Emma estaba en el sofá abrazando sus piernas con la barbilla recargada en las rodillas. Su vista estaba fija en la televisión apagada y su cabeza no paraba de dar vueltas.
—¿Tampoco puedes dormir?
La rubia levanto su cabeza mirando por encima de su hombro como Regina se acercaba a ella.
—Insomnio — Respondió Emma encogiéndose de hombros — ¿Y tú?
—Creo que todo el asunto de Zelena me dijo inquieta — Respondió la morena — ¿Quieres salir a tomar un poco de aire? — Dijo haciendo un movimiento de cabeza señalando la ventana de la escalera de incendios.
Emma asintió y se levantó del sofá para caminar al lado de Regina hasta la escalera de incendios. Regina salió por la ventana primero seguida por la rubia y ambas chicas se sentaron en la escalera sintiendo el aire frio de la ciudad golpear sus rostros.
Regina se cruzó de brazos sintiendo que su pijama no era lo mejor para cubrirse del frio y Emma recargo los codos en sus rodillas inclinándose hacia delante.
—Zelena se preocupa mucho por ti — Comentó la rubia.
—A pesar de que tenemos poco contacto ella siempre me ayuda — Respondió Regina.
—¿Y por qué no acudiste a ella desde un inicio?
—Ella tiene una vida Emma. No podía llegar de un momento a otro y arruinarle todo. Ella tiene un esposo y una pequeña hija, ambos de llaman Robín — Regina sonrió recordando la foto del rostro de la pequeña que Zelena le había mostrado cuando se conocieron — No quería meterla en problemas.
—Y entonces preferiste venir a una ciudad desconocida.
—Reconozco que no fue mi más brillante plan.
—Tú me dijiste que estabas huyendo de ti misma — Emma miro a la morena a los ojos — Pero yo creo que huyes de algo más.
—¿De qué hablas? — Preguntó Regina con nerviosismo.
—Creo que hay algo que no me estás diciendo Regina... Y no me gusta para nada.
—Claro que no Emma... Solamente soy una chica que quiso cambiar de vida — La morena se encogió de hombros — No fue mi intención que me robaran el primer día y terminar viviendo contigo... Pero si tanto te molesta siempre puedo irme.
—No quiero que te vayas — Se apresuró a decir la rubia — Simplemente quiero que confíes en mí. Que puedas decirme lo que quieras...
—No tengo nada que decir — Interrumpió la morena — Si lo tuviera te lo diría — Ella se levantó de la escalera — Por cierto, no había tenido la oportunidad de agradecerte por la ropa, ¿Cómo supiste mi talla? — Preguntó arqueando una ceja.
—Mire la talla de tu ropa — Respondió la rubia apenada — Así compre los jeans y las blusas y la chica de la tienda me dijo que por la talla que usabas la ropa interior debería de quedarte.
—Bueno. Gracias por eso.
—Iba a comprarte zapatos también, pero no supe que numero. Y como siempre usas tus botas no pude ver qué número eran.
—Esas botas y yo somos uno mismo — Dijo la morena con una sonrisa — Nací con esas botas.
Emma soltó una pequeña carcajada y sonrió ante la idea de un bebé regordete y recién nacido con las botas estilo militar de Regina.
La morena se despidió de Emma y entro al departamento dejando a la rubia sola con sus pensamientos.
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Trouble
Romantiek"Sabía que eras un problema desde el momento en que te vi, pero no pude evitar querer tenerte a mi lado, eres mi problema y todo lo que necesito" Ser policía en la ciudad de New York no es nada fácil, pero Emma siempre hace lo mejor que pude. Ayudar...