Capítulo 5

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La enfermería

— Tenemos que apresurarnos — ordenó Asa al momento que corría y se abría paso entré la multitud que los observaba.

Entraron a lo que ellos llaman "La enfermería" que no era más que un cuarto pequeño llenó de cajas y algunos artículos de medicina y dudosos artefactos respecto a su funcionamiento, así como una larga cama deteriorada que parecía como si tuviera más de treinta años.

— Recuestenlo aquí — alguien dijo.

Se trataba de Ina, ex-estudiante de medicina, se ocupaba de la salud y de los heridos. Era portadora de una voz que emanaba soltura, era segura de si misma, responsable y enfocada a sus labores. Estaba a punto de graduarse cuando la invasión empezó, es de apreciables dones intelectuales y de las personas más apreciadas que alberga el lugar.

— Ayudenme cortandole el torniquete y el pantalón, ¿Alguien sabe que fue lo que le paso?.
 
— Es compañero mío, lo encontramos en un hospital herido.

— Qué ironico, en un hospital, parecen heridas de bala, tiene suerte de estar vivo.
 
— Ponle esto en la boca y asegúrate que lo muerda. «Venga muchacho, compórtense como un hombre, aquí vamos».

Ina introdujo una especie de pinza para tratar de retirar la bala. Se veía como la pinza abría la herida para después perderse entre la carne.

Scott se mantenía tieso del dolor, sus venas sobresalían del cuello por toda la presión que ejercía al morder el trapo viejo.

— ¡Lo tengo! — exclamó Ina mientras retiraba la pinza para dejar ver lo que eran unos proyectiles cromados en forma de estrella de cinco picos.

— Va a sobrevivir sólo necesita descansar, será mejor tenerlo aquí, estará bien en unas semanas — comentó Ina cuando se quitaba los guantes y cubría la herida con una benda.

Joval volteó la cabeza para buscar a Asa pero no la encontró, asomó por la ventana pero no logró distinguirla entre la gente que intentaba retornar a sus deberes, y en eso estaba cuando ésta asomó repentinamente por la puerta con una larga sonrisa.

Joval quedó mudo un momento esperando que Asa hablara.

— Nos están esperando, tendrás que venir conmigo. Apenas tenemos tiempo, no hay que hacer esperar al guardián.

Andrógino - La profecía del origen #PGP2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora