El teléfono de Laura sonó. Ella comenzó a temblar. No tenía agregado ese número pero sabía perfectamente de quién se trataba. Lo había borrado hacía unas semanas para no poder ver su perfil de whatsapp y no martirizarse mirando su foto. ¿Lo cogía? No sabía si debía hacerlo, pero necesitaba escuchar su voz y saber por qué motivo la llamaba.
El tono de llamada que tenía puesto no cesaba y al final decidió darle al botón verde.
-¿Sí? -Contestó temerosa.
-¿Laura? Pensé que no lo cogerías.
Era ella, su voz. Recordaba perfectamente su olor y quería volver a respirarlo.
-Dime, ¿qué quieres? -Dijo Laura fría.
-Hablar. -Aclaró la chica segura desde la otra parte de la línea.
-Hablar es un concepto muy abierto. ¿De qué exactamente? -Logró decir la pelirroja sin trabarse.
-Hay tantas cosas de las que hablar... las cosas han cambiado.
-Eso también es muy abierto, pueden cambiar muchas cosas, desde tu personalidad hasta un cuenco de palomitas verde que antes era azul.
-¿Qué dices de cuencos de palomitas? Me estoy perdiendo. -Contestó extrañada Eva.
-No sé si tiene sentido, igual que que esté hablando contigo en este momento. Eso sí que no tiene sentido.
-Te echo de menos. -Confesó de repente la rubia.
A Laura se le formó un nudo en el estómago. No sabía qué decir.
-No. -Negó al fin.
-Fui una gilipollas dejando que te fueras tan fácil.
-Eva, no, ya no estoy en Zaragoza.
-¿Qué? -Preguntó la chica, atónita.
-Que me he mudado a otra ciudad, pero igualmente, no te preocupes, estarás confundida o simplemente son los recuerdos. Es imposible que llevemos casi un mes sin hablar y así, sin ton ni son me eches de menos.
-Pero yo te...
-No. -La cortó Laura. -Y no sé cómo tienes el valor de llamarme después de este tiempo para decirme esto.
-Laura, por favor, déjame hablar, déjame explicarme. ¿Me puedes decir adónde te has mudado?
-¿Para qué lo quieres saber?
-Por saber si te tengo muy lejos. -Dijo Eva preocupada.
Laura resopló, pero al final se lo dijo.
-Valencia.
-Valencia. -Repitió la otra chica. -No estás tan lejos.
-Bueno... tampoco vas a venir así que...
-¿Quién te dice que no?
-Yo.
-Pues te equivocas.
-Eva, no me líes más, por favor. No juegues conmigo. Si no salió bien a la primera no va a salir a la segunda. Y menos a distancia.
-No pretendo jugar contigo. Cometí un error al dejarte, pero estaba agobiada y no quería estar en una relación.
-Ah, ¿y ahora sí? ¿Crees que voy a estar para ti solo cuando quieras tener una relación y cuando te canses dejarme por un tiempo y hacerme daño? -Respiró después de la larga pregunta y continuó. -Me dijiste que ya no sentías lo de antes, no que estabas agobiada.
-Perdóname, Laura. Te...
-Me tengo que ir. -Volvió a cortarla. -He quedado. Adiós.
-¡Espera Laura! ¡Solo un momento!
-Deprisa.
-Déjame llamarte luego. ¿Cuándo volverás?
-No eres mi madre.
-Por favor, solo quiero hablar.
-No tengo tiempo ahora, búscate la vida.
Esta vez sí que colgó. Sus dudas aumentaron. Había sido fría con ella, pero su corazón no decía lo mismo. Le iba a mil en ese momento. Estaba triste, o no. Era un sentimiento extraño entre tristeza y rabia, también amor.
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Felicidad Inesperada.
Teen FictionA veces te puedes llegar a enamorar de quien menos te lo esperas. No es la cabeza, es el corazón. Laura no quería estar ahí, ella ya tenía su vida hecha en Zaragoza y por culpa de un trabajo de su padre tuvo que viajar a Valencia. Yaiza vivía en su...