La piel de Harry olía a Louis, por supuesto que sí, reconocería ese fuerte olor en cualquier lugar. Sin embargo, bajo el ajeno olor que tenía Harry impregnado en su piel, estaba el propio. Muy escondido y discreto.
La esencia de un ángel es pura. No tiene notas de nada que no sean las dulces flores y frutos del elíseo. Notas embriagantes capaz de trasmitir la más inmaculada tranquilidad, sensaciones cálidas y reconfortantes que nadie mas que ellos podían dar.
Si la esencia de un ser de luz tuviera un color, inmediatamente sería clasificada con el blanco, inocente e impoluto. El olor penetrante de un demonio sería el negro sin duda alguna. Para los humanos estaría el gris, compuestos de maldad y bondad al mismo tiempo, que algunos ejercieran más una parte que la otra era algo a consideración.
Blake tenía claro que ninguno de esos colores parecía encajar en Harry.
Olía diferente sin duda, bajo lo dulce había un toque de algo más pesado.
En lugar de sentir la brumosa paz que emanaba un ángel, únicamente se inquietó como nunca. Antes no prestó atención al rizado considerándolo aburrido y empalagoso, nada más que molesto, pero ahora al estar tan cerca su piel se erizó con el presentimiento de que algo estaba mal. La curiosidad picaba en su interior en descubrir que pasaba, mas algo parecido al miedo se instalaba en su cuello y no lo dejaba respirar.
¿Eso significaba un mal augurio?
Tal vez.
Él nunca fue un cobarde y todos aquellos que lo conocían lo sabían, era atrevido e incluso impulsivo, pero jamás retrocedía en nada, era también egoísta y cruel. Un ser considerado malo para ser un ángel, pero las circunstancias lo hicieron así, sólo él sabía el porqué de su naturaleza y sus alcances. Sin embargo, su curiosidad latente hacia Harry iba en contra de su naturaleza de autoconservación.
Y no estaba muy seguro de querer descubrir lo que bajo esa blanca piel se ocultaba.
(...)
—Tranquilo —entrelazó sus manos con las pequeñas. Esa palabra era la única que no parecía encajar en esas últimas horas a pesa de ser dicha en infinidad de ocasiones en el corto lapso de tiempo—, no hay nadie que nos escuche.
Harry volteó a ambos lados cerciorándose de nuevo que el callejón donde Zayn había estacionado estaba vacío. Esto le costaba un poco decirlo en voz alta, confiaba mucho en Zayn para estar haciendo esto y la culpa lo invadía por no decírselo a Louis.
—Anoche le grite a Louis y peleamos —bajó la cabeza avergonzado.
—¿Escuchó la conversación? —Zayn preguntó asustado. No creía que el castaño fuera a alterarse por algo así... o quizá sí.
—No, él no tuvo la culpa —Harry suspiró triste aún con la mirada abajo.
Por la expresión desolada e insegura, no se necesitó ser un genio para descubrir el centro del problema. —Blake —Zayn rodó los ojos fastidiado.
Harry asintió despacio. —¿Recuerdas los cupcakes que haría para Louis? —subió la mirada llena de angustia a los ojos profundos de Zayn esperando el asentimiento para continuar— Los hice, quedaron tan bonitos y olían maravilloso —sus ojos brillaron emocionados, mas eso solo duró un segundo—, Blake le dijo que él los hizo y que yo lo rechacé cuando intentó que los dos trabajáramos en ello.
—Sabía que en algún momento haría algo así —negó molesto y cansado, pero era de esperarse porque era Blake —. Obviamente le dijiste a Louis la verdad —levantó una ceja dudado de la obvia respuesta que saldría de la boca del ojiverde.
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Mi Pequeño Ángel | Larry Stylinson AU
FanfictionÉrase una vez una estrella moribunda que dio vida en su agonía. Tres reinos fueron forjados, las tres tierras fueron llamados. Cada uno tuvo vida en su interior, las criaturas fueron hechas para otorgar equilibrio, sin embargo, tiempo después el cao...