•°Capítulo 2°•

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— Hija — era la voz de mi madre que provenía de la sala— Ven que te quiero presentar a alguien. — me dijo caminando al living. Me tomó la mano y me guió hasta la sala. — Ella es Jennie.

 — Ella es Jennie

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♤Jennie Kim♤

•°BLACKPINK°•

Me presentó a una chica que mirándola bien, no estaba nada mal, así que yo misma me autoricé a examinarla por completo, su cabello lacio, su piel era algo blanca, sus ojos eran de un color café claro sumamente hermoso, pero lo que más me deslumbró fue la hermosa sonrisa que tenía. Vestía uno jeans oscuros ajustados que no le quedaban absolutamente nada mal, una playera negra (al parecer de una banda de rock), sobre esta traía una chaqueta de piel arremangada hasta los codos. Simplemente perfecta para el crimen.

-Ella es la hija de Kim, el socio de tu padre y la que se encargará de ti, el tiempo que estemos fuera.

Bien... olvidemos el crimen.

Mi mirada de admiración se transformó en una de desprecio, que claramente parecía no afectarle, ya que seguía con esa sonrisa.

Mi padre interrumpió el incómodo momento mientras bajaba por las escaleras con las maletas.

— Le ayudo — se ofreció mi niñera.

Idiota... — pensé.

El auto del aeropuerto llegó a la casa, el chofer bajo y les ayudó a subir las maletas.

— Por favor, Jisoo no quiero problemas, sigue las indicaciones de Jennie. — me dijo mi padre.

— Esta bien... cero problemas.

Tal vez no era del todo cierto.

— Bien — me dio un beso en la frente y subió al auto donde mi madre lo esperaba y Tzuyu.

Vi como el auto cada vez se alejaba más y más hasta que no pude verlo. Giré sobre mis talones para entrar a la casa pero ahí estaba Jennie.

Miraba perdidamente hacia la calle con ambas manos en los bolsillos de sus jeans, me miro y me sonrió.

— Hola... — me dijo con su melodiosa voz. Sin contestarle nada camine y le saque la vuelta para poder entrar a la casa.

— ¿Y esas maletas? — pregunté cuando vi dos grandes maletas al pie de las escaleras.

— Son mías — me contestó mientras caminaba detrás de mi — Viviré aquí, así que será mejor que nos llevemos bien — La fulminé con la mirada y volví a subir las escaleras.

(...)

Me desperté cuando escuché tres fuertes golpes en la puerta, pero simplemente los ignoré y volví a dormir.

— Levántate ya o llegarás tarde — tomé el cobertor y me tapé hasta la cabeza ya que había encendido la luz.

— No pasa nada si llegó tarde... — mentí.

— Si..pues asegurémonos de que no pasará nada... levántate— sentí que tomaba el cobertor, por lo que me aferre más a este para que no pudiera quitármelo, pero obviamente su fuerza fue mayor que la mía y logro quitármelo.

— Aaahh— bufete molesta poniéndome de pie.

— De nada te sirven los berrinches, así que cambiáte — lanzó el cobertor a la cama y salió cerrando la puerta.

¡Y esta quien demonios se cree! grite en mi foro interno.

Aún ahogada en rabia, me dirigí a la regadera y le di paso a la lluvia artificial, esperé que se templara para ahora si comenzar a deshacerme de mis prendas, entré dejando que las gotas tibias cayeran sobre mi piel llevándose todo el enojo... nada, pero nada absolutamente nada era tan relajante para mi como un baño de agua caliente.

Salí de la ducha después de envolverme con las toallas blancas que las encargadas de limpieza dejaban todos los días. Me dirigí a mi closet y tomé una blusa roja junto con unos jeans rasgados, dejé mi cabello suelto, mis converse blancas y listo, tomé mi bolsa y las llaves del auto, para después salir de mi habitación.

— No tienes unos jeans más viejos — levantó una de sus cejas mientras me miraba y soltó una carcajada.

— No están viejos...— la miré despectivamente, sabía claramente que no eran viejos, si no que así eran, lo hacía para hacerme enojar.

— Aquí a las tres de la tarde — me dijo antes de que abriera la puerta.

— Idiota..— susurré.

— ¡Te escuché!— gritó desde la cocina.

— ¡No me importa!— cerré la puerta de un golpe para luego caminar a mi auto y dirigirme al colegio.

(...)

— ¿Y qué tal te fue?— me preguntó Rosé  mientras se sentaba enfrente de mí en la cafetería del colegio.

— ¡Ja! ¡Horrible!— le dije mientras tapaba mi rostro con ambas manos.

— ¿Cómo es ella? ¡Cuéntame!— me dijo emocionada — ¿vieja? ¿nerd? ¿amargada?—me preguntó desesperada.

—No, no y aún no lo sé—respondí sus preguntas en orden.

—¿Entonces?—me dijo impaciente.

—Para empezar, la tipa esta como quiere—le dije—¡¡Rosé!! Si la vieras por detrás—dije mordiendo mi labio inferior.

—¿Y entonces, cuál es el problema? — abrió sus ojos.

— Es una idiota—le dije mientras le daba un trago a mi botella de agua.

  —¿Por qué? ¿Qué te hizo?  ¡Jisoo, cuéntame bien!—reí por su desesperación.

  — Nada, no me hizo nada...solo no me agrada, es una engreída.

—¿Y entonces, que harás? — preguntó riendo malvadamente. 

—Pues se tendrá que ir—reí junto con ella.

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La NiñeraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora