Mi Pequeño Ángel | Larry Stylinson AU

Capítulo 21

Las estrellas salpicadas en él cielo nocturno se veían tan incandescente como faroles plateados en un callejón solitario. A través de la ventana del auto de Louis todo se veía increíble al conducir en el solitario camino. La oscuridad los escondía perfectamente en la carretera y Harry podía sentir los dedos del ojiazul acariciar su cabello mientras apoyaba su cabeza en su regazo.

Harry recorrió con su mirada el perfil anguloso, centímetro a centímetro la piel tersa del color del caramelo se veía más hermosa al ser golpeada con la luz blanquecina de la noche. Desde su perspectiva estando más abajo, la barbilla ligeramente puntiaguda de Louis con barba incipiente le hacía sentir mariposas en su estómago, o algo así dijo Zayn que se llamaban las cosas que sentía dentro de él cada vez que Louis lo tocaba, o con menos de eso, ya que con una sola mirada lo tenía totalmente a sus pies.

Una de sus cosas favoritas era cuando podía pasar su lengua sobre la raposa piel, o también cuando los labios de Louis besaban su cuerpo con tanta parsimonia que era imposible creer que hablaran del mismo ojiazul brusco y frío de hace un par de meses. Anhelaba en demasía cuando su toque áspero se dirigía hacia la piel sensible de su cuerpo pequeño. Louis sabía dónde tocarlo para tenerlo abrumado y jadeando por él, porque al parecer le gustaba la parte más receptiva y sensible que eran sus muslos.

—Harry —la pequeña palabra tuvo que ser repetida varias veces para sacarlo de sus pensamientos. Louis casi podía saber lo que Harry estaba pensando al ver el pesado sonrojo sobre su rostro.

Ya habían llegado un par de minutos antes y él estaba perdido en sus divagaciones. Pero eso no importó porque Louis lo atrajo a él y lo besó de manera lenta. Derritiéndose uno contra otro, colisionando sus labios de la manera perfecta, de la forma en donde no queda nadie más que las respiraciones irregulares y las palpitaciones de dos corazones juntos latiendo al compás de un sentimiento brumoso.

El aire gélido los golpeó al abandonar el auto y Louis no pudo estar más satisfecho al haber obligado a Harry a cambiarse el vestido que llevaba puesto. Todo aquello fue reemplazado por un ceñido pantalón negro que llegaba poco más abajo de los huesos de las caderas estrechas, un enorme jersey esponjoso color violeta con estampado de gatitos, y unas botas que se veían bonitas en los pequeños pies. Malditamente adorable eran las palabras correctas para describirlo.

Él también se quitó el estorboso traje, siendo obligado a vestir casi igual que Harry con la pequeña diferencia que su jersey no tenía estampado y su color era oscuro, en lugar de botas llevaba Vans negras. Tenía mucho tiempo que no vestía así, siempre era camisas y zapatos elegantes, trajes y blazers costosos, después de todo se sentía cómodo vistiendo tan simple y normal, y se sentía mucho mejor porque la pequeña mano de Harry estaba entrelazada con la suya y sus enormes ojos verdes no perdían el brillo fascinante que lo envolvía.

Nada importó el clima frío cuando vieron las luces doradas enredadas sobre los árboles cubriendo la feria de estrellas artificiales, haciendo todo hipnótico con la cálida luz de los pequeños focos sobre sus cabezas.

Todo eso era un nuevo mundo para Harry. Las decenas de puestos de comida que desprendían olores exquisitos, las luces neón mezcladas con los gritos en los juegos en el fondo del lugar, las risas e incluso las grotescas palabras que se escuchaban en los lugares donde se exhibían diferentes tipos de peluches, era agradable aquello porque tenía una mezcla de dicha, a simple vista todos parecían felices estando ahí.

Los enormes ojos verdes brillaron más al ver infinidad de golosinas por todos lados. Harry ni siquiera dejó a Louis detallar el lugar cuando ya lo estaba jalando hacía todas las luces neón cegadoras. Alturas mezcladas con gritos y risas, lentitud y luces doradas, vueltas innecesarias con rostros pálidos, fueron algunos de los lugares en que se detuvieron.