Regina no se había dado cuenta de cómo había sucedido todo, no podía ver otra cosa que no fuera el cuerpo pálido de Emma sobre el ensangrentado suelo. Killian estaba ahí gritando mientras ponía sus manos en la herida de la rubia. Regina no podía escuchar nada, se sentía aturdida y de sus ojos las lágrimas caían automáticamente; la morena giro la cabeza y pudo ver a un par de policías apuntándole al hombre que le había disparado a Emma. El hombre estaba en el suelo, con los ojos abiertos y la sangre escapando de su pecho.
Los policías guardaron sus armas y voltearon a ver a Killian quien les estaba dando algunas órdenes. Regina regreso su vista hacia Emma y segundos después pudo ver como los paramédicos rápidamente levantaban a Emma del suelo y se la llevaban.
La morena se vio obligada a levantarse del suelo sintiendo como Killian la tomaba del brazo y la jalaba con él para que comenzara a caminar. Se dejó guiar por él, quien prácticamente la arrastraba, hasta que llegaron a una patrulla estacionada en la acera del edificio. Killian la obligo a subir a la parte de atrás del auto y el corrió a subirse en el asiento del conductor.
—¿A dónde me llevas? — Preguntó Regina en un susurró.
—A la estación de policías. — Respondió él mirándola por el retrovisor del auto.
—Quiero ir con Emma...
—¡No! — Sentenció Killian — Ya le has hecho suficiente daño. Ella estará más segura contigo en una celda.
Regina no se sorprendió ante las palabras del muchacho. Ella era la culpable de que Emma estuviera gravemente herida.
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Los paramédicos corrían con la camilla, sosteniendo la bomba de oxígeno y presionando la herida para detener la hemorragia. Tan rápido como entraron en la sala de emergencias, los doctores corrieron hacia la camilla observando a la rubia tendida en ella.
—Mujer de 26 años, herida de bala y al parecer fuerte contusión. Ha perdido mucha sangre y su pulso se debilita cada vez más — Informó uno de los paramédicos.
—Tenemos que llevarla al quirófano inmediatamente para detener la hemorragia — Sugirió uno de los doctores.
Un doctor más, de cabello oscuro y ojos azules se acercó a revisar a Emma, abriendo sus ojos y pasando la luz de una lámpara por ellos.
—Puede que haya daño cerebral. — Mencionó él — Necesito hacerle tomografías y un par de estudios cuando la cirugía termine.
—Te informare cuando esté lista para ti Shepherd, pero no tendrás nada que revisar si no detenemos el sangrado a tiempo. — Le respondió su colega — ¿Sabemos cómo se llama la paciente?
—Emma Swan — Informó una de las enfermeras que leía la tabla con la información de la rubia.
—Muy bien Emma... Te vamos a sacar de esta.
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—Mataste a un hombre Killian. — Lo reprendió Booth.
—Un hombre armado que le había disparado a la detective Swan y probablemente habría hecho lo mismo a la mujer que estaba con ella. — Se defendió el moreno.
—Nadie puede asegurar tu testimonió Killian, puedes ir a la cárcel por eso.
—Regina, la mujer que estaba con Emma puede hacerlo.
—¿Quién es ella? ¿Por qué todo este alboroto fue su culpa?
—Es la hija de Gold, el narcotraficante.
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Trouble
Romance"Sabía que eras un problema desde el momento en que te vi, pero no pude evitar querer tenerte a mi lado, eres mi problema y todo lo que necesito" Ser policía en la ciudad de New York no es nada fácil, pero Emma siempre hace lo mejor que pude. Ayudar...