Boys Don't Cry [RyeoHyun]

☆17☆

Kyuhyun miraba la TV totalmente concentrado, la partida estaba en su máximo punto y debía como fuera obtener tres coronas antes de que el cronómetro indicara cero. Acomodó su trasero sobre el cojín que había puesto en el suelo para que con el tiempo no estuviese totalmente entumesido y siguió apromiendo botones de una manera condenadamente rapida; como si ello fuese la única salvación de alguna crisis apocalíptica inmediata.

Tomó su lanza granadas después de una voltereta especial hecha sobre el suelo y la disparó hacia su objetivo creando una fuerte explosión dentro del juego y al mismo tiempo un poderoso estruendo se escuchó proveniente del Ático. Impresionado, curioso e impresionado nuevamente, levantó su vista buscando en el techo algo que de ninguna manera podría ver si no se decidía a ir por si mismo a ese lugar; pausó el juego y se levantó por completo,  sus pies descalzos tocaron el suelo de madera maciza y caminó hasta alcanzar el umbral de su habitación, se asomó mirando a través del pasillo la puerta de la habitación de su padre confirmando que permanecia cerrada y naturalmente su vista se dirigió a la compacta puerta cuadrada que decoraba el techo del mismo pasillo; ahí se quedó esperando por cualquier cosa.

por varios eternos segundos su corazón dio mil vueltas; algo que no sabía a ciencia cierta qué era había golpeado demasiado fuerte el suelo del ático y era totalmente extraño que eso precisamente estuviera sucediendo cuando se encontraba solo; estaba entrando en un pánico real y empeoró cuando sintió en sus pies algo peludo que lo rozaba. Aterrado soltó un gritó sepulcral, retrocedió más asustado que nunca e hizo que su rostro se desfigurara de manera tal, que no le quedaría duda a nadie de que en  verdad estaba muerto del miedo.

—mew~~!

La cola esponjada del animal que permanecía parado en cuatro patas, fuera de la habitación, le indicaba lo mal que le había sentado el hecho de que le tratara de esa manera tan cruel. sus garras hicieron soniditos de pisaditas y rápidamente convirtió su mezquindad en atracción incomparable, así llegó ella hacía un Kyuhyun mucho más tranquilo y se frotó contra su pantorrilla volviendo a verle

—mew~~~

—oh, cosita. Lo lamento tanto. —conmovido por la ternura del animal la levantó y la acunó tal y como una bebita, le acarició el pequeño y animalezco rostro con la nariz y se sobresaltó al escuchar que movian cosas en su ático

¡Sí, en su triste, vacío y abandonado ático!

—¡mierda! — Edennisse se soltó de sus brazos y saltó por si sola, cayó en sus cuatro patas atenta a lo que sucedia y se erizó de nuevo mirando hacia fuera del pasillo. —¿puedes ver algo? — después de su pregunta ilógica el  sonido volvió aún más fuerte y se encogió ante la abrumadora perplejidad de la situación.

De verdad odiaba sentirse temeroso e indefenso.

Respiró profundo, miró a su gata que seguía erizada frente a la puerta y le vio regresar justo en el momento en que un nuevo estruendo los espantó a los dos; ahora que se encondía tras suyo no parecía una gata muy valiente.

ya que el peligro parecía ser más real y cercano, y, debido a que Eddenisse seguía siendo la más pequeña e indefensa de los dos, además de ser el dueño responsable de que estuviese bien, tomó un respiro y comenzó a caminar hacia afuera de la habitación para saber de una vez por todas qué era lo que sucedía.

Ryeowook una vez lo había dicho, la casa era fantasmal y aterradora, pero si pudiese pedir algo en ese momento, eso sería haberle cocido la boca ese mismo día en que se atrevió a decir tal cosa; ahora no confiaba en su casa, ya que todo se había tornado  más dificil y tenebroso debido a sus palabras. llegó al umbral de nuevo luego de una ardua insistencia por qué sus piernas le respondieran a lo que quería y debía hacer, pasó saliva con dificultad antes de atreverse a asomar medio cuerpo hacia afuera, miró hacia abajo de las escaleras y se dio cuenta de que la casa seguía imperturbable; a excepción del jolgorio fantasmal arriba de su cabeza, el lugar completo permanecía solitario y frío.