Hace un par de días cuando la llegada de Blake estaba fresca, él tocó la puerta de Harry con lágrimas en los ojos y la excusa de lo vacía que su maleta se encontraba. Mostró la poca ropa que pudo tomar antes de ser echado, aquella estaba casi hecha jirones.
No fue difícil que el ojiverde le creyera ya que en proporción era cierto, al ver lo desgastada que estaba en su superficie sólo bastó un par de segundos para que lo dejara entrar en su habitación.
Harry era un alma noble y pura, fuera de sus inseguridades y miedos su corazón era enorme. A pesar de todo lo malo que le sucedió se prometió que, si algún día lograba salir de ese lugar, si volvía a ver la luz del sol, nunca se daría por vencido y mucho menos se doblegaría.
La trágica historia que el rubio relató llegó a tocar su fibra sensible porque en parte eso no era mentira. El ángel de ojos grises sufrió maltrato y humillación al igual que Harry en aquellas noches oscuras cargadas de dolor. Pero como era de esperarse, Blake distorsionó la historia en la forma perfecta que se viera beneficiado con eso. No era necesario porque Harry era demasiado sensible, pero aun así lo hizo para hacerlo sentir mal al creer que su dolor era mínimo a comparación del suyo. Lo que no sabía, era que Harry sufrió más de lo que podía imaginar.
Harry vio triste el caer de las lágrimas que sin descanso bañaban el delicado rostro, le dio vía libre a su armario y le dijo que podría llevarse todo lo que necesitara. Ropa tenía mucha y lo material no era lo más valioso para él. Adoraba los regalos y las cosas bonitas, pero su fascinación era la sola presencia de Louis.
Básicamente el rubio tomó las cosas más caras que pudo hallar.
Al día siguiente de la noche en la feria, Harry se despertó muy tarde, no sintió cuando Louis se fue. Caminó por el largo pasillo con un estómago que no paraba de gruñir, no era medio día, pero estar tan hambriento le hacía pensar en comer lo primero que encontrara en la cocina.
Su espalda crujió suavemente cuando estiró sus brazos, y lamentó eso porque su cadera dolió recordándole lo sucedido tras unos arbustos frondosos, como si las marcas en su cuello no fueran suficientes. Mordió su labio para no dejar escapar una sonrisa tonta, pero fue muy tarde.
Sin dejar de pensar en todo y a la vez nada, resbaló, pero no cayó al pisar algo suave. Confundido encontró en el rellano de las escaleras la ropa que Blake había tomado. Extrañado, su hambre pasó a segundo plano y tomó lo primero a su alcance del desastre desperdigado para ir donde se encontraban el dueño de ellas. Por el ruido que llegaba desde abajo lo encontró acostado en el sofá frente a la televisión.
Para su sorpresa estaba casi desnudo. Un pequeño bóxer azul era lo único que lo cubría. Diminuto era la palabra correcta para usar y el que no dejara nada a la imaginación era lo segundo. Desde un costado lo suficientemente lejos de la vista de Blake, Harry no hizo ruido alguno y observó la semidesnudez del que en un principio fue de Louis.
Su mirada cambió a una inquieta cuando observó el cuerpo curvilíneo y perfecto. Delgado y delicado con una gracia impoluta natural en él. A simple vista y desde lejos se podía apreciar lo valioso que podía llegar a ser por lo bonito que era.
Mientras que él... él solo era delgado, su cuerpo sin una pizca de delicadeza era torpe y a veces desaliñado cuando decidía vestir solo unas bragas y una camisa grande del ojiazul. No tenía curvas ni piel bronceada, y últimamente su abdomen había comenzado a crecer por la comida diaria. Aunque no se notara mucho pensó que tal vez estaba engordando y si se ponía gordo Louis no lo querría más. Había escuchado a Zayn decir que algunos les disgustaban los cuerpos flácidos.
Si él dejaba a un lado tanta azúcar podría quitar la hinchazón de su estómago... Pero amaba los pasteles rellenos de fruta y el chocolate que los cubría. Louis jamás dijo nada sobre la forma de su cuerpo, estaba seguro que no empezaría ahora, ellos ya pusieron palabras a lo que sentían y nada iba a cambiar.
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Mi Pequeño Ángel | Larry Stylinson AU
Hayran KurguÉrase una vez una estrella moribunda que dio vida en su agonía. Tres reinos fueron forjados, las tres tierras fueron llamados. Cada uno tuvo vida en su interior, las criaturas fueron hechas para otorgar equilibrio, sin embargo, tiempo después el cao...