-Definitivamente, David está raro. -Afirmó Yaiza.
Laura no se fijaba en otra cosa que no fuera el suelo al caminar.
-De normal no es tan estúpido y encima eso que me has contado esta mañana. -Siguió hablando.
-¿No estaba ligando conmigo?
-No sé. Pero pasa de ti.
-Ya, por eso, no entiendo. Esta mañana me da la bienvenida así y luego está con Marcos y pasa.
Yaiza y Laura atravesaron la puerta del baño.
-Vas a mear, ¿no? -Preguntó Yaiza.
-Sí.
-Vale, te espero aquí.
Laura, sin decir gran cosa, cogió un trozo de papel y entró al primer baño vacío.
Mientras, la otra chica se miraba al espejo arreglándose los pantalones, ya que los tenía mal doblados.
Minutos más tarde se escuchó la cadena y Laura salió.
-No sé qué mosca le ha picado. -Siguió Yaiza con lo mismo.
-Mira, me da igual David, si le ha picado una mosca o un cocodrilo, paso, la verdad, no tengo yo suficientes problemas como para que venga un subnormal y me raye la cabeza.
-Joder como estamos hoy todos...
-Yaiza.. te agradezco que me ayudes con lo mío, de verdad.
-Qué va, qué va, agradecer para nada.
-Joder, es que estoy muy rayada. No dejo de pensar en ella.
Yaiza, al oir esas palabras, cogió a Laura del brazo, acercándola así a ella, le cogió la cara y la besó sin poder esperar más tiempo.
Tras un beso de siete segundos se separaron. Laura miró a Yaiza.
-Te voy a hacer una pregunta y quiero que la respondas totalmente sincera. -Dijo Yaiza.
Laura asintió.
-¿Has sentido algo con este beso?
-No sé. -Dijo Laura confusa.
-Si quieres lo volvemos a probar, yo no tengo problema. -Bromeó Yaiza.
Laura miró a Yaiza y salió del baño sin decir nada. Yaiza la siguió.
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Felicidad Inesperada.
Novela JuvenilA veces te puedes llegar a enamorar de quien menos te lo esperas. No es la cabeza, es el corazón. Laura no quería estar ahí, ella ya tenía su vida hecha en Zaragoza y por culpa de un trabajo de su padre tuvo que viajar a Valencia. Yaiza vivía en su...