mas tranquilo. ¿Tú lo estás?
— Claro que sí —bueno, no del todo. Pero no mentía.
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ET IRIS (Taehyung) (sin editar)
Fanfiction⚠️advertencia:esta historia la escribí en mi adolescencia ⚠️