Capítulo 10: mi nueva vida

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Era un serafín, un Ángel caído, atrapado en una ruina, pasaron muchos años y yo aún estaba cautivo.
En el cielo llevan muy poco tiempo, pero yo llevaba cien años en la tierra, era demasiado tiempo, y no sabía que tanto abría cambiado el mundo, las cadenas que me oprimían perdieron su poder y pude liberarme, supuse que el ángel que las creo había muerto, extendí mi alas pero no pude volar, y se tornaron negras al instante, me di cuenta que no podía regresar y mi Seol era esta tierra.

-¿por qué me hiciste esto hermano?, ¿como pudiste traicionarme después de todo lo que hice por ti?, ¡mis hermosas alas!, negras han quedado por tu culpa y tú llevas a cabo tu destrucción en Sión, no podrás ganar y lo sabes tu destrucción es inminente.

Gritaba desesperado en lo profundo de esa caverna, como si espera a ser oído por él. Oculte mi alas, salí y me confundí con la multitud, hice parte de aquellos
que proclamaban la verdad y seguí mi vida cómo humano sin mostrarme a nadie, y enseñando lo proclamado por el hijo de Dios.

Solo yo conocía lo que estaba pasando en el cielo, y aunque a los humanos se les reveló lo que pasaría antes de subir mi creador al cielo, no lo comprendieron, pero en Sión una guerra se llevaba a cabo.

Pasaron los siglos, me desplace por todo el mundo, camine por muchos lugares, mi conocimiento de los idiomas me permitieron comunicarme fácilmente, y llevar la verdad por el mundo,
Nadie supo quien era yo, y siempre fui muy admirado.

-todo este tiempo cautivo, encerrado en este tártaro, condenado a vivir sin poder volver, con vida eterna hasta el final de los tiempos, solo me quedaba seguir continuar con mi nueva vida, ser parte del mundo y resguardarme para cuando llegara mi tiempo.

El serafín ángel olvidado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora