Capitulo 23 -
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- ¿Me quieres explicar que fue todo eso y por qué actuas ahora asi? - pregunté sin quitar la vista al cristal del coche. Ni Justin ni yo dijimos palabra alguna.
Después de aquella sorpresa de Yuro en casa de Justin, todo sucedió mi rapido. Justin se veía disperso, mientras que era frio y seco, recordandome perfectamente a como es que era a un principio cuando nos conocimos, como lo veía tan inalcanzable, irrompible... Hoy lo había visto al sentido contrario, con una enorme vulnerabilidad, y por primera vez tan fragil como un humano ordinario.
Arruinando por completo el día, nuestro ultimo día juntos antes de la despedida, sin nada mas por delante, Justin me llevó a casa. Yo tenía atoradas en mi pecho un montón de sentimientos, tales como confusion, frustracion, miedo...
- La verdad, No. - contestó igual de seco. Si, yo era orgullosa, bastante orgullosa, pero cuando se trataba de Justin, algo dentro de mi no podía evitar no doblarse para que ambos estuvieramos bien. Negé con la cabeza, ironica y desepcionada, mientras que el bajaba las manos del volante, colocandolas sobre su pierna.
- ¿De que hablaba ese tal Yuro? ¿Quien es Quiroz? ¿En que te habías equivocado? - pregunté, no muy alejada del tono de histeria. Apretó sus manos en un puño, generando que su color de piel en la seccion de las mejillas se tornara mas rojo.
- Creo que es mejor que te vallas. - dijo el frunciendo el ceño, enojado. Un gran y pulzante dolor fue lo unico que sentí en el pecho.
- ¿Asi nos despedimos? - pregunté con la voz entrecortada. Algo que tenía siempre presente en mi cabeza, es que nunca debes despedirte de alguien de mal modo, ya que nunca sabes cuando sería la ultima vez en que veas a esa persona... Lo había aprendido del mal modo.
Justin giró su cabeza, mirandome. No pude evitar que mis ojos se llenaran de agua cristalina, pero la retuve, y me tragé las ganas infinitas de llorar.
- No. - suspió, vencido. - lo siento, estoy estresado...
- ¿A que se refería tu tío? - pregunté precavida, antes de efectuar cualquier otro movimiento. El hechó la cabeza hacia atras, recargandola en el asiento de piel, mientras que yo solo lo veía, esperando a que me dijera cualquier cosa.
- Asuntos familiares... - dijo enderezando otra vez su cabeza. Me miró, y me sonrió. Sin quitarme la vista de encima, abrió los seguros del coche, y yo abrí la puerta, recargandome en ella, un poco enojada. Justin llegó frente a mi.
- ¿Ya dije lo siento? - preguntó con la mirada llena de un no-se-que. Bajé los brazos; contra el no podía, nunca había podido.
- Si. - contesté cavizbaja, mientras que el al mismo tiempo levantaba mi mentón con sus dedos.
- Te amo. - dijo, y yo no pude evitar no hechar una pequeña sonrisa a relucir. Amaba esas palabras cuando salian desde su garganta.
- Y yo te amo a ti. - contesté. Ambos sonreímos, mientras que el se acercó aun más a mi, tanto que hacia que nuestras anatomias parecieran sacadas de un rompecabezas, y que estuvieran destinados exclusivamente a hacer eso: estar juntos. La respiracion de ambos era entrecortada, mientras que yo levantaba la mirada para verlo a los ojos, ya que si miraba hacia el frente me encontraria con su fornido y masculino pecho. Al final, junto nuestros labios otra vez, Justo como debía de ser. Mordió lentamente mi labio inferior, provocando que el color de éste pasara de un rojo grana, a un rojo pasion. Justin colocó sus manos en la parte posterior de mi espalda, mientras que me acariciaba provocando que un gran extasis de felicidad fuera lo unico que sintiera.
Me separé del beso lentamente, alejandome de las puntas y volviendo a colocar mi pie entero en el suelo. El sonrió pegándo nuestras frentes.
- Amo tus labios. - dijo mordiendose el suyo propio. Yo reí a pequeñas carcajadas sin quitarle la vista de sus ojos.
- Amo tu mirada. - dijo acariciando su brazo con una de mis manos, y con laotra comenzé a dibujar figuras abstractas en su pecho.
- Amo tu perfume... - acto seguido, bajó lentamente hacia mi cuello, mientras lo besaba. Yo sentía unas tremendas ganas de que no parara jamas. De la nada, mordió lentamente mi piel, provocando que abriera los ojos como platos.
- Justin, dejaras marcas... - dije separandome un poco de el.
- ¿Y? Asi sabran que eres mia. - me tomó de la cintura, y sonrió.
- JA JA JA! Quiero verte explicandole a mi papá que es exactamente lo que esas marcas en mi cuello significan. - el rió, mientras que volvía a hacercarme a el.
- Facil: Hubo una pequeña epidemia de vampiros en New York, y te atacaron, cosa de nada. - reí a carcajadas, mientras que el solo sonreía con chusquedad. - ¿Que? Nunca se sabe. - aclaró, mientras que mis risas aumentaban.
- Estas loco Bieber. - coloque ambas manos en puño sobre su pecho. El me tenía envuelta en sus brazos, cosa que me hacía sentir segura, invensible, como si nunca nadie pudiera hacerme daño estando a su lado.
- ¿Loco por ti? - bufó. - desde el primer dia.- dijo para después besarme otra vez. Una pregunta se plasmó en mi cabeza en aquel momento: "¿Desde el primer día?¿Cual primer día?
Nos quedamos alli unos minutos mas, que luego se transformaron en horas. Platicabamos sobre cualquier cosa que se nos viniera a la cabeza, era facil, sencillo, sin presiones ni silencios. Había conocido a un Justin divertido, a ese Justin que me quitaba el sueño, ese chico del cual me había enamorado.
Justin entrelazo nuestros dedos, mientras que ambos sonreíamos.
- Ya debo de irme. - contestó mientras que mi rostro cambiaba su expresion facial en cuestión de 3 segundos.
No quería que se fuera, por que aquella sería la ultima vez que lo vería antes de regresar a Brownsville, y a partir de ahí, seria una cuenta regresiva constante mientras esperaba el regreso de Justin a la ciudad. Definitivamentesería la semana mas larga de mi vida.
- Quedate un poquito mas... ¿Si? - hice mi cara mas chantagista que pude imaginar. El rió, y yo le di un pequeño beso en los labios.
- Te tienes que despertar a las 3 de la mañana para ir al aeropuerto, y son las nueve. - miró su reloj, y yó hize una mueca. Después de eso, me tomó con ambas manos del rostro, y me besó, pero no ue un beso comun, este tenía un factor equis que lo hacía especial, unico. Me sentí subreal por unos segundos, una sensacion imposible de olvidar.
- Nos vemos en Brownsville. - susurró a mi oido después de aquel beso. Yo sonreí, mientras veía a Justin alejarse cuesta abajo carretera en su coche. "Una semana Sin El..."