Escéptica

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Capitulo O5

- Que tenga un buen día. – le dije a ese señor con una camisa de ‘Los Simpson’ encima, dándole su combo 4, que incluía unas papas, una malteada, y por supuesto, una hamburguesa.

- Leah, ven aquí. – escuche detrás de mí a Aarón, mi jefe, el gerente. Me acomode mi gorra de color naranjado fosforescente, con azul rey, y me voltee hacia el área de freidoras una vez más. –

- ¿Qué sucede? –

- Alejandra no vendrá en Sábado, ¿Estas interesada en cubrir su puesto por ese día? Serian otros 20 dólares para ti, si trabajas ese día extra. – yo tan solo asentí animada.

- Claro que si, los necesito, ya viene navidad, y estoy ahorrando para los regalos. – aclare.

- Perfecto. El sábado a las 3 te espero aquí. – dio media vuelta, regresando a la ventanilla de auto servicio, y se puso los audífonos por sobre la gorra. – ya te puedes ir Leah. – me aclaro. – tu turno termina en 3 minutos. – voltee a ver el reloj que estaba a pocos segundos de que su manecilla principal dirán las 7 de la tarde. –

- Esta bien Aarón. - fui hacia mi ‘casillero’. Tome mis cosas, sacando mi bolso, y dejando la molesta gorra, y Salí de la caja registradora. Me despedi de todos con un amigable adiós, y Sali del local.

Llege a mi casa. Mis pies me pulsaban, y si estaba bastante agotada, mas que nada por que ese día habíamos tenido que correr 50 metros en las canchas para educación física. Me pulsaba la cabeza, pero aun y con todo, tenia que comenzar con mi tarea. Por suerte, tan solo tenia que trabajar en ingles, y matematicas. No se por que, los otros maestros estaban de un buen humor, y no parecieron recordar su deber.

Por supuesto, aun estaba frio, aunque el sol que ahora se estaba ocultando en el ocaso había calentado un poco el día, pero en ese momento siendo las 7:OO pm, el sol se vuelve a ocultar, y el frio comienza a emergir de nueva cuenta.

Contemple un poco la casa, que por el frio se veía muy sombria. Subi los pocos escalones que te llevaban al porshe de la casa. Las escaleras negras, con detalles forgados. La casa era de un verde desbanido, mas que nada color aqua. La puerta parecía haber sido arañada por algún oso, y su intenso color rojo se caia por el paso del tiempo. Junto a la casa, se encontraba la cerca, y obstruyendo casi por completo su paso, se encontraba un viejo y gran roble, que normalmente estaba fronduoso, y verde. En esta época del año, sus hojas estaban de color ambar, dorado y café. Se hacían montañas y montañas de hojas, donde a Sabrina le gustaba jugar.

El árbol ocupaba gran porción del techo de un solo piso de la casa, y por supuesto poca parte del patio trasero.

Subi al porshe, mientras en mi bolso metia la mano para buscar la llave, que estaba junto con un llavero que llevaba a ‘Mickey Mouse’.

Entre a la casa, y el viento entro a mi compañía. Dentro, estaba la calefacción, y aparte de todo, mi papa por primera vez en el año, había prendido la chimenea. Mi vestido con una blusa de cuello de tortuga gris, de manga larga por supuesto. Su cabello aun con gel, y sus pantalones negros. Sabrina, se veía lo contrario en tanto a colores. Llevaba una blusa naranja, de cuello de tortuga y manga larga por supuesto, y un pantalón jean. Sus botas rosas, y sus moños la hacían ver adorable.

- Leah! – grito mi pequeña niña al verme entrar. –

- Sabris! – grite imitando su asento. Empeze a sacarme todo lo que llevaba puesto, como por ejemplo mi bufanda, y mi chaqueta. Mi papa se puso detrás de mi, y cuando me quite la chamarra, el la sostuvo por detrás, colgándola en el perchero.

- ¿Cómo te fue en el trabajo? – me pregunto creando tema de conversación.

- Muchas hamburguesas. – resalte. – y clientes inconformes. Trabajar en la compañía mas famosa del mercado en cuanto a hamburgesas se refiere, es difícil. – me queje.

- Trabajar en ‘Whataburger’ es tan solo el primer paso. Creo que todos pasamos por algún trabajo similar, vendiendo comida. Yo, por ejemplo. Mi primer trabajo, fue en Mc Donals, y no me quejo. – rio bajo. Yo rei también.

Sabrina, que estaba jugando en el suelo, parecía no prestarme atención. Di un suspiro.

- Ire ha hacer la tarea. – dije perezosamente. Tome mi mochila, la cual momentos atrás la había dejado caer, y cruce la sala, para llegar al pasillo.

Baño…. Cuarto de mi papa….. cuarto de lavado por la derecha…. Cuarto de Sabrina en la izquierda… mi habitación al fondo del pasillo a la izquierda.

Entre, y la luz era tenue. Prendi inmediatamente la luz principal, y movi el interruptor de la luz que estaba junto a la puerta. Las paredes de color crema, mi cama con una colcha rosada. Mi escritorio era de ese mismo color crema, y tenia unas lámparas colgadas en la pared, por sobre un sillón que tenia allí.

Movi la silla con ruedas, y me sente para comenzar ha hacer mi tarea. Una vez que la termine toda, después de cómo media hora, me meti a la ducha.

Dentro de la casa, había un clima agradable, gracias a que la calefacción estaba encendida las 24 horas en este invierno, así que meterme a la ducha no fue un presagio, como lo hubiera sido si hubiera estado frio.

Aproximadamente en 2 horas, estaba completamente libre. Luego de salir de la ducha, me puse mi pijama, y fui ha hacerle de cenar a Sabrina, que tenia hambre, y de paso le hise a mi papa, ya que se le había antojado el huevo con tortilla que le hise a mi pequeña hermana.

Después de eso, fui de vuelta a mi habitación, y me puse a leer de mi colección de libros de mitos y leyendas mitológicos.

Tome mi laptop, y me puse a investigar un poco de ‘Las Sirenas’, el ser mitigo de esta semana en literatura.

Cosas maravillosas, y estúpidas al mismo tiempo era con lo que me encontraba. Aun no podía creer eso de ‘personas que vivian debajo del mar’ aunque en la clase, no intentábamos demostrar si sí existían, o si no, pero si intentábamos desifrar los ‘secretos’ y la belleza detrás de esas tantas leyendas de marineros en enbarcaciones que se encuentran con hermosas mujeres con cola de pescado.

Me concidero espeptica, ya que no creo en todo eso de ‘fantasmas’ ni ‘brujas’, hasta no ver, no creer.

Saque mi libro de ingles de mi mochila, para rectificar lo que había contestado, aunque bueno, no era nada difícil, tan solo era sobre el verbo ‘To be’, cosa que vimos desde segundo grado, aunque bueno, tanto para mi, como para Bree y Leo, era mas difícil. Nosotros no estudiamos aquí en nuestra ciudad, nosotros veníamos de fuera. Es extraña la historia, pero importante.

Vivo en Brownsville, Texas, USA. Aquí estamos al sur, por supuesto. Lo genial de vivir aquí, es que aprendes de dos culturas, también de Mexico. En mi ciudad, tan solo cruzas un puente, sobre ‘El Rio bravo’ que es el que divide la ciudad, y llegamos a la otra ciudad mexicana, Matamoros Tamaulipas Mexico.

Mi mama, quería que aprendiera a hablar español, así que desde kínder, me mando a mexico a estudiar. Todos los días en la mañana, me levantaba temprano, para poder ir a mexico, a mi colegio, y lo bueno, es que mi mama no regresaba en todo el día a USA, ya que ella tenia empleo en Mexico. Cuando salía del colegio, ambas nos regresábamos a casa.

Del mismo modo que el mío, Leo, y Bree, les sucedió lo mismo. Viven aquí en Brownsville, pero estudiaron la primaria conmigo. Leo y yo, siempre hemos sido amigos, aunque con Bree, tan solo éramos conocidas. No fue hasta 5º año, que nos comenzamos a llevar, y los 3 nos volvimos mejores amigos. Cuando entramos a la secundaria, conocimos a Tracy, y el resto, es historia…

Si, si hablo español, ni mi papa, ni mi hermana lo hablan, (aun) aunque mi papa quiere enviarla a algún colegio en mexico así como yo, pero tal vez seria demaciada presión, ya que mi papa trabaja aquí en Brownsville, y el viajar todos los días a mexico, (que la verdad no es mas de 10 minutos) seria algo mas pesado, por los horarios y todo eso.

Interrumpiendo mis pensamientos, acostada en mi cama, mi celular comienza a sonar. Asustada por su inesperado sonido, veo el identificador. Desconocido. ¿Quién puede ser?

Cogi el teléfono, y lo puse junto a mi oreja, mientras apretaba el voton para contestar. Inmediatamente, una voz masculina se escucho detrás del aricular…

- ¿ALO? - me pregunto con desesperación. Asustada, esa voz volvió ha hablar - ¿Leah? –

- Quien eres? – la voz no se me hacia familiar, aunque al mismo tiempo, sentia como si la hubiera escuchado toda la vida…

- Soy… -

The Red Pawn {Justin Bieber} <TERMINADA>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora