•°Capítulo 15°•

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Me dirigí rápidamente a donde estaba la música, la desconecté y encendí las luces de la sala, ignorando los 'Ahh' de todos volví al comedor.

- Adiós... bye, retírate por favor- comencé a correr a todos los que estaban en la mesa ya que Jisoo a pesar de no haber música seguía bailando. - ¡Deja de verla y lárgate!- le grité a un tipo que seguía ahí. - ¡Jisoo baja hora mismo de ahí!- grité tratando de controlar mi enojo.

Jisoo volteó y me vió, yo me esperaba un - ¡Qué estás haciendo Jennie!- Pensé que tal vez me dijera -¡Lárgate!- o - ¡Eres una idiota!- pero al contrario, una sonrisa se dibujo en su rostro.

- ¡Jennie!- alargó mientras se lanzaba a mis brazos, la atrapé y con cuidado dejé que sus pies tocaran el piso.

- Tomaste ¿verdad? - le pregunté volteándola a ver, pero solo lograba ver su cabello ya que en sus cinco sentidos nunca me hubiese abrazado.

-Jendeukie todo se mueve- me dijo volteando hacia mí, para después ocultar su rostro en mi cuello.

De pronto todos comenzaron a correr hacia afuera y la casa en cuestión de segundos quedo vacía.

- A ver, ven siéntate. - le dije y la senté en una silla - ¡No te muevas de aquí! - salí para ver que sucedía y me encontré con dos policías. Hable con ellos y solo me dijeron que la música no estuviera tan alta, porque podía molestar a los vecinos.

Regresé al comedor, Jisoo seguía sentada, solo que recargada en la mesa.

- ¡Es que tú estás loca mujer!- le dije mientras la ayudaba a ponerse de pie, en eso un grupo de aproximadamente quince personas entro por la puerta del jardín, algo extraño debido a que ya no había nadie. En ese grupo venía Rosé y la tipa que había saludado a Jisoo en la tarde.

- ¿Qué paso?- preguntó extrañada Rosé viendo que Jisoo me abrazaba.

- Eso mismo me pregunto yo. - le contesté seria - ¿Qué no pudieron evitar que bebiera? - les pregunté molesta, ya que se supone que eran amigas, o bueno la tipa esa no tengo idea.

- ¿Y qué no se supone que a ti te pagan por cuidarla? - me dijo la tipa, solo la fulminé con la mirada, no podía decirle nada, ya que tenía razón.

- Será mejor que se vayan, yo me encargare de Jisoo. - Rosé y la otra tipa asintieron con la cabeza y caminaron a la salida.

- Vamos... te llevo a tu casa.- le dijo la tipa esa a Rosé mientras caminaba hacia la puerta tomé a Jisoo entre mis brazos la cargue y la lleve escaleras arriba.

- Solo por el estado en que estás te salvas del regaño...- le dije mientras trataba de abrir la puerta - Pero espera a mañana.- le dije cuando por fin puede entrar a la habitación.

La recosté con delicadeza en su cama, tenía sus ojos cerrados, seguramente ya estaba dormida, la acomodé más centrada en la cama para que no fuera a caerse, la solté y abrió los ojos, me quedé paralizada por alguna tonta razón.

- Que lindos ojos tienes- me dijo sonriente, sonreí estúpidamente, me agradaba Jisoo en ese estado.

- Ya duérmete.

-No quiero- dijo fingiendo una voz de niña pequeña.

-Claro que si quieres- le dije levantándome de la cama, pero me tomó de la mano.

-No te vayas- me dijo con la misma voz.

- Si que bebiste- le dije ya que normalmente su objetivo era que me fuera, y ahora quería lo contrario, me senté en la cama - Descansa que mañ...- le estaba diciendo pero sus labios hicieron que parara de hablar, al momento de que hicieron contacto con los míos.

Me fue imposible no seguir el beso, así que le correspondí. Nuestros labios se rosaban de una manera increíble, succionaba su labio inferior mientras ella hacía lo mismo con los míos, pasó sus brazos por mi cuello para comenzar a jugar con el cabello de mi nuca, subí una de mis manos a su mejilla mientras que con la otra acariciaba su cintura sobre la tela del vestido... lentamente se fue recostando en el acolchado, me acomodé sobre ella, con cuidado de no aplastarla y/o lastimarla.

Sacó sus manos de mi cuello para deshacerse de mi chaqueta, me separé de sus labios para quitármela y lanzarla al piso. Inmediatamente me tomo de las mejillas para atraerme de nuevo a sus labios, introduje mi lengua en su boca, desatando entre ambas una guerra.

De un momento a otro yo me encontraba recostada y Jisoo estaba sentada en mi cadera, sus besos eran increíbles, me hacían sentir tanto. Comenzó a subir mi playera mientras que yo solo me dedicaba a devorar sus labios y acariciar sus piernas que se encontraban a mis costados. Logró deshacerse de mi playera, sus besos comenzaron a bajar por mi mejilla, hasta mi cuello. Donde comenzó a brindarme pequeños pero mortales besos húmedos, entre besos hincaba sus dientes o rosaba mi piel con la punta de su lengua haciendo que escalofríos recorrieran mi cuerpo por completo.

Dió un corto beso en mis labios pero luego se alejó y comenzó a bajar el cierre de su vestido, dejando al descubierto la mayor parte de su hermosa anatomía. Regresó a mis labios mientras tomaba mis manos y las ponía en su espalda, los besos aumentaban de tono. Mis manos paseaban de su espalda, por sus glúteos, hasta llegar a sus piernas, para luego repetir el camino de regreso. Dejaba un rastro de besos por mi cuello, pecho y abdomen, hasta que llego al inicio de mis jeans. Volvió a atacar mis labios mientras bajaba el cierre y sacaba el botón de su lugar.

En ese preciso momento mi cordura volvió - ¡¿Qué estás haciendo  Jennie?!- me reclamó una vocecita en mi mente -¡Está ebria!- me recordó. -Pero no puedo parar ahora - le contesté en mi mente -¡Hazlo!Después de todo no lo recordará mañana- otra voz entro a la escena. Parecía como en los dibujos animados, tenia a la Jennie buena de un lado y a la Jennie mala del otro lado.

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La NiñeraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora