Capitulo 32 - Clavo que saca a otro Clavo.
________________________________________
Leo solo me miró, con un gran enojo y coraje dentro, y tomó su camino por el pasillo central, dejandonos solas a Tracy y a mi, para después caminar lejos del lugar disimulando que nosotra no sabíamos absolutamente nada del porqué los estudiantes de habían detenido todos frente a la sala de trofeos.
A la siguiente hora, me tocaba matematicas, clase en la que estaba con Trace. Ambas nos dirigimos al salón, y no hablamos hasta que nuestras agitadas respiraciones se volvieron a un ritmo cardiaco normal.
- ¿Por qué Leo fue tan... Tan estupido?
- ¿De que hablas?¡Te hizo un favor Leah!
- ¡No!¡Lo arruinó todo! Ahora todo el mundo piensa que el y yo...
- ¿Y que importa lo que piense todo el mundo? - preguntó defendiendo su punto. Yo dejé mi lapiz con la goma rosada mordida por el estres. - Admitamoslo, cuando dices "todo el mundo" te refieres a Justin.
- Trace, se que sonará estupido, pero si Justin piensa que Leo y yo salimos entonces...
- ¿Que acaso no viste los celos de Justin? ¿Cómo cuando Leo insinuó que eras su novia casi se le caen los pantalones? - yo miré al mesabanco, pensando en su reaccion, y aquella mirada que no pude decifrar; era como si me estuviera diciendo 'Lo Siento'. - Te hizo un favor, un enorme y gran favor. Justin se dio cuenta de que no estarás solo en bandeja de plata esperando por el, cosa que a ti te beneficia si es que esperas qu exista la nula posibilidad de que vuelvan. - mis ojos se iluminaron como si dentro de mi hubieran encendido un interruptor, un brillo especial. Tracy tenía razón, el problema es que no sabía lo que quería exactamente. Si volvía con Justin, jamás podría llegar a olvidar como me trató aquel día en Mocafettos, como me hizo sentir poca cosa, una bolsa de papel, así de quebrantable e insignificante. Mas sin embargo, si no volvía con el, me sentiría mal de igual manera, ya que seguiría recordando a ese Justin que me había enamorado con sus dulces detalles en New York... Era como si estuviera dividida en dos personas, sin saber a quien hacerle caso, ya que ninguna de las dos identidades me mostraba la opcion sin langrimas y sonrisas, no había nada de eso, en ambas salía llorando y sufriendo. Lo unico que podría hacer diferencia, era ¿Cual dolía menos?
- Sinceramente, creo que ni a mí, ni a Bree, ni a Leo mucho menos, nos gustaría que volvieras con el. Ya te esta cambiando, y eso que solamente duraron dos semanas juntos. Eso no es Sano Leah. - dijo para terminar con su sermón que duró media clase de matematicas.
En el resto de la hora, no pude lograr enfoque en los problemas de algebra: Justin estaba presente en mi cabeza, como un tatuaje, incrustado en mis ojos, razón por la que lo veía en todas partes. Aun así, tenía miles y miles de dudas en mi cabeza, tales como ¿Por que se encelaría si no me quiere? "Vamos Leah, sabes que te quiere, todo lo que hizo por tí en New York no pudo ser solo para distraerse..." contestó una pequeña voz dentro de mi cabeza, hablando desde el fondo de mi subconciente. Entonces, si llegamos a esa conclucion, sale otra pregunta: ¿Por que me mentiría sobre su amor hacia mi? ¿Que lo habría llevado a decirme que fui solo un juego para el? ¿Que nunca sintió nada? 3 posibilidades se abrieron en mi cabeza, como se abrían las ventanas emergentes en una computadora.
En la primera opcion, tenía a Josephine, esa castaña caoba, alta y exuberante, sacada de un catalogo de modelos de Victoria Secret. Talvez, era su novia, y como la conclución que había sacado solamente el viernes pasado, fui solo 'la otra chica', un tipo de distraccion de su novia, algo pasajero, y sin sentimientos, mas que palabras vacías y panfletos con rimas.
En la casilla numero dos, tenía la posibilidad de su amor hacia la sotería: ¿Que tal si Justin se había arrepentido porque no quería nada serio? Quizas le gustaba ser un casanova, sin restriccione ni atadurías, y aun así, me quería, el problema es que como un buen mujeriego, no sabía lo que realmente deseaba en la vida.
Y, sin razón aparente, apareció Yuro en la tercera, ese señor de barba blanca y ropa negra que se había presentado frente a mi inmediatamente apenas nos vió. Ese día, había mencionado a un tal 'Baltazar', y una tal 'Quiroz', insinuando que Justin la tenía que buscar. Tambien había mencionado algo de que yo no era la correcta, pero ¿La correcta para que? ¿Para ser su novia? Quizas era muy apegado a su tio, y su opinion realmente le importaba, por esa razón había decidido ignorarme para luego hablar conmigo y decirme que había sido solo parte de un juego. Pero eso era la opcion de "Si me ama", la cual tenía menos del 10 por ciento de probabilidad de ser real, mientra que la dominante con 90 por ciento era: No te ama, No le importas, Reaccionó así solo por el coraje y odio que le tiene a Leo.
....
El resto del martes, osea tambien el día en que Justin y Leo tuvieron su encuentro, no me topé ni con Mi mejor amigo, ni con Bree, la cual suponía, me tenía aun en mi estandarte de diva reina del drama, cosa que yo sabía muy bien que no era verdad. Jamás me había gustado ser el centro de atención, y empezar en Aquel momento no era una opcion. Si, quizas me sobrelimitaba, me ponía pesimista y antipatica, o a hablar mucho sobre mis propios problemas, pero ¿Cuantas veces no había aguantado a Bree en esa misma situacion invertiendo los papeles? Ella había estado de mi lado muchas veces, hablando con nosotras miles de veces sobre la misma tontería que la acomplejaba, y ¿Que hacía yo? Escuchaba atentamente mientras le daba el mismo consejo de siempre, solo que con diferentes palabras.
Al miercoles, llegué a primera hora, y fuí a mi casillero directamente por los libros. Recordando la convinacion, abrí mi locker al primer intento, metiendo así mis cuadernos de francés, de ingles y de matematicas, oséa las materias en las que el día anterior me habían encargado tarea.
Sentí la presencia de alguien detras de mi. Sigilosamente, levanté la mirada por sobre mi hombro derecho, y...
- Leah... ¿Fletcher? ¿Cierto? - un chico estaba parado detras de mi, viendome con una enorme sonrisa de oreja a oreja. Cabello castaño almendra, unos ojos verdes, unos carnosos labios, y una muy bella sonrisa.
- Si... ¿Porqué? - pregunté extrañada mientras cerraba mi casillero, volviendo a lo mio y haciendole no mucho caso al chico de al lado
- Ah si, soy Peter O'Donner, un gusto. - extendió su mano frente a mi rostro. Yo fruncí el ceño, y aun extrañada, la estreché con la de el. "Si, me toca en clase de Ingles con el..." pensé. - Si bueno, emm... Se que esto te sonará un poco extraño pero, amm... ¿Quisieras ir al baile de San Valentín conmigo?
- !¿Disculpa que?¡ - pregunté atonita. "Ni siquiera lo conosco y quiere circo maroma y teatro..."
- Oh, no no, Mira. - se encontraba nervioso, mucho. Me dio un poco de ternura, con una chispa de pena ajena, y risa. - Lo lamento si sono muy atrevido o estupido. - miró lamentandose al suelo, sin decir palabra mas. Yo no efectué ningun otro movimiento, solo lo miraba. - Digo, se que bien estas saliendo con ese Leo pero...
- No, no no. - lo interrumpí. - el y yo no emos salido nunca, y nunca saldremos. Es solo mi mejor amigo. - aclaré nerviosa.
- ¡Oh! - sonrió feliz. - pero entonces ¿Por que ayer dijo...?
- Lo mismo me pregunto yo. - dije consternada, mientra que el escupía una pequeña risa entre sus labios.
- Bueno pero... ¿Me dejarías llevarte al baile de San Valentin? - lo miré preocupada: no quería decirle que sí, ya que eso le haría ilusiones, pero al mismo tiempo, sabía que esa era una forma de desterrar a Justin de mi vida para siempre, aunque no me fuera a enamorar de Peter ni nada por el estilo, simplemente el hecho de comprovar con mis propios ojos de que Justin no era la mejor opcion que tenía, haría que esa benda que tenía puesta en los ojos callera al suelo. Miré nerviosa por sobre mi hombro, y... Justin me fulminaba desde el fondo del pasillo. Tragé gordo, para después ver como desaparecía entre la gente. "Clavo que saca a otro clavo" me dije, "Provemos la teoría".