Capitulo 17
Ya había obscurecido cuando salimos del café. Eran las 6:45, no había modo de que llegara con Mona a tiempo, como había prometido que lo haría. Mi teléfono sonó, mientras que yo rebusqué en mi sacó. Al final, lo encontré, y mi sospecha era cierta.
- ¿Leah? ¿Donde estas?
- Lo siento mona. - contesté arrepentida mientras que me detenía en la calle. Justin se detuvo segundos después, y se regresó quedando a medio metro de mí. - me entretuve, y...
- ¿Donde estas? - me interrumpió. Miré hacia la pared. El nombre estaba pegado en una placa, y como estábamos en la esquina...- En Rose Owley.
- ¿Rose Owley? Leah vivimos en Porklin, está a 50 minutos de distancia en metro. - dijo con reproche, mientras que yo no conteste. No tenía que decirle. - Ya, ven a casa, así llegas rápido. No importa, comeremos al rato entonces. - lo bueno de Mona, era que no se tomaba las cosas muy a pecho, y sus enojos se le pasaban en cuestión de segundos. - te quiero pequeña. - dijo mientras colgaba la línea.
- ¿Todo bien? - preguntó Justin. El viento corrió desde el este, adentrándose en mi saco.
- Creo que sí. - dije mientras miraba hacia los edificios. No eran los más altos de la ciudad, pero eran bastante grandes. Me sentí una hormiga por unos cuantos segundos.
- Déjame llevarte a casa. - dijo Justin mientras que metía sus manos a su saco de cuero que le llegaba a la rodilla.
- Oh, no no, yo...
- No me niegues un favor, ¿Está bien? - dijo mientras miraba a las pocas personas que pasaban a nuestro lado. Entonces la nieve comenzó a caer poco a poco. - Gracias a Dios que no cambié las llantas esta mañana. - masculló entre dientes. Luego me miró, y con los ojos lo dijo todo.
Caminamos unas cuantas cuadras más, hasta llegar a un estacionamiento. Llegó directamente a la casilla, y dio su número. Justin entregó las llaves de su coche, y un señor salió de lo caliente del local para ir por el carro.
Unas luces blancas se vieron bajar desde el segundo piso del estacionamiento. Era gris, un coche pequeño, pero lujoso... Extremadamente lujoso. Era de esos que vez en las películas de acción, y que manejan a una gran velocidad. “Si Justin maneja como demente al volante, me bajaré en el primer alto que nos toque sin previo aviso." pensé mientras tragaba gordo.
- Gracias. - Dijo Justin mientras el señor bajaba del coche, aun encendido. Se acercó al asiento del copiloto, y abrió la puerta. - Adelante. - dijo mientras que con la mirada me incitaba a pasar.
- No lo veo muy seguro. - dije nerviosa. El bufó. Era claro que tenía muy poca tolerancia.
- Prometo manejar lento. - dijo con la boca forzada, casi escupiendo las palabras. Al final, subí sin muchas ganas. El cerró la puerta detrás de mí. Como dije, coche lujoso, con asientos de piel, y un sofisticado sistema de radio. Jamás podría llegar a tener todo eso. El subió al coche, y acelero al tope mientras manejaba por la carretera.
Rompiendo su promesa, Justin manejaba muy rápido. Al menos, si, para mí, alguien que es una exagerada en cuanto a manejar se refiere. Miraba por la ventana, las luces que se veían, mientras que Justin iba en silencio, con una mano en la palanca de cambios y otra en el volante, pendiente de la carretera.
- ¿En donde vive tu prima?
- Porklin. - contesté mirando al frente. Lo único que iluminaba nuestros rostros en aquel momento, era solo las luces verdes de los botones del sistema de sonido y el panel frente del volante. Sin eso, estaríamos totalmente a obscuras dentro del coche.
- Llegaremos rápido. - dijo complacido.
- Mona dijo que eran 50 minutos. - dije mientras dentro de mi cabeza me preguntaba cual de los dos tenía la razón.
- En metro o a pie, así es. - dijo mientras se detenía por un semáforo en rojo. - en MI coche, menos de 30 minutos. - dijo mientras enfocaba su mirada en mi. Entonces, no supe que paso, pero mi corazón comenzó a latir descabelladamente, como un caballo sin jinete. Unas enormes ganas de tocar alguna parte de si piel llegaron a mi cuerpo, quería sentir esa electricidad que entre los dos corría con el simple rose de nuestros brazos al sentarnos juntos en literatura... El semáforo se puso en verde, y Justin volvió a concentrarse en el camino.
- ¿Que harás mañana? - preguntó aparentando indiferencia, cuyo interés pude llegar a notar entre dientes.
- No lo sé... - dije un poco nerviosa, muy tartamudeante.
- Te invitó a ver una obra conmigo. - dijo, como si escupiera la frase, nervioso. - Iba a ir con mi hermana, pero me canceló. Quiero ir contigo. - dijo al final, sin ni siquiera mirarme. Por un momento, me sentí como si yo fuera solo "un capricho" para él, pero no me importaba, aun así mi corazón estaba tocando el cielo. No contesté un sí o un no.
- ¿Tienes hermana? - pregunté cuando mi ritmo cardiaco volvió al natural.
- Una hermana y un hermano. - dijo frunciendo los labios.
- ¿De qué edades?
- Jason tiene 19, Jazmyn 14. - dijo mientras doblaba la esquina. - soy el de en medio. - me miró, y bajó considerablemente la velocidad. - y tú, ¿Tienes hermanos?
- Una hermana, si. - contesté, mientras que la nostalgia por no verla hacía ya 1 semana me carcomía por dentro. - Sabrina, tiene 3 años. Soy la mayor. - el sonrió. Entonces, el coche se detuvo.
- Llegamos. - dijo mientras yo miraba por la ventana. Estábamos justo frente al edificio de departamentos de mona.
- ¿Como supiste que era en estos departamentos? - pregunté perpleja.
- Dijiste departamentos. Estos son los únicos, los demás son casas. - yo hice una mueca. Me quite lentamente el cinturón.
- espera. -Justin colocó su mano sobre la mía en el broche del cinturón... Y mi cuerpo tuvo una descarga eléctrica de emociones. - Me acompañaras mañana, ¿Cierto? - me miró, de un modo tierno y sutil, que ablandaría la coraza de cualquier persona. Yo lo miré, meditando un poco mi respuesta, aunque la verdad era, que las ganas de ir con el eran grandes, enormes, gigantescas. Yo suspiré.
- Me encantaría. - dije mientras sonreía. El me sonrió del mismo modo, aun con su mano sobre la mía. Nos quedamos así unos segundo mas, suficientes como para que me ruborizara. Gracias al Cielo, que solo nos iluminaban las luces que los botones del sistema del coche emitían.
- No me había dado cuenta de lo hermosa que eres... - dijo él mientras inspeccionaba cada radio de mi rostro, mirando cada detalle. Y mientras tanto, hiperventilaba por dentro.
Los latidos se mi corazón se volvieron largos y fuertes. Detonaban como nunca, es más, podría hasta apostar que se llegaba a escuchar. Lentamente, Justin subió la mano Izquierda hasta mi rostro, y acarició el margen de mi cara. Yo cerré los ojos, y los abrí segundos después.
- realmente, una belleza nata. - dijo perplejo. Mientras que lentamente, colocaba su mano por la parte inferior se mi mandíbula, sosteniendo mi rostro, y acercándome cada vez más hacia él, provocando que nuestros labios...
C O N T I N U A R A ~