El serafín ángel olvidado

Capítulo 7: se da inicio al pacto.

Observaba cada suceso desde mi cielo y veía como pasaban los milenios en la tierra, mientras para mí solo transcurrían días, y cada suceso que pasaba le daba más fuerza a ese despiadado querubín que se llenaba de oscuridad, lo miraba más y más lleno de ira y decepción, por qué el decía que la humanidad no valía nada y si él los gobernara, todo sería distinto y mejor.

El querubín vino a mí lleno de cólera y rencor contra Dios y me dijo.

-Yelra mira como la escoria humana se matan entre ellos, como pasa el tiempo y quieren ser dioses, adoran dioses falsos, cuando podrían adorar me a mí,
-Sabes que sólo existe un Dios, y es a él que le deben rendir adoración y tú mostrar respeto.
-yo no tengo por qué servir a un Dios que no tiene control, deja que ellos hagan lo que quieran y se destruyan entre si,
-Dios sabe lo que hace y mejor calla o serás reducido al tártaro como los demás traidores que te siguen, además recuerda que fuiste tu quien inicio todo desde el jardín de edén.

Mientras discutía sobre los pensamientos del querubín, Dios llevaba a cabo el inicio de su promesa, al oír el clamor de su pueblo, decidió dar paso a su liberación y escogió a un hombre, Moisés que no lo conocía y sólo había oído hablar de él por los demás, un hombre sin fe, pero sería él quien liberaría a su pueblo, lo envió con su hermano Aarón para sacar de esa tierra de prisión y decadencia donde se suprimía su fe y creencia en Dios.

Y Moisés llegó a ser pastor del rebaño de Jetró, el sacerdote de Madián, de quien era yerno. Mientras arreaba el rebaño al lado occidental del desierto, llegó por fin a la montaña del Dios [verdadero], a Horeb.  Entonces se le apareció el ángel de Jehová en una llama de fuego en medio de una zarza. Mientras él seguía mirando, pues, he aquí que la zarza ardía con el fuego y no obstante, la zarza no se consumía.  Cuando Jehová vio que él se desviaba para inspeccionar, en seguida Dios lo llamó de en medio de la zarza y dijo: “¡Moisés!, ¡Moisés!”, a lo cual él dijo:
-“Aquí estoy”.

Entonces él dijo:
-“No te acerques acá. Quítate las sandalias de los pies, porque el lugar donde estás de pie es suelo santo”.
Y siguió diciendo:
-“Yo soy el Dios de tu padre, el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob”. Entonces Moisés ocultó su rostro, porque temía mirar al Dios [verdadero].

-Y ahora ven y déjame enviarte a Faraón, y saca tú de Egipto a mi pueblo, los hijos de Israel”.
Sin embargo, Moisés dijo al Dios [verdadero]: -“¿Quién soy yo para que vaya a Faraón y para que tenga que sacar a los hijos de Israel de Egipto?”.
A lo cual el dijo:
-“Porque yo resultaré estar contigo, y esta es la señal para ti de que soy yo quien te ha enviado: Después que hayas sacado de Egipto al pueblo, ustedes servirán al Dios [verdadero] sobre esta montaña”.
-supongamos que llegó allí y les digo, el Dios de sus antepasados me ha enviado, y me pregunten ¿Cual es su nombre?, ¿que les diré?
 Ante esto, Dios dijo a Moisés:
-“YO RESULTARÉ SER LO QUE RESULTARÉ SER”. Y añadió: “Esto es lo que has de decir a los hijos de Israel: ‘YO RESULTARÉ SER me ha enviado a ustedes’”. Entonces Dios dijo otra vez a Moisés: “Esto es lo que habrás de decir a los hijos de Israel: ‘Jehová el Dios de sus antepasados, el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob, me ha enviado a ustedes’. Este es mi nombre hasta tiempo indefinido, y este es la memoria de mí a generación tras generación.
-y si me piden pruebas, como podré demostrar que tu me enviaste.

-Tira tu callado al piso.
El hizo lo que dijo y una gran cobra apareció,
-y si eso no los convence que haré.
-Mete tu mano bajo tu túnica
Así lo hizo, y su mano se llenó de lepra, volvió a meterla y se limpió. pero seguía dudando de que le creyeran, y Dios le dijo
-toca el agua del nilo con tu callado y estas se convertirán en sangre, será prueba suficiente.

Y así el Moisés tomo rumbo a cumplir su tarea.

Emprendió un largo viaje se enfrentó al faraón que fue como su hermano tiempo atrás, mostró el poder de Dios a través de las plagas, cruzo el mar rojo que se abrió ante su pueblo y donde murió faraón con su ejército libro batallas y conquistó pueblos en nombre de Dios y libero al pueblo de la esclavitud recibió los mandamientos de Dios y murió en la fe de su Dios.

Pasaron muchos sucesos desde entonces, y en el cielo se llevaba a cabo una decisión, mi creador el hijo de Dios, debería sacrificar su vida para rescatar de la muerte eterna a la humanidad.

-Padre, déjeme bajar a la tierra y enseñar la verdad sobre ti, y salvar a tu creación.
-Sabes que eres mi hijo amado, y no quiero ponerte en riesgo, ya que cuando bajes solo serás un humano más.
-pero ya está escrito es parte de tu promesa padre,
-tienes razón hijo, lo harás, yo cumplo y no miento y escrito esta.
-entonces permiteme ir y concluir tu voluntad
-esta bien hijo mío, la hora tenía que llegar, pero no estoy preparado para verte partir y sufrir a causa de la salvación de mi pueblo pero los amo tanto que soy capas de dar tu vida para salvar los y así te convertirás en rey y gobernador de tu mundo.
-gracias padre, se que tendré la fuerza para llevarlo acabo.

Así se preparó el arcángel Miguel cuyo propósito sería salvar la creación de su padre, y prepararse para ser rey, tomando como nombre Jesús y siendo un humano en la tierra.

El querubín que oyó todo dio inicio a su plan.
-Solo es cuestión de tiempo y pondré mis manos sobre el trono en el séptimo cielo, cuando miguel se postre ante mí y derroté a jehová yo seré el dios que gobierne el mundo, pero primero tendré que encargarme de Yelra, ay hermano mío, no debiste ponerte en mi camino...