Contra el viento (AU) -Español [Clexa]

Capítulo 5

A pesar de su cierta desconfianza con los arreglos y el nuevo equipo de sonido, los últimos ensayos habían dejado ver que todo parecía estar en orden. Todo menos un pequeño detalle que quería discutir, pero prefería hacerlo después del concierto. Lo primero era lo primero, y eso sin duda eran las más de dos horas que le tocaba vivir esa misma noche. Solo esperaba que no hubiese ningún problema, porque si había algo que odiaba demasiado en el mundo eso era los contratiempos. Y es que a pesar de la idea preconcebida que la gente pudiese tener de ella, siempre intentaba ser lo más responsable posible. Algo que solamente conocían sus más allegados y aquellos que trabajaban con ella. Para la prensa y demás dejaba su fama de Clarke Griffin: la juerguista, divertida y caprichosa nueva famosa.

Sonrió con algo de malicia al salir del ascensor, justo cuando sus ojos se clavaron en Lexa, quién estaba junto a la puerta de su habitación, la misma que quedaba a unos metros de la suya. Bellamy y su manía de tener a todos en la misma planta a veces resultaba una buena apuesta cuando se necesitaban entre ellos.

Caminó sin perder la sonrisa y sin que la castaña se diese cuenta de su presencia, pudiendo así observarla con algo de detenimiento.

─Buenos días ─la saludó apoyándose en la pared, observando cómo Lexa parecía estar haciendo malabares para abrir.

─Buenas tardes, dirás ─contestó la castaña clavándole la mirada, incluso alzándole una ceja.

Carácter. Sin duda esa chica tenía carácter.

Y sí, le gustaba. Le gustaba la gente a la que le importaba poco quien fuese ella, o en el caso de Lexa el poder perder el trabajo. Aunque la verdad, siendo sinceras, tenía la gran certeza de que a la castaña aquel trabajo le importaba bien poco. Poco o nada. O quizás era de ese tipo de personas que se guardaba la emoción y la ilusión por dentro. Ya se sabe, eso de que la profesión va por dentro.

─Necesito descansar bien para esta noche ─le informó con tranquilidad, importándole poco sus palabras.

Lexa suspiró y volvió a su tarea de intentar buscar la llave de la habitación en algún bolsillo de su maletín.

─¿Te ayudo? ─se ofreció al verla con un vaso desechable, el móvil, el periódico y el maletín donde parecía llevar el portátil.

Ni siquiera esperó a que se lo confirmase, cogió la tira del maletín que estaba sobre su hombro y se lo quitó con cuidado de no tirarle lo que llevaba en las manos.

─Podía yo sola ─le aclaró Lexa tras la intrusión.

─Claro ─contestó sonriente.

─¿A dónde vas? ─le preguntó Lexa en cuanto comenzó a caminar hacia su habitación.

─Vamos a trabajar un rato, ¿no? Es a lo que has venido ─le respondió sin perder la sonrisa y viendo el gesto de desconcierto de la castaña.

Sacó la llave del bolsillo trasero de su pantalón y abrió sin tan siquiera esperarla, dejando el maletín sobre uno de los sofás con cuidado. Al girarse la descubrió en el umbral de la puerta, observando atentamente todo el lugar con la mirada, como si estuviese haciendo una inspección.

─Siéntete como en tu casa ─le dijo antes de dirigirse al minibar y coger una pequeña botella de agua.

─Como en mi casa... ─la escuchó susurrar.

─¿Algún problema? ─le preguntó alzando ambas cejas.

─Solamente llevamos aquí dos días y... ─aclaró extendiendo los brazos, señalándole toda la habitación.

─¿Y qué? ─insistió.

─Esto es una pocilga. Si fuese mi casa ya le habría pegado fuego ─respondió por fin, haciéndole sonreír.