•°Capítulo 25°•

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—Entonces seguro que todo está bajo control— dijo alegre mi padre.

—No, no me deja hacer nada divertido — le dije haciendo una voz de niña pequeña.

—Sabía que ella era buena elección—dijo seguro —Bueno hija, le diré a tu madre cuando llegue que te marque.

—Está bien— le dije feliz —Los amo— fue lo último que dije antes de colgar, me di la vuelta para ir hacia afuera de mi habitación y buscar a Bárbara, pero al parecer ella se me había adelantado ya que estaba recargada en el marco de la puerta.

—''No la soporto''— levanto una de sus cejas —''Regresen lo más pronto para que se vaya''— soltó una fría carcajada —No cambias más— dijo molesta y se dio la vuelta para irse por el pasillo.

Había escuchado la llamada. Todo lo que yo había dicho, bueno mentido. En cuanto reaccioné, salí corriendo de mi habitación.

— ¿Jennie?— dije mientras daba dos ligeros golpes sobre la puerta de su habitación —Bar, ábreme— le dije ya que la puerta estaba cerrada con seguro —Déjame explicarte...

— ¡Ja!— soltó una sarcástica carcajada— ¿Qué me vas a explicar?— abrió la puerta — ¿Que finges que te gusto para que te devuelva el auto? O ¿Para hacer otra fiesta?— me miraba despectivamente

—No— le dije seria, no me gustaba para nada como me hablaba, estaba a punto de darme la media vuelta y tirar a la basura nuestros cinco minutos de reconciliación. Respiré profundo y pensé antes lo que estaba por decir y no arruinarlo como las otras veces.

—Cuando te tranquilices y si es que se te llega a dar la gana de escucharme, hablamos— sonreí forzadamente y me di la vuelta.

- ¿Esa fui yo? -pregunte extrañada en mi interior.

Esperaba que me reclamara por irme, pero al contrario solo escuché como cerraba la puerta nuevamente.

Resignada entre a mi habitación, donde pase todo el día. Ya que, claramente a Jennie no le dieron las mínimas ganas de escucharme.

Me puse un short y una blusa de tirantes como pijama, para después acomodarme debajo de las sabanas y en cuestión de segundos caer en un profundo sueño.

Me desperté por el constante cosquilleo que sentía en mi mejilla, que poco a poco se desviaban a mis labios, delineando delicadamente el margen de estos. Abrí los ojos lentamente y me encontré con Jennie, quien era la responsable del cosquilleo que me provocaban sus suaves caricias que hacía con el torso de sus dedos. Al verme despierta me sonrió y cesó las caricias.

— ¿Te había dicho antes que eres hermosa?— me dijo mirándome fijamente.

—Engreída, chiflada, malcriada, inmadura y egocéntrica— enumeré con los dedos. —No, creo que no me lo habías dicho— le dije haciéndola reír, mientras miraba hacia el piso apenada.

—Entonces supongo que solo lo pensé — seguía mirando hacia abajo.

—Jenn— le llamé haciendo que subiera su mirada —Si le dije eso a mi padre es porque lo conozco— le expliqué —Si le hubiera dicho que nos llevamos bien, inmediatamente contrata a otra— sonrió mostrándome su perfecta dentadura.

— ¿Entonces no quieres que me vaya?— levantó su ceja izquierda mientras se comenzaba a acercar.

—No— le dije mientras me hacía a un lado y movía las sabanas para que entrara junto conmigo, rió por mí accionar. Se acomodó a un lado de mi y me abrazó por la cintura para después apegarme a su cuerpo, igual me abracé a su torso y acomodé mi cabeza en su hombro, para poder ocultar mi rostro en su cuello y poder aspirar su delicioso y embriagante aroma.

Pasábamos todo el tiempo juntas, me divertía mucho con ella, llevábamos una semana de que nos hicimos 'amigas'.

— ¡Jennie! ¡Bájame!— le grité desesperada.

—No lo creo— dijo riendo mientras caminaba conmigo en brazos hacia el jardín.

— ¡Jeeennieeee! — Alargué pataleando cuando vi que se dirigía a la piscina y se paraba en el borde —Solo fue una broma—solté una carcajada —Además creo que te ves sexy con bigote, barba y lentes— volví a reír

*Flashback*

Jennie se había quedado completamente dormida, y yo simplemente no lograba dormirme, me puse de pie y bajé por un vaso de agua a la cocina. Ya con mi vaso en la mano subí de nuevo a mi habitación, caminé por el lado donde estaba Jennie para dejar el vaso en la mesa de noche.

Me senté con cuidado a un lado para admirarla, irradiaba tranquilidad verla así. Volví a tomar el vaso y por accidente cayeron mis plumas, lápices y marcadores de la mesa. Me agaché para levantarlos, mire una vez más a Jennie que dormía plácidamente y después dirigí mi mirada a los marcadores que traía en mis manos. Guardé todos excepto el negro. Lo destapé y dibuje en el rostro de Jennie un gracioso bigote, un poco de barba, unos lentes y un pequeño corazón en su mejilla derecha.

*Fin Flashback*

—Y a mí me pareces sexy mojada— me dijo mientras mecía sus brazos como para lanzarme a la alberca pero no lo hacía.

— Es que no podía dormir— le dije mirándola tiernamente.

—Ni creas que esa cara me convence— me dijo aunque yo estaba cien por ciento segura de que la convencería.

— ¿Ni esto?— le dije sensualmente antes de atrapar sus labios, me siguió el beso, era un beso tranquilo que poco a poco se volvía salvaje, pero antes de que se transformara por completo me separé de sus labios no sin antes dar una pequeña mordida en su labio inferior.

Termino de saborear el beso pasando su lengua por sus labios, primero el inferior y luego el superior.

—Está bien me convenciste— me dijo bajándome, sin soltarme toque el piso con las puntas de mis pies y asi me quede para poder a alcanzar nuevamente los labios de Jennie y dar un corto beso sobre ellos.

—Vamos adentro— me dijo sonriente mientras me tomaba de la mano, estaba por caminar y olvide que estaba parada sobre el borde de la piscina, y de un momento a otro estaba dentro de la piscina.

— ¡JENNIE!— le grité tratando de sonar molesta pero no lo logré, una fuerte carcajada se escapó de mis labios..

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La NiñeraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora