5. Te invito.

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-¿A qué cafetería quieres ir? -Preguntó tímida Laura.

-Aquí en el instituto hay una. -Contestó simpática Yaiza.

-Ah. No lo sabía.

-Tú sígueme. En verdad aquí la mayoría son majos, o sea que no te tienes que preocupar. Bueno, como en todos los lados siempre hay alguien pesado y que cae mal pero... no sé, a mí me cae bien todo el mundo así que para mí eso no es problema. Me puedo juntar desde con un friki de cuidado hasta con el más popu del insti. -Informó Yaiza hablando rápidamente.

-Yo es que soy muy tímida.

-No, ya verás cuando cojas confianza. Aparentas ser buena chica. Me gusta tu sonrisa.

-¿Qué?

-Que aparentas ser buena chica y que me gusta tu sonrisa. -Dijo ahora un poco más lento.

Laura se quedó sin palabras.

-Universo llamando a Laura. ¿Hola? ¿Te comió la lengua el gato? -Volvió a hablar la morena.

-No.

-Bueno pues eso es la cafetería del insti.

-Está bien saberlo.

-¿Qué quieres? Invito yo. -Dijo Yaiza.

-No hace falta que me invites, me sabe mal.

-¡Qué va! ¡Qué va! Esta vez yo, la próxima tú, ¿vale?

-Bueno... -Cedió Laura al final.

-¿Y bien?

-Cocacola.

-Perfecto.

Yaiza se dispuso a pedir. La cafetería estaba vacía en ese momento.
Las dos se fueron a la mesa que estaba más pegada a la ventana.

-¿Por qué te has venido a vivir a Valencia? -Tomó la palabra de nuevo Yaiza.

-Cuestión de trabajo, mi padre y eso.

-Y ya tenías tu vida hecha allí, ¿no?

-Sí. Cuando me dijeron que nos teníamos que venir a vivir aquí se me vino el mundo encima. Más aún.

-¿Más aún? -Quiso informarse Yaiza.

-Sí, es que... hace menos de un mes que rompí con mi novia y tenía amigos allí y cuando supe que lo tenía que dejar todo... no sé explicarlo.

-¿Novia?

-Sí, novia. ¿Pasa algo? -Preguntó extrañada Laura.

-No, nada, nada, si yo también... o sea, que también me gustan las chicas, tranquila, pero pensaba que eras hetero.

-Qué va, qué va. El término "hetero" no me define para nada.

-¿Bollera al cien por cien? -Preguntó divertida Yaiza.

Laura rió.

-Al cien por cien. -Dijo Laura después de las carcajadas, dejándole una sonrisa.

Yaiza le devolvió la sonrisa.

-Pues te he hecho reír.

-Sí. -Volvió a afirmar Laura tras otra sonrisa.

-¿Y eso que lo dejasteis?

-Me dijo que estaba cansada de la relación, que no sentía lo de antes.

-¿Y tú? -Volvió a preguntar la morena apoyando la cara en su mano.

-La quería. O la quiero. No lo sé.

-¿Seguís hablando?

-No. Se despidió de mí aquel domingo y no volvimos a hablar. Por eso dudo de si la quiero o no.

Yaiza miró a Laura por unos segundos. Laura le pegó un trago a su cocacola.

-¿Estás bien? -Volvió a preguntar Yaiza tras treinta segundos de silencio.

-Sí. Estoy a gusto.

Yaiza sonrió.

-Eso quiero. Y si necesitas lo que sea, no sé, para cualquier cosa, me lo dices.

Tras decir esto, Yaiza sacó un papel y un boli de su mochila y le apuntó su número de teléfono.

-Gracias.

-No hay de qué.

Felicidad Inesperada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora