Capitulo 22
Miré por la ventana. La nieve había cesado hacía ya unos días, siendo signo de un presagio, que indicaba indirectamente que todo volvería a la normalidad. Y yo estaba empacando ya la última maleta.
Seguía teniendo una gran incógnita en mi cabeza, tales como "¿Cómo es posible que tu vida sea totalmente diferente en un lapso de cambio de 3 semanas?". Era como si, la gravedad no fuera lo que me mantuviera pegado en la tierra, era él. Mi universo y mi mundo habían cambiado, convirtiéndolo en mi fuente de energía, lo que mantenía viva, mi sol, mi oxigeno. Justin lo era todo.
Mona entró al cuarto, mientras miraba hacia el armario con melancolía, el cual se había llenado de mis ropas por semanas. Suspiró. Ella odiaba la soledad, por lo que haberme tenido allí por casi un mes la hizo sentir menos desdichada. Ella necesitaba compañía constante, si no se sentía claustrofóbica.
- Ja, que rápido es que se pasan 3 semanas... - Mona se sentó en el borde de la cama sin quitarle la vista de encima al closet. Yo suspiré.
- Dímelo a Mi... - dije mientras que en mi cabeza, recordaba como Justin me habia dicho mas o menos lo mismo. Justin Justin Justin.
- ¿Justin cuándo volverá a Brownsville?- yo cerré la ultima maleta a duras penas. Ahora llevaba mas ropa que de venida
- Una semana después que yo. - un nudo en la garganta fue lo último que sentí. Estaría toda una semana sin él, alucinándolo, soñándolo, deseando sus besos y caricias sobre mi piel, sus te amo a mi oído... - va a aprovechar para estar un poco mas con su familia.
- ¿No me dijiste que no se lleva bien con ellos? - hize una mueca, recordando como le había contado a Mona lo ocurrido el día que el me habia llevado a su casa.
- Si... Pero al final de cuentas, es su familia. - ella asintió pensativa, mientras el sonido del timbre fue lo ultimo que se escuchó. Mona fue con pereza a la puerta, mientras que yo continuaba metiendo mis zapatos en una maleta amarilla con correas negras. Entonces, senti unis largos dedos al tomarme de la cintura, seguido por un beso en la mejilla. Justin me abrazo desde mi estomago pegandome a el, dejandome completamente inmovil, y mientras tanto, pensaba: ¿Una Semana Alejados?
- ¿Como estas? ¿Terminaste tus maletas?
- Me falta solo la de zapatos. - dije y el me soltó para sentarse en la cama. Yo lo miré y sonreí.
- Vamos a mi casa. - dijo el, provocando que mis ojos se salieran de sus orbitas. El rió alocadamente mientras que yo m sonrojaba. - tranquila, no habra nadie.
- Te recuerdo que eso fue lo que dijiste la ultima vez.
- Ahora si estoy ciento diez porciento seguro. Mis padres salieron de vacaciones a Bora Bora, junto con varios de la familia. Y los otros que se quedaron, pues no iran a la casa por que saben que no hay nadie. Y si llegan no les abriremos. - yo reí, mientras que el sostenía mi mano. – vamos, te tengo una sorpresa.
- ¿Otra? – pregunté nerviosa mientras miraba el collar que llevaba en el cuello. Ahora lo llevaba siempre, ya que él me lo había pedido así. El único dia que me lo quite, el me dijo que no le gustaba ver mi cuello sin el. Por lo que al final de todo, es solo un pequeño sacrificio que ni siquiera aparentaba serlo.
- Si, y otra mas, y otro mas. – dijo el con una sonrisa. – te lo mereces todo, te lo dare todo.
- No. – contesté alejando mi mano de la suya. – no quiero que nuestra relación se base en regalos costosos Justin. No tienes que darme nada.
- La diferencia es que Quiero hacerlo. – Justin se levanto de la cama, quedando asi a escasos 2 centimetros de mi, dejando posibilidad nula al aire de pasar si quiera entre nosotros. Yo sonreí, y el colocó su mano con dedos de pianista en la parte posterior de mi espalda. Estaba tan cerca de mi, que hasta podía sentir el calor que su cuerpo emitia… - Dejame, ¿Esta bien? – yo hize una mueca. – Mira, es lo que me hace feliz. Dejame ser feliz, ¿De acuerdo? – yo bufé con una pequeña risita, mientras que el tomaba mi rostro delicadamente, subiendo mi mentón para un dulce beso, el cual fue interrumpido por el sonido de Mona entrando a la habitación. Me sonrojé, y Justin hecho una pequeña risita.