Pt. 9 - Cantera

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Un lugar alejado del viejo edificio, el espacio donde la consciencia se vuelve una unidad con los golpes del corazón, en el que se ahogan las penas en un mar negro de taza de café, usualmente frecuentado por estudiantes de facultades bohemias del instituto más cercano, en estos momentos el aire puedes acapararlo tú sola, la única en el lugar, sentada en una de las mesas especialmente diseñadas para dos personas, y en frente tuyo una silla vacía dónde pretendías sentar tu inquietante sentimiento de ansiedad, tan constante, te carcomía por dentro día a día. Faltar a clases y saltar la seguridad del instituto era excitante en sí mismos, pero cruzar la puerta del Café Almendra siempre resultaba el premio mayor.
La superficie de la mesa se empaña y refleja tu rostro, le das la espalda al bar y no interceptas el momento en que reposan casi entre tus manos una taza considerablemente grande de mocachino bien calentita. El barista se sienta justo frente a tí.
-Hola, amiga de Yoongi.

Taehyung. Es él. No es su voz, pero es él. Mierda.

Levantas la vista. Te sientes mareada.

Definitivamente es él. No es su físico pero...

Son los dos minutos de silencio más largos en la historia de los encuentros incómodos, y es ahí cuando el barista debe intervenir. Se aclara la garganta y sonríe tímidamente, limpia la superficie de la mesa, dándole más lustre y reflejo, con un paño que colgaba sobre su hombro. Sus hombros eran bastante amplios, eso es muy atractivo.
Es el atractivo Seokjin, el encantador. De repente te das cuenta que es una vergüenza monumental.
-Lo siento, no te reconocí -musitas, intentando que suene ¿Como en confianza?, Es cuando hablas que reconoces que el silencio del Almendra te abrumó desde tu llegada. Te escondes detrás del café, bebés un sorbo y te quemas la lengua, lo bajas y disimulas el dolor.
-Se te da bien eso -ríe estrepitosamente. Le acercas el café y le sucede exactamente lo mismo a él.
Es momento de pensar. Clases de 6:30 am, cargando con una resaca, o con trasnocho, o simplemente falta de ganas de todo, siempre las mismas razones por las cuales te escapas de clase casi a diario, y él siempre había estado allí. Aprovechando su horario salteado, Jin tomaba los turnos matutinos más temprano que cualquier otro establecimiento, y siempre te servía el café. Lo bueno es que tu mente conecta todo y dejas caer la frente contra el vidrio, hace ruido y te desordenas el cabello con los dedos.
-Lo siento -dices, imitando un sollozo -, soy una tonta.
-Claro que lo eres -ríe -. Como compensación, podemos compartir un taxi hasta tu edificio -levantas la cabeza -, y por "compartir", me refiero a que será a costa tuya.
-¿Vas a la casa de Yoongi?
Titubea algo inaudible, moviendo su cabeza de lado a lado.
-Iremos a una cantera, ¿Te nos unes?
No se le puede decir que no a una petición así. Es la oportunidad perfecta para saciar tu sed de Kim Taehyung, porque había un constante río de agua picante que daba vueltas en tu vientre, pero que desembocaba en tus labios, y te resulta casi imposible disimular el deseo. Asientes, acomodándote el cabello hacia atrás. Estás lista para avivar la llama de tu cuerpo y proceder a apagarla, era algo de lo que no podías depender, porque ser esclava de un deseo corrompía el pensamiento.

Jin ni siquiera te deja sacar el dinero de fácil acceso que guardas en uno de los bolsillos pequeños del bolso, se lo intentas reponer a él pero éste lo toma, lo cuenta y lo vuelve a guardar en el mismo bolsillo de tu bolso. Era encantador, de eso no hay duda.
En cuanto bajan del taxi, se encuentran con los otros 6 del escuadrón, haciendo estupideces alrededor de una van rojo ladrillo con pinta de los años 70 por la cual no darías ni un duro, pero, piensas, debe ser la adoración de uno de ellos. Todos los saludan, pero el de Taehyung hacia tí es el que se gana el primer puesto en cuestión de atención.
En cuanto sus miradas se cruzan, no se despegan sus ojos de ti, camina abriéndose paso entre sus amigos y se te acerca para abrazarte, que dura unos pocos 32 segundos más de lo que debe durar. Eso es algo que Yoongi dedujo desde la fiesta y después en cada encuentro, la tensión sexual entre ustedes dos era más que obvia para él, por eso sabe por dónde va la cosa, y sabe que puede terminar mal.
Después de separarse y responder cada uno con una sonrisa fingida, Namjoon intercepta tu atención.
-¡Mira, Twinkie! -corre hacia la van y la abraza, pegando su cara contra la lata -Es mi hija, se llama Vanya.
-Y se apellida Banana -agrega Hoseok.
Namjoon see aleja de su van y le hace frente.
-Ya deja de decirle eso a todo el mundo.
Jimin y Jungkook los interrumpen y apresuran a todos para subir al vehículo.
-Para asustar de verdad a nuestra querida nueva miembro, Twinkie -Yoongi sacude su cabello verde y te toma por la cintura, sin quitarle la vista a Taehyung -, dejemos que vaya de copiloto de Namjoon.
Esa última frase espanta a Jungkook como nunca, abre los ojos como platos y se acerca a la ventana para hablarle.
-¿Va a manejar él?, ¿Es enserio?, ¿Eso es seguro? -en su tartamudeo se denota el terror que lo invade.
Taehyung empieza a repartir las cervezas de la hielera que está en el baúl, también pendiente de los chistes sucios que Yoongi te susurra en el oído en lo que te dirige hasta la puerta del copiloto.
Retiras la mano de tu cintura y subes al baúl del vehículo, y gateando, convencida de estar enseñando todo el culo y la ropa interior en lo que la falda tableada se desacomoda, avanzas hasta acomodarte junto a la hielera, y te sientas con las piernas recogidas, así, como si nada, esperando que por lo menos Taehyung hubiese disfrutado del espectáculo. Por encima de la hielera, ves cómo Yoongi no puede esconder su cara de morboso, y te fastidias, pero en cuanto a su amigo, él podría comerte completita con sólo su mirada, nublada de deseo.
Organizar a siete hombres es complicadísimo, en lo que se pelean por los puestos de la van, ventana o no, se han acabado las primeras tres cervezas cada uno, incluyéndote. Intentas también participar activamente en sus estúpidas discusiones sin sentido o rumbo alguno, con la esperanza de disimular que tu interés principal es que él sea el elegido para acompañarte a tí y a la hielera en el incómodo baúl del vehículo.
-Oye, repartidor de cervezas -grita Namjoon al subirse detrás del volante -, cuida la hielera. Es nuestra posesión más preciosa.
Y así, sin más, todos toman sus lugares, y Taehyung sube al baúl. Yoongi, sin ganas, lo cierra y sube.
Intercambian una sonrisa, pero él está incómodo. Se saca el suéter y te lo extiende, ruborizado.
-Ya llevo uno encima, Tae -ríes.
Jimin se voltea para verte, pero sin mirarte demasiado.
-Creo que es para tus piernas.

Ah.

En Corea las mujeres solían usar mantas, cojines, entre otros, cuando llevaban prendas en la parte inferior muy cortas, y eso siempre te había parecido una ridiculez. La esencia de una falda era poder sentirte libre y poderosa con tu cuerpo, así como no usar sujetador y llevar los pezones levantados. Sonríes de medio lado, considerando su oferta. Lo tomas, lo doblas como un rectángulo y levantas el culo de la lata para sentarte sobre él. Tomas otra cerveza y te mueves de un lado a otro, acomodándote.
-Eso está mucho mejor -dices, en tono infantil.
Jimin y Jungkook, que miraron toda la escena, asienten con la cabeza.
-La amo -exclama Jimin, en broma -. Cambiémosla por Jungkook, por mí no hay problema.
Éste le responde con un puño en el estómago.


HOLI ESTOY ESCRIBIENDO EN NEGRILLA.

LO SIENTOOOOOOOO.

El día que prometí el capítulo, lo redacté y Wattpad me lo eliminó de la faz de la tierra, me cabree y deje eso tirado, pero sus likes y sus comentarios me impulsaron a escribir toooodo de nuevo.

...en el próximo capítulo hay una escenita que UFFFFFF, les va a matar (creo) lol

Buenas noches bombones ♥️♥️♥️♥️

안되는데 (I can't) (Taehyung y Tú) (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora