Contra el viento (AU) -Español [Clexa]

Capítulo 38

Tras la escena tan intensa vivida en el salón entre Marcus y Clarke, decidió darle un tiempo de tregua a la cantante, sabiendo que aquella conversación había llegado a su parte más interna y sensible, alterándola y trastocándola bastante. Sabía que estaba actuando a la defensiva, intentado que vieran que nada le importaba realmente, ni tan siquiera su carrera profesional, esa a la que tanto esfuerzo y dedicación le había dedicado y por la que disfrutaba enormemente, pero, en cuanto observó su rostro, después de que Marcus soltase aquel "quizás sí que no debería haber apostado por ti", supo que algo se rompió dentro de ella. Y lo supo en el momento exacto, en ese en el que el gesto de su cara cambió y el azul de sus ojos se inundó. Por eso, y aunque lo había evitado en todo momento, decidió intervenir y cortar tan intensa situación entre ambos, sabiendo que no llegaría a ningún lado y que lo que se decían era parte del dolor y del sufrimiento por el que estaban pasando, porque, aunque no había visto un trato directo y algo más íntimo entre los dos a lo largo de los meses que estuvo escribiendo la biografía, sabía perfectamente cómo Marcus adoraba a Clarke y viceversa.

Mientras dejaba y organizada, en su habitación, el poco equipaje que había traído para esos días, pensaba en cómo sería la mejor forma para poder acercarse de nuevo a la cantante, sin llegar a forzar, teniendo en cuenta su fuerte carácter y que lo único que no pretendía, ni buscaba, era el poder provocar una situación incómoda y fuera de lugar, no cuando su intención era ver y descubrir que era lo que le pasaba y sobre todo el querer ayudarla, ya que, verla de esa forma, estaba haciéndole más daño del que pudo llegar a pensar e imaginar, aunque nunca se le había pasado por la cabeza una situación así.

Y, de lo que estaba completamente segura, era que debía volver a sacar su paciencia a la máxima potencia, porque Clarke era Clarke y la situación lo requería demasiado.

Bajó de nuevo al salón y, tras hacer un barrido inicial con la mirada por toda la planta baja, no encontró a Clarke y el hecho la puso un poco nerviosa. Lo primero que hizo fue preocuparse y ponerse un tanto en alerta, ¿había sido capaz de largarse sin más? ¿Sin tan siquiera avisarla? Y, si lo pensaba unos segundos, sabía que sí, que la veía muy capaz e incluso sacó el móvil del bolsillo de su pantalón para ver si al menos había tenido la decencia de haberle mandado un triste mensaje, pero ni rastro alguno.

Se pasó la mano por la frente un poco nerviosa, e incluso enfadada y molesta, pero, al alzar la vista de nuevo y mirar hacia la cristalera que separaba el salón del jardín, la vio sentada en el filo de la piscina, provocando que inmediatamente soltase el aire que parecía haber tenido retenido en sus pulmones durante largos segundos.

Sonrió inconscientemente mientras avanzaba hacia su posición, ya que de forma inevitable aquella escena le recordaba a unos tiempos mejores en la relación que ambas mantenían. Un recuerdo de Clarke de espaldas a ella, con los pies metidos en el agua y guitarra en mano intentando sacar alguna melodía mientras ella seguía dándole forma a la famosa biografía, la misma que había quedado totalmente en el olvido. Pero había un par de diferencias, ella ya no estaba trabajando en ese proyecto y su sonrisa se borró de golpe cuando sus ojos descubrieron que Clarke tenía entre sus manos una botella de vino y no una guitarra, tal y cómo su mente había fantaseado.

─¿Qué haces? ─preguntó molesta.

─¿Tomar el sol? ─contestó Clarke tras alzar ligeramente el rostro, tapándose un poco con la mano por la molestia de la luz solar chocando directamente contra su cara.

─Anoche llegaste a mi casa borracha ─le recordó, por si acaso se había olvidado de aquel detalle─. Y ahora te dejo un rato y te encuentro con una botella en las manos ─dijo con el ceño fruncido y los brazos en jarra.

─Oh, por Dios ─soltó la cantante rodando los ojos y apartándole la mirada─. Haz el favor de callarte, que me das dolor de cabeza ─le ordenó antes de dar un trago a la botella, importándole muy poco lo que acababa de decirle.