Capítulo 15

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 Hacía bastante tiempo tenía programado un despertador a las siete de la mañana con la intención de "aprovechar" el día; aunque, como siempre, terminaba por darle un matonaso al celular y apagar la enlatada musiquita del ringtone con tal de dormir unas horas más. Pero esa mañana fue la excepción, siendo él quien despertaba antes que la alarma por una diferencia ínfima. 

 Le dolían un poco los ojos por la luz que entraba por el ventanal, bostezó por inercia mañanera y decidió sentarse en la cama, esperando el momento donde, cuando su mano se apoyara en la mitad de la cama, pudiera sentir el calor que el otro cuerpo irradiaba.

 Excepto que no había nadie allí.

 Dirigió una mirada rápida hacia el lado derecho del colchón y analizó como las almohadas de ese lado no habían sido quitadas, algo que le pareció totalmente extraño, ya que Akaashi solía dormir sobre su propio brazo.

 Salió de la cama para dirigirse a la sala de estar y ver si Keiji se había levantado antes que él, pero tampoco estaba allí. Entonces, sin pensarlo mucho, se dirigió al cuarto donde dormían Kenma y Kuroo, abriendo la puerta con la lentitud de un muerto y buscando el interruptor de luz en esa oscura habitación, encontrándolo luego de varios segundos donde siquiera recordaba porqué estaba allí dado el sueño.

—¿Vieron a Akaashi? —preguntó, notando como los cuerpos debajo de la gran colcha beige se removían y la nube negra de cabello de su mejor amigo hacía presencia en la escena con ojitos achinados.

—¡Vete a dormir! —contestó en voz ronca, por consiguiente le tiró una almohada por la cara con muy mala puntería. 

 Bo la esquivó, cerrando la puerta nuevamente.





 Se decidió a ponerse un abrigo cualquiera del perchero y salir con el frío que hacía. Eso sí, esta vez se puso unos pantalones de dormir que desconocía y estaba seguro serían de Akaashi. Pero con la cabeza en las nubes por saber dónde carajos se había quedado Keiji, poco le importaba si sus ropas combinaban o tomaba un pantalón prestado.

 Miró su celular nuevamente, para notar como antes que los mensajes no le llegaban al pelinegro y su última conexión había sido alrededor de las cuatro de la madrugada.

 Tenía miedo de encontrarlo tirado por ahí, inconsciente por haberse defendido de un robo o algo parecido. Era consciente que el barrio local se ponía feo cuando pasaba al fin de semana y más con el nuevo bar a unas cuadras de la florería. No solo el gobierno los dejaba sin plata, sino que salías a la calle con miedo a no volver.

 "En diez minutos llego a casa" Akaasheeeeee [04:12] 

 Guardó nuevamente su celular, para apurar el paso por la calle hacia el local de flores, sintiendo el frío entumecer sus mejillas pero no sus preocupaciones. 

 Llegó, por fin, a la cuadra donde se podía decir que empezaba el paseo por los locales; notando enseguida como las paredes habían vuelvo a ser pintadas, pero esta vez de azul.

 ¿Por qué le mandaría un mensaje diciendo que llegaría a casa, si no iba a llegar?

 Comenzó a trotar para acortar distancia de forma más rápida, notando como en algunos lugares donde el agua se había estancado, comenzaba a helarse y reflectarse así el sol en ella. Era una mañana helada y lo notaba en la brusca forma del aire entrando por su garganta y raspándole el pecho. Faltaba una cuadra cuando decidió parar de correr como loquito, o sino podría enfermarse y Keiji tendría que cuidarlo, porque si no era él, Kuroo seguro le metería las pastillas equivocadas en la bebida y con Kenma... él le dejaría morir, directamente.

Bokuto, no rompas más flores [Bokuaka] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora