El serafín ángel olvidado

Capítulo 15: la decisión.

Enterré ha mi amada, no pare de llorar mientras cavaba, demonios se acercaron a mi, vieron mi dolor, pero ninguno se conmovió,
-guerra en el cielo hay,
fue lo que salió de uno de ellos, aluman me dije mientras lo vi, un ángel de samael
-Tu eres Yelra uno de los grandes serafines, guardián del creador y fiel a Dios. Replico Ariel ángel de azacel
-solo soy un hombre ¿quien eres tú?,
pregunté intentando confundirlos 
-no te hagas el loco sabemos quién eres, dijo uno de los tres, y repitió el siguiente.
-nuestro dios batalla en el cielo y pronto reinaremos a su lado, tu decides si te unes a nuestro bando.
-apartasen de mi demonios, yo no serviré jamás a satanás, y es mi Dios y mi creador quienes ganaran.

Dicho eso se mofaron y se fueron. Que haría con mi hija, le prometí a su madre que la cuidaría pero no tenía deseo de cumplir esa promesa, así que la deje en una casa de orfanato y me fui de allí, no sin antes recomendar la a un ángel que la cuidaría y parte de mi ejército celestial Uriel.

Vague un tiempo por el mundo, volví a tomar mi apariencia real, ya no tenía por que aparentar vejez mi amada no existía, en ocasiones pensaba en luna, y que sería de ella, había conocido nefilim en mi existencia, y sabía de lo que eran capaces, la nostalgia me cubrió y decidí volver.

Pasaron dieciséis años desde entonces, no había vuelto a ese lugar y no sabía nada de mi hija, y ella no me conocía.
Cierto día visitaba la tumba de mi amada, sabía que no me escuchaba, que no me veía, y que estaba dormida y esperaba con ansias que la promesa de Dios se cumpliera, pero olvide cumplir mi promesa para con ella, que ironía, de pronto una chica muy bella se acercó y me pregunto.
-¿señor se encuentra bien? usted conocía a mi madre?.
La vi, y vi a su madre en ella, era su misma imagen, las lágrimas rodaron y pronuncie su nombre.
-celestic te extraño
-¡ese es el nombre de mi madre!, el mio es luna 
-disculpa solo es que te pareces mucho a tu madre
-¿es usted mi padre?
(Pregunto la chica)
-no, solo soy un desconocido, conocí a tu madre hace muchos años pero me alejé por qué amaba a alguien más, luego me enteré que había muerto, no sabía que tenía una hija.
-mucho gusto soy luna, no conocí a mi padre, me abandono y no se nada de él  ni su nombre, hace dieciséis año desapareció, y de mi madre sólo se que murió el día de mi nacimiento.

Para mi esas palabras fueron como espadas de fuego atravesando mi cuerpo.
-mi nombre es Alester, lo siento mucho, pero tal vez tu padre tubo alguna buena razón para dejarte.
-supongo, perdón mi insolencia, puedo hacerle una pregunta. Exclamo ella
-tranquila puedes preguntar con libertad
-¿cree usted en los ángeles?
-¡si!, creo en que existen, pero ¿por qué preguntas tal cosa? 
-tengo sueños extraños, veo a un hombre que me sostiene en sus brazos y luego extiende seis alas enormes que ocupan todo el lugar, pero estas son negras como la noche, y no recuerdo nada más, creo que es mi padre  por que lo veo llorar.
-tal vez solo sea eso... Un sueño, señorita.

No savia si decirle que yo era su padre, o callar

-he oído historias,
(Me dijo)
-si ¿cuales?
le pregunté, y ella me contestó.
-acerca de ángeles que tuvieron hijos con mujeres humanas, y Dios destruyo la tierra junto con ellos en un diluvio.
-la historia del arca, si es verdad, pero no destruyo la tierra, solo la lavo de la maldad, estos seres llamados nefilim eran malvados, tenían fuerza descomunal y robaban y asesinaban, así que Dios tomo la decisión de acabar con esa maldad.
-¿y yo podría ser una nefilim de ellos?
-no creo que pudieras ser lo, tu padre no pudo ser un Ángel, además no veo maldad en ti.
-¿por qué?
-porque fue prohibido que los ángeles volvieran a bajar sin permiso y mostrarse a los humanos, además se nota que eres una chica muy dulce.
-no se, además yo tengo alas, como mi padre.
-¿tienes alas?
-si dos alas blancas y hermosas, las veo en mis sueños.
-en tus sueños, ya pero no las tienes en realidad ¿o si?

No esperaba lo que estaba ocurriendo, no sabía que hacer, y si era verdad que podía sacar sus alas, después de todo era mitad ángel. Pero luego me dijo

-no puedo hacerlo, y sólo lo he hecho en sueños.
-bueno tal vez ésas historias son las causantes de tus sueños, ¿no crees?.
-si a lo mejor, me gustaría conocer a mi padre, poder abrazarlo y preguntarle por ¿¡qué me abandono!?
-tal vez tubo una razón muy fuerte para hacerlo, adiós luna ya me voy.
-¿nos volveremos a ver Alester?
-no sabría decirte sólo estoy de paso.

Me despedí de mi hija con un nudo en la garganta, no sabría cómo decirle que yo era su padre y que la abandone por qué sentí ira y la culpe por la muerte de su madre, pero en el fondo sabía que era yo quien me había equivocado, no savia si Uriel le contaría sobre mi y su origen, pude sentir su presencia a la distancia pero no intente comunicarme con él, solo me marche sin ver atrás y con mis ojos llorosos dejando rosas negras y una hermosa orquídea de dicho color rambla tumba de mi amada y a mi hija abandonada por segunda vez.