Prefacio

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Desde el inicio de los tiempos tres mundos fueron forjados de una estrella en agonía, en cada uno se formaron criaturas únicas del último suspiro de su derrota. La primera en formarse fue la tierra alta hecha de lágrimas gélidas, en ella surgieron seres de viento parecidos a refinados pajarillos que amaban la incandescencia. La tierra media fue creada de la silueta astral en la cual seres de suelo llenaron las praderas y montañas. Y, por último, la tierra baja, aquella que fue moldeada desde el profundo corazón ígneo donde la luz era desconocida, en él nacieron seres que adoraban la oscuridad.

En tiempos muy antiguos dos mundos estuvieron en guerra por el control del tercero y la supremacía total, los bosques lloraban y la tierra era regada de carmín. Infinidad de días oscuros se avecinaron, la luz se vislumbraba lejana. Los seres del cielo se denominaron ángelos, los seres de lo subterráneos se llamaron a sí mismos daemons.

La tierra media casi devastada pidió clemencia al ser la más asolada, débil ante las otras dos tierras no tenía opción que pedir por la conciliación de los tres. Al ser conscientes de la casi extinción de cada especie, acordaron delimitar totalmente los territorios y cerrar el portar de cada reino dividiéndolos por siempre.

La paz reinó por un tiempo, la memoria de la tierra media fue borrada para que pudiesen comenzar una nueva era. Sin embargo, la hostilidad del ahora cielo y el inframundo, nunca cesó. Otra guerra surgió, una llevada a voces y casi imperceptible, portales fueron encontrados haciendo la confrontación letal. El consejo del inframundo se formó con 7 concejales y un líder, una familia hecha de oscuridad y hegemonía. Hubo un tiempo en que los seres oscuros casi destruyeron la luz, pero aquello los llevó a la punta de la evanescencia, y sólo entonces comprendieron del equilibrio que compensa los mundos.

Los ángeles declinaron la propuesta del acuerdo permanente de paz, demasiado egocéntricos para ello no aceptarían nada que no fuese el todo. La guerra siguió y los seres alados llevaron a cabo estrategias crueles sin importar su propia especie, cuando creían haber encontrado la respuesta, simplemente desaparecieron y firmaron el frágil acuerdo de unificación.

Mi Pequeño Ángel | Larry Stylinson AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora