Capítulo 15

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Regina estaba sentada con la vista clavada en el suelo y los ojos llenos de lágrimas. Se estaba tomando las manos como si su vida dependiera de ello. La actitud de Emma al verle le había hecho sentir como si fuera la peor persona en la faz de la tierra.

Después de unos segundos de pensarlo a fondo, la morena se levantó de la silla e hizo sus manos puño encajándose las uñas en las palmas de las manos. Zelena le había mandado un texto diciéndole que en veinte minutos pasaría por ella, así que tenía que ver a Emma por última vez, era ahora o nunca.

Regina camino hasta la habitación y se ocultó detrás de la pared asomando la cabeza por el marco de la puerta, solo un poco. Escucho la voz de Killian y observo como el movía la cabeza para verla. La morena no hizo un solo movimiento, pero su rostro debió provocar lastima en el chico porque le dedico una sonrisa de medio lado.

—Sabes Swan. — Habló él. — Regina se va ir de aquí... Se va a ir para protegerte. — Killian observo como los ojos de su amiga se abrían un poco más de lo normal. — Cuando despertaste, ella se estaba despidiendo de ti, y creo que tú también deberías hacerlo. — La rubia parpadeo dos veces. — Sé que es difícil toda esta situación, pero en verdad ¿No quieres verla?... ¿Aunque sea por última vez? — Nuevamente, dos parpadeos. — ¿Estas segura? Sé que la quieres y no creo que quieras dejarla ir así... — Killian fue interrumpido por un leve quejido de parte de Emma y después la observo parpadear dos veces.

El chico levanto la cabeza y volvió a mirar a la morena. El observo los ojos llorosos de Regina y después negó con la cabeza. Segundos después, Regina ya estaba corriendo hacia la salida del hospital.

Zelena estaba llegando y estaba estacionando el auto cerca de la acera cuando observo a su hermana acercarse a toda prisa. La pelirroja detuvo el auto y en un parpadeo Regina ya estaba subiéndose al asiento de copiloto dando un fuerte portazo.

—¡Oye!, Tranquila, aun no termino de pagar el auto. — Se quejó Zelena.

—Conduce — Regina estaba molesta, triste y se sentía impotente y todo eso le causaba dolor en la cabeza. — Quiero irme de aquí ahora mismo.

—¿Qué fue lo que paso?

—Solo conduce.

—Como tu ordenes.

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Mary Margaret estaba estática y con los ojos llenos de lágrimas, mirando a su hija que ya estaba despierta. Emma miraba a su madre y quería decirle que todo estaba bien, que ella estaba bien aunque no lo pareciera.

La rubia se sentía impotente y enojada por estar en aquella situación, por dejar que un tipo le disparara y la dejara en ese estado. Pero ella sabía que su situación física no sería ningún impedimento para continuar viviendo, ella lograría salir de eso y aunque no pudiera ser la misma de antes, trataría de ser lo más parecido. Ver a sus padres y a Killian frente a ella le daba la motivación para seguir y aunque Regina debería de estar entre esas personas, Emma aún no estaba preparada para verla; no la culpaba por lo que había pasado, pero no toleraba las mentiras y la morena no sería la excepción por mucho que la amara. Por qué si, la amaba, ella lo sabía y lo sentía en su pecho.

La entrada del doctor interrumpió sus pensamientos y sus ojos se concentraron en el hombre de cabello oscuro y ojos azules que se acercaba a ella.

—Muy bien Emma, vamos a hacerte unos cuantos estudios para poder preparar tus sesiones de terapia. — El doctor Shepard miro a los padres de Emma — Es importante que durante la etapa de terapia Emma reciba mucho apoyo, no va a ser nada fácil.

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