El Sumiso ~ 33

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Narra Lali:

Santino entra en la cocina con mi celular entre sus manitas. Me lo da y lo agarro dejándolo en la mesa:

— ¿Listo? — le pregunto sonriendo —. ¿Ya has terminado de hablar con el tío?

— Sí, ya he terminado de hablar con el tío. Ha dicho que quería hablar con vos, pero yo le he dicho que no, que no podías hablar con él en este momento.

Trago saliva. Menos mal que Santino ha sido obediente:

— Bien.

— Pero me ha dicho que quería llamarte después entonces.

Suspiro. Peter no para hasta conseguir lo que de verdad quiere. Es muy luchador, demasiado desde mi punto de vista, aunque claro está, cada persona tiene sus virtudes, y además sus defectos:

— Mami — Santino, como de costumbre, me despierta de sus pensamientos.

— ¿Si?

— ¿Vas a llamar después al tío Peter o no?

— Puede que sí, un poco más tarde. Pero ahora, como bien te dije antes, me apetece ver una película con vos. Además, hice pochoclos dulces, como a vos te gusta.

Santino sonrió:

— ¡Sí! ¡Pochoclos dulces!

Saco la bolsita de pochoclos del microondas, la abro y la vuelco sobre un bol. Veo que Santino quiere agarrar uno, pero le saco la manita con cuidado:

— Enano, todavía no se pueden agarrar. Cuando están tan calientes, te pueden hacer mal a la panza, ahora cuando se enfríen un poco, te comes los que quieras, ¿si?

Él asiente y me agarra la mano. Yo con la otra mano agarro el bol y juntos subimos a mi cuarto. Coloco el bol en la mitad de la cama, Santi se sienta, se saca los zapatos y se acuesta en mi casa:

— ¡Preparado para ver la película! — exclama feliz desde mi cama.

Yo le miro y sonrío:

— ¿Qué película querés ver? — le pregunto sacando la caja de metal en la que tengo varias películas.

Santino se acerca a la caja de metal que acabo de poner sobre la cama y rebusca. Finalmente saca la de Zootopia de Disney. Lo miro y sonrió mientras prendo el DVD:

— ¿Esa?

— Sí mamá, esta quiero. Aún no la vi con vos y me gusta mucho esta película.

— Bien, pues la veremos juntos esta vez — digo sonriendo —. ¿La viste con Tina?

— Con Tina, y con el tío Nico en el cine. Pero como vos casi siempre estás ocupada con todo el trabajo — Santino suspira y vuelve a acomodarse en la cama —. Aún así, sos la mejor mamá del mundo, la mejor que me pudo tocar.

Sonrío de vuelta, medio emocionada:

— ¿Aunque no te haya dado el papá que de verdad te merecías?

Santino asiente:

— Sí, aunque no me hayas dado el papá perfecto. Vos sos la mamá perfecta, más buena y más linda del mundo. Y me has dado a los mejores abuelos y a los mejores tíos del universo — dice sonriendo- Se vuelve a levantar de la cama y me abraza por detrás.

Yo suspiro un poco apenada por el tema del papá de Santino, aunque a la vez estoy feliz por todo lo que Santino acaba de decir:

— Te amo mi chiquitito — digo dándole un beso en la sien.

Justo entonces, pongo la película en el DVD y esta comienza. Santino y yo nos acostamos en la cama abrazados y miramos la película, esta vez sin nadie de por medio que nos estorbé, tampoco trabajo. Estamos felices, y tenemos que aprovechar esos buenos momentos, por muchas cosas que hayan ocurrido antes.

-...-

Narra Peter:

Euge corta la llamada y me mira fijamente:

— Dicen que puedo ir allí para que me cuenten todo. La monja es una mujer muy simpática, y parece buena persona. Me ha dicho que a los padres adoptivos no les pueden contar nada para tapar el infierno del que proceden los nenes — Euge suspira —, pero cuando los niños adoptados cumplen la mayoría de edad, pueden reclamar que les cuenten sus orígenes. Así que tal vez mañana emprenda el viaje con Rufina...

— ¿A dónde? — pregunté.

— A Río Negro. El orfanato se encuentra allí.

¿Hasta Río Negro? Sí que tenía ganas de descubrir cuáles eran sus orígenes. Aunque buen, era completamente comprensible. Tal vez si yo fuera adoptado, también me gustaría saberlo, y no pararía de luchar hasta enterarme de todo.

— Es tu elección, yo te apoyaré.

— Gracias, Peter. Sos muy bueno.

— Te quiero mucho, Euge. Aunque ya no estemos juntos, te sigo queriendo.

— Yo también a vos, Peter — Euge sonríe —. Te avisaré de todo mañana. A ver si puedo conseguir saber algo nuevo de mi historia.

— Obvio, cualquier cosa que necesites, me decís y listo.

Euge asintió.

— Y ahora, tengo que irme. Quiero ir a ver a Lali, y a Santino. Santi me llamó y bueno, me dejó preocupado.

— Anda con ellos. Y mucha suerte.

— Chau — la doy un beso en el cachete, me despido de Rufina y salgo de la casa. M

Un poco más tarde, me encuentro manejando el auto hasta la casa de Lali. Cuando llego, estaciono y voy hasta el portal del edificio en el que vive. El portero, que me conoce, me deja subir en el ascensor, acompañándome hasta la última planta, que es en la que vive Lali. Se despide de mi y yo entro en la casa.

— ¿Lali? — pregunto.

Aunque nadie responde. Me da vergüenza recorrer la casa sin su consentimiento, así que vuelvo a gritar su nombre, rezando para tener suerte de que Lali, o Tina, o incluso Santino, respondan a mi llamado.

— ¡¡¡Lali!!!

Justo entonces, veo a Lali bajar por las escaleras. Tiene puesto el pijama y el pelo recogido en un moño mal hecho.

— Peter... — dice solamente al verme.

— Hola. Santino me llamó, y como no pudiste atenderme, me preocupé. En cuanto he salido de la casa de Eugenia, he venido hasta acá.

— Estoy bien, así que no te preocupes.

— ¿Santino? — pregunto.

— Está arriba, dormido. Después de la película se ha quedado dormido. No ha tenido un buen día, creo que te lo ha contado. No quiero despertarlo hasta la hora de cenar.

— Ya me ha contado, sí. Y creo que has hecho bien en contarle todo lo que pasó. Él no parece molesto con vos...

— Es que no debería estarlo, creo que lo he hecho lo mejor que he podido. El culpable fue Mariano, yo pensé que él iba a ayudarme con el tema del embarazo, pero no lo hizo.

— Lo siento mucho...

— No lo sientas. Ya ha pasado. Pasó hace muchos años.

— Lo sé, ¿querés que me quedé con vos un rato? Al menos, quiero esperar a que Santino se despierte, quiero saludarle.

— Esta bien. Podés quedarte — dice ella sentándose en el sillón, algo fría y distante.

Pero, yo tengo una misión. Que me cuente con detalles, todo lo que ocurrió con ese Mariano. 

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