Capítulo 28: destino final.

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Todo concluiría en ese momento, la batalla se aproximaba la orden se me sería dada y tendría que comenzar el ataque una vez más, yo sería otra vez quien iniciaría el juicio final.

-Otra vez estamos en este mismo lugar, parece que fue ayer que pasó todo,
-Sabes que si fue ayer, al menos en el cielo.
-Si pero también sabes que no es a eso a lo que me refiero, pase miles de años aquí por tu culpa, perdí a la única mujer que ame y a mi hija, sufrí mucho, y logre comprender a los humanos.
-No fue mi intención ni mi decisión lo que pasó con tu familia, fuiste tú quien vivió esa vida, a tu gusto ¿no?
-Si lo fue pero esto termina hoy, aquí termina todo, y todo se define en este campo de batalla.
-Si lo se Yelra, mira hacia abajo, toda esas personas que dejaron de creer en Dios y se inclinaron ante mi, casi perfectos, y aun así se dejaron extraviar.
-La destrucción los espera al igual que a ti mi hermano el gehena será su recompensa.

La señal se me fue dada, y con mi espada ataque, el se defendió, y los demonios acudieron a su defensa, no permitirían que su reinado acabara, pero yo no estaba solo y ejércitos descendieron del cielo, la batalla final había comenzado y la destrucción de satanás la muerte de toda maldad, y sus demonios serían el banquillo del cordero, pero esta ves no sólo eran ellos humanos también se involucraron, ejércitos terrestres luchando contra los ángeles a favor de satanás, todos corrompidos por sus mentiras.

Espadas, y escudos chocaban, alas negras y plateadas revoloteaban en el cielo, truenos y centellas adornaban el juicio final, nuevamente luchaba, un golpe de satanás me dio en el rostro, volé muchas calles a causa de su golpe, volví con gran velocidad y le di una patada en el cuello, choco contra un edificio y este se derrumbó a causa del impacto, al tomar nuestra verdadera forma, éramos titanes, nuestras alas sobre pasaban los doce metros cada una, éramos imponentes, cada golpe era un trueno seguido de un relámpago, arrasamos con las ciudades, peleamos por todo el mundo, desaparecíamos y aparecíamos teníamos la misma fuerza, aunque él me llevaba ventaja en experiencia de lucha, yo había dejado de entrenar el no, viento, fuego, aire, tierra, los cuatro elementos nos envolvían como uno solo, de pronto cayó una centella y todo se iluminó, era él arcángel, de un golpe Satanás cayó a la tierra y una de sus alas se quebró, grito con gran desespero, Miguel me vio y dijo ya todo tiene que terminar no te contentas y cumple con tu propósito, satanás se elevo saco su espada nuevamente y arre metió contra él, pero la tomo con su mano desnuda y la partió en dos, me dijo es hora, acaba lo que iniciaste...

Soneto.

Hoy el fin a llegado todo se a preparado, la batalla final a comenzado y mis alas listas están para volar al encuentro final.

Lo veo y no lo puedo creer junto a el volveré a luchar hombro a hombro hasta el final, veo sus ocho alas y me deslumbra pues es majestuoso y poderoso.

Rumbo a la tierra traía el arcángel, y sus seguidores todos preparados pues con demonios han de luchar y el caído hay estará.

Más demoraron en poner pie en tierra que esa guerra comenzar, choque de espadas y golpe de escudos grandes vientos y huracanes por el aleteo de sus alas imponentes y muy fuertes.

Uno a uno nos enfrentamos demonios caían lado a lado, y junto a ellos la oscuridad de toda maldad, se desvanecían como polvo al viento.

El caído luchaba con gran ira mientras el arcángel lo detenía, y choque de espadas con gran estruendo rayos del cielo caían iluminando todo a su paso demostrando el poder del que todo lo a creado.

Con el ejército y su hijo al mando no había duda de ganar la batalla pero un giro lo cambiaría todo pues el caído no estaba seguro, paso tanto tiempo y había cambiado y el solo quería ser perdonado.

Lanzo su espada y grito perdón pues me equivoqué al tomar la decisión, de abandonar todo por mi vanidad querer poder y ser más que tú.

Lo reconozco me he equivocado y tu perdón estoy aclamando tu gran todopoderoso de amor inmerecido, perdón por haberte ofendido.

Todos nosotros quedamos asombrados hasta los demonios estaban extrañados al ver al caído de rodillas y suplicando por su vida.

No sabíamos lo que pasaría, que haria el creador ante tal perdón, acaso era trama de ese traidor o estaba arrepentido de corazón...

El serafín ángel olvidado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora