☆0☆

505 71 113
                                    

Otoño del 98, Oklahoma.
◇◇◇

El castaño caminó entre las mesas de la cafetería por buen tiempo un tanto desorientado, mirando sobre las cabezas aún con la bandeja del almuerzo entre sus manos; suspiró y siguió en busca de una mesa disponible donde pudiera sentarse a comer con seguridad y tranquilidad.

El no lo había pedido de ninguna manera

cambiarse de escuela jamás era acojedor, sobre todo porque aquello de encajar en algún grupo más o menos respetable no era una opción  para él; igual, cuando su padre le dijo sobre viajar desde indiana hasta Oklahoma no le sorprendió para nada la noticia; en ese mismo año ya había estado en tres colegios diferentes y ese era su cuarto, siendo así un nuevo récord en su lista de traslados. Fervientemente su padre le había prometido que ese sería la última vez que se transferiría y que podría crear los "lazos de amistad" que quisiera. No le creía  a ciencia cierta, pero deseaba que así fuera.

Nunca era bueno ser el nuevo a mitad de año.

A pesar de todo sacaba buenas notas siempre, cursaba primer año de preparatoria y en todo momento se había  destacado, en las anteriores escuelas, por ser un estudiante ingenioso y muy inteligente; ahora no era diferente, llevaba dos meses en Santa Fe south High school y ya se había ganado el apodo de "lame botas sabelotodo"

No era tan malo como los anteriores y tampoco era que le sorprendiera que eso hubiese sucedido —obtener un apodo— pues era lo mismo en cualquier lugar al que iba. se podría decir que estaba acostumbrado a ello.

— ¡Ey, Kyu! Ven por aquí! 

Aquél llamado alegró su tortuoso instante; su nuevo compañero de clase, Yesung, le llamaba desde una mesa que quedaba cerca al pasillo; era el peor sitio para sentarse, pero en ese instante,  con todo el comedor a reventar,  pasaba como algo milagroso y justo. Caminó con una sonrisa en su rostro, movió su nariz para acomodar un poco sus lentes cuadrados y se sintió triunfante cuando llegó al final de la hilera de mesas.

— Yesung, me has salvado....

— Ooooh, cuidado, Kyu —Kyuhyun vio como  su amigo el pelinegro  abrió mucho los ojos y puso en una O perfecta su boca, seguido cerró los ojos.

—muévete, perdedor...

Kyuhyun quiso voltear a ver lo que sucedía, sin embargo lo primero que sintió fue un empujón hacia un lado que le hizo derramar todo el contenido de su bandeja.

Las risas no se hicieron esperar, la cafetería entera estaba llena de hienas que sólo estaban en espera del primero que les diera la oportunidad de tomarlo en broma. Envolturas de emparedados hechas bolas de papel y papas fritas le fueron lanzadas una vez se agachó para recoger el desastre,  se sintió humillado, pero no lloró ni flaqueó, sabía que si flaqueba o se quejaba todo sería peor; asi que sencillamente continuó recogiendo toda la comida del suelo.

— estorbas perdedor.

el siguiente tipo pateó su leche, así que, aún en el suelo, levantó su vista para distinguir de quienes se trataba y no se impresionó de saber que pertenecían al equipo de fútbol americano de la escuela; todos de segundo año.

Aquel que le había empujado era Siwon, todas las chicas chillaban como cerdos en matadero en medio de un paro conchal solamente porque era el símbolo sexual de toda la escuela, y quizá,  de toda la localidad; luego estaba Donghae  — quien había pateado su leche — era  el segundo tipo más atractivo de toda la escuela después de Siwon, también era el mariscal de campo y capitan de los Rebeldes de Oklahoma; detrás de ellos iba Eunhyuk, Leeteuk,  Kangin, MinHo, Changmin,  YunHo, Chansung, Taecyeon y él,  Kim Ryeowook.

Oh, Kim Ryeowook.

Kyuhyun,  como respondía de nombre el castaño,  se quedó pasmado mirando aquel pelinegro que pasaba caminando como en camara lenta; llevaba puesta la  chaqueta del equipo,  unos jeans azules un poco ajustados, zapatillas blancas de moda, aros en las orejas y un pircing en los labios. El castaño tragó grueso y siguió con la mirada al bajo de estatura, y este, como si intuyera algo, giró para verlo sin hacer gesto alguno, más que el de regresar su vista al frente; luego de dar varios pasos, de repente Ryeowook paró  frente a la cajita de leche,  se agachó y la levantó,  miró hacia atrás de nuevo y se regresó. Kyuhyun no supo en qué momento su sistema respiratorio comenzó a dejar de funcionar de manera adecuada, sólo supo que lo vio ir hacia él y que en algún azar del destino, él mismo se agachó en frente y le habló.

— oye chico, deberías quitarte del paso — Kyuhyun no habló  ni dijo nada, sólo lo miraba; vio como puso la cajita en la bandeja mientras continuaba hablando — oye ¿estás escuchando? Te digo que te levantes si no quieres terminar por perder esa cara bonita  en medio de la estampida que viene por allá.

Sin embargo Kyuhyun no estaba escuchandole, no escuchaba nada más que los latidos desenfrenados de su corazón. le vio aún en cámara lenta señalar con sus labios por encima de sus hombros; primero se enfocó en lo jugosos que se veían, luego en su pircing negro que sobresalía del lado periférico del mismo y cuando lo vio sacudirle una mano en frente y luego señalar hacia su espalda, se giró y se dio cuenta de qué se trataba todo aquello. De nuevo todo su mundo cobro una velocidad natural y el ruido de todos los murmullos y risas regresó  sus oidos; fue ahí cuando se dio cuenta de que era el equipo de Rugby el cual se dirigía directo hacia ellos, estudiantes de tecer año, pero que eran tan grandes que no se sabía a ciencia cierta si eran viejos haciendo de estudiantes o viceversa.

El castaño  al ver el peligro latente, tomó todo con rapidez y se levantó entre maldiciones, pues sentía había cruzado el limite de la estupidez al haber perdido de esa manera el conocimiento por alguien como él; aún así, cuando se levantó por completo del suelo y esquivó con fortuna la gran manada que venía tras él, buscó con la mirada al pelinegro, pero este ya no estaba. al final dio con él,  pero le daba la espalda, él se había unido a su grupo de amigos quienes salían de la cafetería en medio de risas y juegos.

Suspiró y se sonrojó sin siquiera ser consciente.

— ¡ey, tú ahí! ¿estás vivo? — Yesung  asomaba medio rostro por encima de la mesa llamándolo, por lo que Kyuhyun caminó lo que faltaba para llegar a su lado, apoyó su charola en la mesa y se sentó. — lo siento, Kyu. Ya sabes, era el equipo de fútbol,  ellos me comerían vivo si les hubiese dicho algo.

— no te preocupes,  lo entiendo. — lo dijo completamente compresivo y con una voz débil.

— ¿qué te dijo Ryeowook? ¿te amenazó? ¿quiere ponerte como esclavo?

— na-nada....la verdad no lo recuerdo...

— waaa, ellos de verdad son aterradores, los de segundo año en serio son aterradores hombre

Kyuhyun miró hacia la puerta por donde había desaparecido todo el equipo de fútbol americano, luego miró su cajita de leche y juró que se la quedaría para siempre. hasta el momento  esa caja había ocacionado que tuviera el mejor momento de su vida y seguro jamás lo olvidaría.

Boys Don't Cry [RyeoHyun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora