Capítulo 4

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El campamento

— ¿No pudiste sacar esa esfera desde el principio?.

— Cronoesfera — dijo Asa refiriéndose a su nombre.

— Yo prefiero llamarle "efecto desintegrador" — Acentuó Dan —. Causa más escalofríos al escucharlo.

Dan trató de disimular al darse cuenta que Joval lo miraba incomodamente.

— Es broma "cronoesfera" está bien, ¿Que acaso nadie aquí reconoce la importancia del sentido del humor en estos tiempos?, venga, nos morimos, una sonrisa no nos vendría mal a medio apocalipsis.

— No es tan sencillo como parece —habló Asa refiriéndose a Joval mientras ignoraba discretamente a Dan. Las cronoesferas son escasas y difíciles de conseguir. Solo las usamos en casos necesarios como éste.

— ¿Cuántas sorpresas más guardan ustedes?

— Todo a su tiempo, depende del guardián, sólo el sabrá si eres de fiar.

— Creí que ya éramos amigos.

— Nosotros no decidimos esas cosas, se trata de supervivencia y es necesario tomar nuestras precauciones.

— Todavía recuerdo cuando Dan llegó a nuestro campamento. Fue un par de años atrás.

— ¿Puedo? — preguntó Asa —. Ésta miraba fijamente a Dan para que le aprobara seguir con la historia.

— Adelante, te concedo los honores.

— ¡Bien!, Estaba lloviendo y salí a cazar algo para el almuerzo.

— Espera ¿Porqué sale uno a cazar bajo la lluvia? — preguntó Joval.

— ¡Exacto! — dijo Dan —. Clara señal de que no estás contando la historia como se debe. Lo que indica que ahora es mi turno.

— Te advierto Joval que Dan siempre tiende a exagerar las cosas.

— No hace falta que lo digas.

— Silencio — ordenó Dan al mismo tiempo que levantaba la mano para llamar la atención.

La verdad es que más que lluvia debo decir que era un día nublado, he allí el porque de la confusión de Asa al contar la historia, su mente la traiciona más que su puntería. Solía yo salir por las tardes para conseguir el almuerzo, cuando me había percatado de la presencia de una ardilla a corta distancia, inmediatamente levanto el arco, apunto y disparo. Sabía que le habia pegado porqué escuche un sordo golpe, como si algo hubiese amortiguado su caída, me acerco para buscar el almuerzo y me encuentro con semejante sorpresa, la mujer aquí presente lo llevaba en brazos.

— Mentira, yo lo había visto primero.

Lo cierto es qué dicha ardilla tenia dos flechas clavadas y fue difícil saber quién pegó primero.

— ¿Y luego que pasó? — preguntó Joval.

— Tuvimos que hacer una competencia de tiro para ver quien se quedaba con la ardilla.

— ¿Y quién crees que ganó? — preguntó Asa —. Fue la primera vez que Dan había sido humillado por una chica, pero ya después se fue acostumbrando

Asa sonríe mientras voltea a ver a Dan para asegurarse que a éste no le halla parecido incomodo el comentario.

— Desde eso nos hicimos buenos amigos. Me aceptaron en el campamento y fui entrenando día a día, supe no era tan bueno en puntería cuando conocí a Asa, pero he mejorado mucho gracias a sus consejos, aunque debo reconocer que descubrí mi verdadero potencial en el combate mano a mano, entrene día y noche hasta quedar exhausto, ahora esos años de duro entrenamiento han dado buenos resultados, no es mucho pero es bueno saber que sirves para algo.

— Ya lo creo — dijo Joval —. Mi historia es un poco distinta, estaba en pleno desarrollo militar cuando la invasión empezó. Vengo de padre militar y siempre fui criado para ser uno, tomé una posición ofensiva en cuanto supe que estábamos en guerra y después de un tiempo fue difícil comprender que más que una guerra, era una cacería. No teníamos posibilidades, hasta ahora que empezamos a vislumbrar una salida a modo de prueba error, muchos tuvieron que morir para que lograramos tener una leve esperanza. La batalla ha sido demasiado lenta para nosotros, pero confiamos en que pronto las cosas mejorarán.

Asa asento con la cabeza para hacerle saber a Joval que puso atención a lo que decía, aunque su interés rápidamente se enfocó en hacer todo lo posible para salvar la vida de Scott.

— ¡Vamos a buen ritmo! — comentó  —. Pero tendremos que acelerar el paso si queremos que Scott sobreviva, sólo así llegaremos antes que caiga la noche.

Tras un largo momento en silencio, la espera terminó, el tan anhelado campamento estaba en frente ante la vista atonica de Joval que no lo creía.

Era una fortaleza de muros de más de cinco metros de altura, reforzados con metal, tubos, autos, y todo lo que estuviera al alcanze para evitar el paso de gente indeseable o mucho peor, de algún alienígena que estuviera rondando cerca.

— Abran las puertas, el rey y la reina van a pasar, traemos comida, un hombre grande y un soldado herido que harán buena sopa — recitó Dan mientras le guiñaba el ojo a Joval —. Sus simpáticos comentarios como siempre estaban fuera de lugar.

Asa se pego en la frente con la mano en señal de desaprobación.

— Mejor déjame hablar a mí Dan — dijo ésta.

No fue necesario que se presentaran porque eran bienvenidos, pero si era de suma importancia explicar porque llegaban con gente ajena al lugar, no estaba permitida la entrada de personas desconocidas a menos que el guardián lo autorizara.

— Vengo con buenas noticias, en nuestra expedición de esta mañana hemos tenido la grata sorpresa de encontramos con este hombre, trae evidencia importante que nos servirá de gran ayuda, yo mismo le he visto pelear y derribar a un aniquilador de un solo golpe, permítanos entrar y así demostrarles de que estoy hablando, de igual forma dejenme ayudar a este pobre herido que nos acompaña, no le queda mucho tiempo. Yo misma les doy mi palabra y pagaré con mi vida la deshonra que pueda traer a mi sagrado refugio la toma de está decisión.

Pasaron cómo dos minutos en total silencio cuando se escuchó un voz ronca que pausadamente ordenó que se abrieran las puertas e inmediatamente se les dejo traspasar aquellos enormes muros.

Andrógino - La profecía del origen #PGP2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora