Capítulo 12

5.8K 582 182
                                    

—Tu habitación es esa. Si no tienes nada que hacer, no salgas. No te quiero cerca, ¿queda claro? —Louis advirtió con un tono duro.

Blake lo miro con una sonrisa hipócrita y le dio la espalda sin contestar.

Gran error.

Una mano lo tomó del brazo y lo jaló bruscamente quedando frente a unos densos ojos color hielo. —Te pregunté si quedaba claro —seguía igual de brusco y dominante. Y también el mismo miedo lo atravesó.

—S-si —Blake carraspeó tratando de no sonar tan asustado—, nos vemos mañana, cielo —pasó su mano descaradamente por la mejilla de Louis y sonrió una vez recuperó su semblante cínico. Ocultó su dolor con una risilla cuando el castaño se apartó con una mueca de asco.

Esto sería más difícil de lo que imaginó. No tenía previsto que Louis tuviera a uno permanente. De hecho, nunca pensó siquiera que algo así sucedería tan pronto. Él fue por esa razón, creyó que seguía vacante el lugar y con esa oportunidad se colaría en sus huesos, hasta que no pudiera negarse. Así entonces se quedaría con él.

Pero ese estúpido rizado se adelantó. Una sonrisa se formó en su rostro cuando sopesó las probabilidades. El que estuviera ahí no significaba que no pudiera echarlo en un futuro. Sonrió más amplio, con satisfacción. Si era más astuto podría hacer que Louis tirara a "Harry" para que estuviera con él, al final se consideraba mejor que ese niño tonto.

(...)

Louis regresó a su habitación y encontró a Harry tendido sobre su cama boca arriba, graciosamente tenía las piernas flexionadas y abiertas mostrando su ropa interior.

—Hey —sujetó sus tobillos y tiró de él hasta media cama—, ¿no te enseñaron que eso es una invitación?

Harry se sonrojó furiosamente y con una sonrisa mordió su labio inferior. —Quien sabe...Tal vez —batió coqueto sus pestañas.

Louis sentándose en la cama atrajo a Harry a su regazo para que enredara sus largas piernas en su cintura. El rizado no perdió oportunidad en pasar sus brazos por su cuello y enterrar su rostro en él como normalmente hacía.

Amaba al Louis cariñoso, era raro que se pusiera así ya que normalmente era gruñón y salvaje, pero cuando se comportaba lindo, su corazón se hinchaba de felicidad absoluta.

Los brazos cálidos descansaron en su espalda atrayéndolo más si eso fuera posible. Las manos de Louis recorrieron su espalda con caricias lentas hasta que llegaron a la unión de sus alas. Harry se estremeció cuando sus dedos acariciaron las pequeñas plumas de esa parte. Sentía cosas cuando el castaño las tocaba por accidente. Sólo con roces repentinos su respiración se quedaba atorada en su garganta, ahora que lo estaba tocando con toda intención, su corazón latía desenfrenado.

No dejó que antes alguien las tocara porque las alas para un ángel era lo más preciado que tenían. Si dejaban tocarlas, esa persona debía sentirse afortunada ya que eso era una muestra de absoluta credulidad. Era incluso más íntimo que acostarse con su portador.

—Pu-puedes acariciarlas si quieres —conectó sus miradas y sonrió tímido.

—¿No te desagradaría? —preguntó cauteloso porque él también sabía lo que significaba.

Se sorprendió por su propuesta, pero lo ocultó muy bien. Jamás las tocó con totalidad, sólo pequeñas partes al alcance cuando Harry veía. Evitó sentirlas cuando pudo temiendo ponerlo incómodo. Una tontería más a su lista que no hubiera hecho en un pasado.

—Si eres tú, no —separó una de sus manos y la colocó sobre la mejilla con barba incipiente—. Confío en ti.

Harry apartándose de su agarre se acomodó en la cama boca abajo. Desplegó sus alas hasta que estas descansaron sobre la totalidad de la amplia cama, e incluso, una parte de ellas quedaron flotando en los bordes.

Mi Pequeño Ángel | Larry Stylinson AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora