David pensó que lo primero debía ser aclararle las cosas a Laura.
"Laura, perdona por tanto paripé antes, no estoy pasando por mi mejor momento y lo siento, de verdad, pero no voy a poder quedar..." -Envió él.
"Ah, no te preocupes."
Seguidamente, dejó la conversación de la chica y fue al chat de Marcos.
"Necesito hablar contigo..."
"¿En persona?"
"Sí, será mejor, por aquí a veces hay malentendidos."
"Te espero en el parque central."
Su casa estaba completamente en silencio, su madre trabajando y su hermano quién sabe dónde. Echó la llave y puso rumbo al parque.
Al llegar, Marcos estaba sentado en un banco con el móvil. David se sentó al lado.
-Hey, perdido.
-Hey. -Dijo cabizbajo David.
-¿Qué pasa?
-No quiero seguir con esto. Con la apuesta. No quiero seguir con nada. Estoy muy agobiado y me quiero pirar con mi padre. No tenía que haber aceptado la apuesta, me tenía que haber aceptado a mí.
-No te entiendo. ¿No quieres seguir con lo de Laura? ¿He ganado?
-¿De verdad te estoy diciendo que me quiero pirar de aquí y me sueltas eso?
-Que no, tío. Que es broma.
-¿Qué es "lo de Laura"? -Dijo Laura por detrás.
-¿Te piras? -Preguntó Yaiza.
-Las que faltaban. ¿Qué coño hacéis aquí? -Preguntó David alzando un poco la voz.
-Paseábamos e íbamos a acercarnos a saludar.
-Paso, me piro, de verdad.
David se levantó y se fue de nuevo a su casa.
-¡Espera! -Exclamó Marcos. -No sé qué cojones le pasa, ya hablamos, chicas.
Marcos dejó a las chicas ahí y fue tras su mejor amigo.
-Espera, joder, vamos a hablar.
-Yo me voy a mi casa, tu haz lo que quieras.
-Hablemos ahí.
Sin decir ni una palabra más, los dos avanzaron hasta la casa de David y, tranquilamente, comenzaron a hablar en el sofá.
-Me gusta Yaiza. Y no puedo con todo esto. -Soltó David sin más.
-Era eso...
-Sí. No soporto verla más. Me quiero ir por eso.
-Entiendo. Tío. A mí me va a joder, pero vuela. Sigo pensando en algo que soñé. Yo cogía un tren que no sabía dónde me llevaba, pero lo cogía. Haz eso. Coge un tren. Vete lejos. Sé feliz. Olvídate de la apuesta. Donde te lleve el destino, tío.
-No está bien jugar con los sentimientos de la gente.
-No.
-Es lo que íbamos a hacer con Laura.
-Pero se supone que te gustaba.
-Físicamente. Y no. No quería aceptar que me gustaba Yai y la primera que pasó fue la que me llamó. Pero en realidad no. Voy a llamar a mi padre. Me iré cuanto antes.
-Bien tío. Vete.
-Diles lo que ha pasado. No quiero saber nada.
Marcos asintió.
-Voy a llamar a mi padre. Déjame solo, por favor.
Marcos se acercó a David para darle un abrazo. El último que se darían. Se acercó a la puerta y se marchó.
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Felicidad Inesperada.
Teen FictionA veces te puedes llegar a enamorar de quien menos te lo esperas. No es la cabeza, es el corazón. Laura no quería estar ahí, ella ya tenía su vida hecha en Zaragoza y por culpa de un trabajo de su padre tuvo que viajar a Valencia. Yaiza vivía en su...