•°Capítulo 24°•

1.6K 133 51
                                    

           

—Está bien, dime— me dijo Jennie seria

—No, tú primero— le contesté.

—Ya, tú dime— insistió.

—No, tú primero, luego dices que soy egocéntrica - ¡RAYOS!- pensé molesta, vengo con la intención de arreglar las cosas y a la primera que abro la boca es para atacar.

—Es que lo eres— me dijo despectivamente.

—Ay, sabes que, olvídalo— le dije molesta.

—No será difícil— dijo mientras volvía a caminar hacia la sala y yo comenzaba a subir las escaleras.

-¡Eres una idiota!- me reclamé a mi misma -¡Vas a regresar y arreglaras las cosas!- una voz en mi interior me llamo la atención.

Tenía toda la razón, no podíamos seguir asi. Me di la media vuelta y camine hacia donde ella estaba.

—Jennie lo... lo siento— dije mirando hacia el piso, pero pude notar como volteaba a verme —Siento haber actuado de esa manera y no haberte explicado las cosas— seguía hablando y cada vez aumentaba la velocidad con la que decía las cosas —Normalmente suelo actuar antes de pensar, sé que está mal, pero así soy yo— seguía mirando al piso al mismo tiempo que jugaba con mis dedos —No creo ser egocéntrica y mucho menos engreída, eso es muy diferente al orgullo, el cual decidí tirar a la basura por un momento, eres a la primer persona a la que le pido disculpas— respire profundamente ya que mis pulmones se habían vaciado debido a mi rapidez para hablar —Así que lo siento y ya es todo.

Levanté mi mirada y me encontré con una totalmente Jennie anonadada. Hice un intento de sonrisa y me di media vuelta para dirigirme hacia las escaleras.

—Hey— escuche que me llamó y dejé de caminar para darme la media vuelta y ver para que me llamaba. Me miraba igual de sorprendida, después de unos segundos camino hacia mí, por alguna razón me sentí intimidada y bajé mi mirada, pero esta me tomo de la barbilla y levanto mi rostro, con cuidado lo giro hacia un lado y luego hacia el otro, semejando que buscaba algo —Tú no eres Jisoo— dijo seria tratando de no reírse.

—Anda, búrlate.— le dije ofendida mientras volvía a retomar mi camino hacia mi habitación.

—Hey, no me estoy burlando— me dijo tiernamente cuando volvió a llegar a mi lado —Gracias por las disculpas— me dijo sonriente tomándome del brazo —Yo también debí de haberte explicado antes de intentar algo— le sonreí.

—Entonces— alargué divertida — ¿Amigas? — le dije tendiendo mi mano hacia ella.

— ¿Amigas?— pregunto ¿inconforme?— ¿Doblas tu orgullo y me pides disculpas solo para que seamos 'Amigas'?— me miraba sin entender.

—Pues... si— contesté fingiendo nervios, ya que claramente entendía a lo que se refería, o más bien logré entender lo que esperaba.

—Ah— dijo desilusionada —Entonces amigas— dijo tratando de sonar alegre mientras tomaba mi mano. Le sonreí nuevamente, estaba por soltar mi mano, pero yo al contrario, tomé la suya con más fuerza y la atraje hacia mí. Ahora yo tenía la iniciativa.

Me miró divertida cuando se dio cuenta de lo que estaba por hacer, pase su mano por mi cintura para después dejarla en mi espalda formando un abrazo, subí mis manos a sus mejillas y así capturar sus carnosos labios en un apasionado beso. Inmediatamente me siguió.

Mordía mis labios con delicadeza para después acariciar con la punta de su lengua mis labios. Me torturaba. Necesitaba probar su lengua pero ella no me compartía, solo me la presumía pasándola por mis labios entre besos. Ya desesperada pase mis brazos por su cuello, dejándolos reposar en su nuca.

Comencé a besarla con más intensidad y así lograr que Jennie imitara mi actuar. Me autorizó el acceso a su boca donde su lengua y la mía desataron una pelea en la cual ninguna pensaba darse por vencida. Jugaba con el cabello de su nuca, mientras que ella acariciaba mi cintura por encima de mi blusa.

Ella continuo el roce de sus labios con los míos era lo mejor que existía, era tan deleitante que podía pasar el día completo haciéndolo. Pero mi deseo fue interrumpido por una falsa tos.

—Siento interrumpirlas— dijo apenada una de las de mantenimiento, provocando que Jennie y yo nos separáramos bruscamente.—Pero es que su padre está en la línea— dijo tratando de no reírse.

—Eh... si gra... gracias... contestaré en mi habitación— dije apenada tapando mis labios que seguramente habían adoptado un intenso color rojo, tal y como los de Jennie.

—S...si... y yo iré a... abajo— dijo igualmente de apenada mientras comenzábamos a caminar contrariamente.

Entré a mi habitación con una sonrisa de oreja a oreja, después de un profundo suspiro, levanté la bocina del teléfono.

— ¡Papá!— contesté emocionada.

— ¡Hija! ¿Cómo estas?

—Bien ¿y ustedes? ¿Cómo les va?¿Cuándo regresan?— no me había dado cuenta de cuánto los extrañaba, por estar peleando con Bar.

—Muy bien, mucho trabajo, y aun no lo sabemos— contesto en orden cada una de mis preguntas — ¿Y tú? ¿Cómo te llevas con Jennie?— me preguntó seriamente.

—No la soporto, solo quiero que regresen lo más pronto posible para que se vaya.

***************

La NiñeraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora