7. ¿Quedamos?

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-Me tengo que ir, mi hermana va a salir en breves. -Comentó Laura.

-¿Ya es la hora? Jo, contigo el tiempo se me pasa rápido, ¿eh?

Laura sonrió. A ella también se le había pasado el tiempo muy rápido, esa chica le caía genial y tenía cada vez más curiosidad por saber sobre ella.

Habían estado hablando de muchísimos temas distintos, contando anécdotas sobre sus vidas, etc...

-¿Os puedo acompañar? -Preguntó la morena.

-Sí, claro. -Asintió la pelirroja.

-Así algún día te puedo pasar a buscar inesperadamente.

-¿Qué?

Yaiza miró a Laura y se rió.

-Te estoy diciendo de quedar, boba.

-Ah. -Rió nerviosa Laura. -Soy corta, perdona. Pero me parece bien.

-En serio, tienes que conocer a Marcos y David, son dos chicos geniales. ¿Quieres que les pregunte si pueden quedar esta tarde? -Preguntó Yaiza saliendo de la cafetería junto a Laura.

-A mi madre no le hace gracia que salga entre semana cuando hay clases.

-Hoy no ha sido una clase normal, además, eres nueva y debes conocer gente, no creo que le importe, no tenemos nada que estudiar hoy. -Intentó convencerla la bajita.

-No te prometo nada.

-Va, no seas aburrida, pelirroja. -Comentó dándole un pequeño toque en el brazo, sonriendo.

Laura sonrió tambien.

-Lo intentaré. -Dijo al fin la chica.

-Eso está mejor.

-Ahí está mi hermana.

-¡Es una mini tú! ¡Sois iguales! -Exclamó Yaiza mirándolas.

-¡Hola! -Saludó la pequeña. -La que decía que no haría amigos. -Dijo mirando a su hermana.

La aludida sonrió.

-Hola, pequeña. -Dijo Yaiza.

Paula sonrió a Yaiza.

-¿Vamos a casa? -Preguntó Laura.

-Vamos.

Las tres pusieron camino a casa de las dos hermanas, el camino no se les hizo muy largo, Yaiza seguía hablando sin parar sin aburrirlas ni un solo momento y Paula, que era más sociable que Laura, también hablaba. La pequeña era muy ingeniosa y divertida.

Al cabo de diez minutos caminando, las tres chicas llegaron al portal de Paula y Laura.

-Pues no vives lejos de mí. -Comentó Yaiza. -Y menos de David, él vive en esta calle, en la otra esquina.

-Vaya, qué casualidad. -Dijo Laura.

-A las cinco en punto sin falta paso a por ti. ¡Adiós!

Y después de un beso en la mejilla a Laura y de revolverle el pelo a la pequeña, se marchó.

Felicidad Inesperada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora