ALTERA

"llegada inesperada"

Volvimos a montañas oscuras, lugar que llamamos 
" Lariomen "
Nuestro hogar, gris al igual que su cielo nublado, debido a que la gema usa todos los elementos que puede para alimentar al dragón, por lo que la luz del sol es exclusiva para el dragón negro.

Al llegar al lugar, noto que todos esta  listos para partir. Pero no de paseo.

Hay ballestas y catapultas gigantes listas para usar y miles de soldados preparados para pelear.

En nuestro reino, no es comun que admiren a una princesa como lo harian los humanos, para nosotras con Elena la admiración que recibimos son miradas cerias y de respeto, listos para recibir ordenes sin importar cual sean.

A Elena le temen por ser la mas habilidosa en magia y su caracter inquieto de perversidad.

En cuanto a mi... Bueno.

Esta mas que claro que debia ganarme su respeto despúes de cometer cierta torpeza de salvar un humano, asi que... Debia convertirme en la mejor guerrera elfina.

No importa que digan, ahora me obedecen despúes de que mi padre me ordeno ir a una batalla sola y enfrentar a 100 soldadados humanos y elfinos que el atrajo para que yo los acabara sin ayuda alguna.

Despúes de reflexionar mi acto de rescate, al acabar con el ejercito me ordeno ir a las aldeas de la que provenian y acabar con cada una de ellas, por lo que 6 aldeas de Seinheven fueron destruidas y 3 de Harlott.

Ese día, fue el día en el que recorde por que los odiamos tanto y recorde quien era yo en realidad y si... Ellos lo dijeron soy un monstruo.

Volvi con sangre en mis brazos y cara, con olor a ceniza y muerte con apenas 13 años y no habia sido mi primera guerra, de echo era el primer genocidio que hacia sola.

Al recordar esto mientras recorria el centro de un Lariomen con cicatrices de muchas guerras e injusticias marcadas en los rostros de varios soldados de todas las edades:  adultos, niños, adolescentes.

Aunque tengamos mil años o siglos, nosotros vivimos mas que los humanos, vivimos el mismo tiempo que los Elfos Luz, es decir vivimos muchos años.

La magia oscura nos alimenta, por esa razón somos superiores a los Elfos Luz y a los humanos.

Al entrar al castillo negro, un castillo grande y fuerte, cuyos cimientos son montañas empinadas y cuyo castillo se hizo parte de esas montañas que lo hacen ver tetrico y sombrio a la vista.

Cuyo interior no era diferente al exterior del mismo, pero que estaba decorado con toques de plateado y dorado en las ventanas y parales de la sala del trono.

Cuyo trono eran ramas osbcuras y gruesas que salian del suelo, casi parecian espinas y la silla era de plata.

En el trono, un rey sombrio con mirada prepotente y preocupada fija su mirada en nuestra llegada junto a otra mirada profunda y salvaje de una mujer que era mi madre.

Otras miradas se posan en nosotros que son los once altos elfos de  Lariomen .

Al entrar los altos elfos hacen reverencia a Elena, Cloud y Melissa (principe y pirncesa de los Zharikc) y a mi.

— Elena, los esperabamos — dijo la impotente voz de mi padre.

Tenemos reportes de ataques en el suroeste de criaturas extrañas, que no son de nuestro ejercito.

Han destruido una de nuestras fortalezas mas protegidas.

Y encontraron lo que buscaban, en ese lugar resguardabamos el cetro de tu madre, robaron su gema.