Regina estaba sentada frente a Lorna en la pequeña oficina que era del administrador del restaurante; estaba bastante nerviosa, las manos le temblaban aunque las tenía sobre su regazo.
—Mira chica, no sé qué es lo que paso allá afuera, pero yo no quiero problemas en el restaurante — Hablo Lorna. Regina no respondió y solo bajó la vista al suelo. Lorna le tomo la mano a la morena sintiendo empatía por ella — Yo sé lo que es estar en problemas, toda mi vida prácticamente fue así. Y si tienes que esconderte, debe de ser algo grave.
—Lo siento — Se disculpó Regina — No volverá a pasar algo como eso.
—Si necesitas ayuda... Puedes confiar en mí.
—No puedo confiar en nadie... — Se apresuró a responder la morena — Nadie debe ni puede estar involucrado.
—Necesitas a alguien que te pueda proteger chica. Tal vez no quieras que sea yo, pero si estas en peligro alguien necesita saberlo.
Regina miro a Lorna agradeciendo su preocupación, pero tenía una lucha interna solamente al pensar en pronunciar una sola palabra del porque esos hombres la buscaban.
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De camino a casa, Regina no podía evitar mirar a todos lados a cada paso que daba, cerciorándose de que nadie la siguiera o la notaran. Cuando entro al departamento se recargo en la puerta dejando escapar un suspiro. Las luces estaban apagadas y agradeció que Emma no estuviera en casa, así le daría un poco más de tiempo para tranquilizarse y actuar como si nada hubiera pasado.
Ella caminó hacia la barra de la cocina y dejo su pequeño bolso y una bolsa de papel canela. Caminó hasta lo que por el momento era su habitación y se quitó su chaqueta de piel y después se soltó el cabello sacudiendo la cabeza. Caminó hasta el closet y saco la pijama que la rubia de ojos lindos le había prestado; se quitó el uniforme del restaurante y lo doblo sobre la cama, se puso la pijama y camino de vuelta a la cocina
Regina tomó la bolsa de papel y saco un par de recipientes de unicel para meterlos al microondas.
La morena desvió la vista de la luz del microondas hacía la puerta cuando escucho que se abría con un tamborileo de las llaves en la cerradura. Emma entro al departamento buscando a Regina con la vista y cuando la vio en su pijama al lado del microondas, no pudo evitar una pequeña sonrisa.
—Hola — Saludo la rubia
—Hola... ¿Qué tal tu día?
—Nada fuera de lo normal — Emma se acercó a la cocina y se quitó la chaqueta de piel roja dejándola encima de la barra — ¿Qué tal el tuyo?
—Agotador — Respondió Regina con un gesto de cansancio — Rellenar saleros y limpiar mesas es más cansado de lo que parece.
—¿Qué tienes ahí? — La rubia señalo el microondas con un movimiento de cabeza.
—Oh, pues resulta que en el restaurante a cada empleado le tocan un poco de las sobras de ese día — explico Regina poniendo las manos en su cadera — Así que es la cena.
—Huele bien.
—Pastel de carne y puré de papas.
El microondas produjo un sonido que indicaba que la comida ya estaba caliente y Regina saco el recipiente dejándolo sobre la barra para después tomar el recipiente faltante y repetir el mismo proceso.
La morena recargo sus brazos en la barra observando como la rubia recogía su cabello en una coleta. Emma tenía el cabello tan largo que luchaba con el para poder controlarlo con la banda elástica. La vista de Regina se desvió hacía el resplandor a un lado de la chaqueta de Emma y pudo ver su placa de policía con las palabras "Detective Swan" grabadas en la placa de metal.
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Trouble
Romance"Sabía que eras un problema desde el momento en que te vi, pero no pude evitar querer tenerte a mi lado, eres mi problema y todo lo que necesito" Ser policía en la ciudad de New York no es nada fácil, pero Emma siempre hace lo mejor que pude. Ayudar...