Capítulo 13

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Vigilando el campamento.

Norman siempre estába al tanto de lo que se requiera en el campamento. Era hábil con las armas aunque le faltaba perfecccionar su tiro. Por más insignificante que pareciera procuraba siempre ser recto. Su problema era que ignoraba que el hombre es imperfecto por naturaleza, le costaba aprender a vivir con sus errores y aceptar que nunca iba a ser una persona excepcional en todos los aspectos.

Ava al contrario amaba ser libre y no se preocupaba en lo más mínimo en equivocarse. No le tenía miedo al ridículo y siempre sonreía aún en las situaciones más difíciles. Era hábil para correr y esconderse, con armas de largo alcance y el uso de trampas para cazar.

Ambos estaban a cargo del campamento, permanecerian despiertos toda la noche de ser necesario.

Apenas eran iluminados por la escasa luz que emanaba de media docena de antorchas.

— ¿Tibio o Caliente? — preguntó Norman mientras se acercaba con dos tazas de café.

— Tibio está bien — respondió Ava.

— Alguna vez escuche decir que la forma de beber café dice mucho de una persona.

— ¿Sí?, eso tengo que intentarlo. ¡Sólo déjame probar! — dijo Ava miéntras le arrebataba su taza de café a Norman.

— Creo que lo tengo. Está demasiado caliente lo que quiere decir que por ahora no tienes prisa por bebertelo quizás eso sea porque eres una persona paciente y dueña de tu tiempo. Te he visto tomarlo siempre así lo cual te hace una persona predecible que muy difícilmente hace cambios en su vida y prefiere estar en un lugar seguro.

— ¡Sorprendente! — exclamó Norman.

— ¡No quiere decir que eso sea bueno! — dijo Ava —. Deberías ser un poco arriesgado aveces. Y no hace falta ser bruja, el truco no está en el café, basta con ser un poco observadora. El café sólo es un punto para relacionarlo y darle un toque fantástico.

— Es lo que diría para tratar de esconder que soy brujo — comentó Norman.

— Te dejaré pensarlo un par de días, solo no le des mucha vuelta al asunto. Y para que veas que soy equitativa. Te permitiré adivinar.

— ¿Qué cosa? — preguntó Norman.

— El café — respondió Ava —. Intenta leer el mío. Tal vez encuentres cosas que yo misma ignoro de mi. Es difícil verse a uno mismo por dentro cuando tienes un par de ojos que sólo miran hacia delante. Por eso la gente aveces ignora mucho de si misma. Tomemos el ejercicio del café como un pretexto para ver si logro comprender cómo es que el mundo me mira a mi.

— ¡Bien! pero tengo que decirte que soy muy tonto para mentir.

— Lo comprendo totalmente — acentuó Ava —. No funcionaría si no lo hiciéramos con total sinceridad.

— Si es así, aquí voy.

Norman bebió un pequeño sorbo del café de Ava.

— Está muy frío — dijo —. Lo cual solo puede significar una sola cosa, que te has entretenido mucho platicando conmigo y se te ha olvidado beberlo. Y eso sólo nos lleva a una cosa, ¡Qué te agrado!.

— ¿Y eso es bueno para mí? — preguntó Ava —. Pude haberlo hecho a propósito.

— ¡Apostaría lo que fuera! — dijo Norman.

— ¡Bien!, si estás tan seguro porqué no vienes aquí y lo averiguamos de una vez por todas!.

Norman se aproximó lentamente a Ava para plantarle un beso, cerró las ojos y acercó los labios mientras pensaba en la fortuna de estar ahora mismo en ese momento, estaba todo en completo silencio cuando...

Ava no pudo evitar caer en un profundo ataque de risa loca al ver lo que sucedía. Se carcajeaba una y otra vez por la cómica escena.

— No importa cuantas veces intentes evitarlo, siempre terminas cayendo — comentó mientras trataba de recuperar el aliento.

La relación de ambos era más que obvia. Norman sabía que le agradaba a Ava, pero ésta le daba largas al asunto con el pretexto de que aún no estaba lista. Sin embargo eran buenos amigos y era claro el mutuo cariño que se tenían uno al otro. A Norman le encantaba tanto Ava que estaba dispuesto a esperar y Ava lo amaba profundamente en silencio pero quería asegurarse que sea el correcto.

— No importa cuantas veces lo hagas, estás más ansiosa tú que yo por ese beso — dijo Norman.

Ambos sonreían en lo que parecía más una velada romántica que una aburrida rutina para proteger el campamento.

Cayeron en una larga plática para evitar caer dormidos cuando escucharon un extraño ruido viniendo de fuera.

Rápidamente cargaron sus armas para apuntar directamente hacia el frente por donde venían los ruidos.

— Algo se acerca — susurró Ava —. Tendré que disparar.

"Primero dispara y luego preguntas" era el lema de Ava. Notaba que cada vez se escuchaban más cerca los ruidos. No pudo contenerse y disparó ráfagas que sonaban fuertemente por el choque de estas sobre metal.

— ¡Esperen! ¡Esperen! — exclamó Dan al mismo tiempo que levantaba las manos.

— Sólo es Dan.

— ¿Y a quién esperaban? — dijo éste.

Dan pidió que se abrieran las puertas para dejar pasar al tanque de guerra y a todos los que venían con él. Todo el escuadrón pensaba en el placer de descansar al fin. Uno a uno fueron entrando hasta perderse entre la oscuridad que dominaba en el campamento.

Andrógino - La profecía del origen #PGP2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora