Capitulo 13

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Miro al coche y luego lo miro a él. Una sonrisa ladina aparece en su rostro. No me puedo creer que este chico es el mismo que me beso forzosamente e intentó violarme, debajo de ese patán había un lindo chico.

—¿Me vas a dejar conducir? —pregunto confusa.— Sabes que podría escapar fácilmente ¿no? Tengo un coche y ahora vas a mostrarme el camino para volver a casa.

—Confió en ti. —sus puños se aprieta a sus manos.— Si algún día sucede algo en la manada. Coge el coche y sal de aquí hasta ponerte a salvo.

—¿Qué sucede? Estás muy tenso. —en seguida deshace los puños de sus manos.

—No es nada, solo que eres la más lenta de la manada. Hasta los cachorros son más rápidos que tú. — llevo una mano en mi pecho haciéndome la ofendida.

—Disculpa, por no convertirme en un lobo de dos metros y medio.

Escucho su risa, mientras entro en el coche. Espero que entre en el único asiento que queda libre. Arranco el coche y sonrío ante el sonido que hace. Acelero a fondo el coche.

Tras las indicaciones de Gajeel, nos encontramos frente a mi casa, y frente a nosotros dos coches de policías. Miro a Gajeel preguntándole que deberíamos hacer.

—Vamos a entrar pero Levy recuerda que eres mía tu lugar está a mi lado.—lo miro y suspiro.

—No soy un objeto, Gajeel. Volveremos juntos te lo prometo.

Caminamos a la puerta y Gajeel se aparta, como un conejo apunto de ser atrapado. Por primera vez lo veo asustado y nervioso. Me rio interiormente por la imagen de Gajeel vestido de conejo. Abro la puerta y camino por el pasillo hasta llegar al salón donde las voces se detienen ante mi presencia.

Mi padre corre hacia mi y me abraza con fuerza. Apoyando su cabeza en mi hombro mirando hacia la puerta y sé que está viendo, mejor dicho quién está viendo.

—¿Dónde has estado, mi niña? Creía que te había perdido de nuevo. —mi hombro se llena de algo húmedo.— ¿Estás bien? ¿Te han herido?

Se separa de mi y me examina con sus ojos, estos se posan en las heridas más recientes las de mi cuello. Los policías se acercan a mi al mismo tiempo que Gajeel.

—Supongo que este joven te trajo a casa, muchas gracias joven. Ahora estás en casa y vas a estar bien. —la mirada de Gajeel se endurece, en seguida los policías posan la mirada en él.

—¿Señorita, está siendo usted amenazada? —Gajeel me mira y en sus ojos puedo ver claramente la desesperación.

—No, él es mi pareja. He estado con él todo este tiempo. —veo en la cara de mi padre decepción y en Gajeel solo puedo ver feliz en su semblante.

—No, tú no tienes pareja. Estás mintiendo. Él te está amenazando ¿verdad? —la mirada de mi padre recae sobre los policías.— Ustedes hagan algo, este individuo la está chantajeando, es obvio.

—Lo siento, señor. No tenemos pruebas y el joven no ha ido contra la ley. Sin más nos marchamos. — caminan hacia la puerta acompañados por Gajeel.

—Papá, aclaremos esto... —la voz de Gajeel me impide seguir.

—Señor McGarden, soy Gajeel Redfox, el novio de Levy. Ella ha estado conviviendo conmigo la última semana y seguirá siendo así por el resto de nuestras vidas. Ella vendrá cuando quiera a visitarlo, en cambio usted no podrá saber el lugar donde residimos y como es obvio no podrá visitarla. —mi padre lo mira con rabia.— Todo es por su seguridad señor.

—Ella no se moverá de aquí, es menor y debe quedarse conmigo. —Gajeel empieza a caminar por la estancia sin quitar la mirada de mi padre. El nervioso y asustado Gajeel se ha ido dejando paso a uno feroz y peligroso.

—No le estoy consultando, mi deseo se cumplirá y no me importa si tengo que pasar encima de usted. —mis ojos se abren con sorpresa, me pongo frente a mi padre mirando a Gajeel.

—No lo creo, Gajeel. Más te vale que mi padre no salga herido. —lo miro muy enfadada. No me puedo creer que haya amenazado a mi padre.— Antes que cualquiera está mi padre.—sus ojos cambian a dorado y sé que le he hecho daño con mis palabras pero es necesario que entienda que mi padre es muy importante para mi.

—Te espero en el coche. —su cuerpo se mueve con violencia y por un instante creo que va a convertirse. Respiro tranquila cuando le veo cruzar la puerta.

—Papá tengo que irme, no digas nada pondrás las cosas más difíciles. —antes de que pueda decir algo salgo de la casa.

Al salir me encuentro a Gajeel en el coche en el asiento del piloto mirándome furioso aún con sus ojos dorados. Me meto en el asiento del copiloto sin decir palabra. Conduce con violencia por las calles de la ciudad hasta adentrarse en el bosque. En cuanto ingresamos a la manada baja la velocidad baja considerablemente.

Llegamos a la mansión, intento abrir la puerta pero no se abre, ha puesto el seguro a las puertas. Tengo el presentimiento que todo va estallar.

—Nunca vuelvas a cuestionarme ¡delante de nadie! —sufuerte voz hace que dé un brinco en mi asiento.— Olvida de visitar de nuevo a tu padre, no lo mereces. He intentado ser paciente y cariñoso contigo pero por lo visto no quieres eso.

—¿¡Y ahora qué; vas a volver a ser como antes, vas a volver a lastimarme!? ¡Contesta! —lo miro llena de rabia, su silencio me vale para saber que ese es su plan.— ¿Así piensas que aceptaré ser tu luna? La llevas clara.

—Más te vale aceptar en la próxima luna o despídete de tu padre. —lo miro horrorizada.— Tú has querido esto, te he dado lo mejor de mi y lo has tirado por la basura.

—Abre. —le ordeno con lágrimas en los ojos, no pienso dejar caer ni una sola frente a él.

Su mano se cierra sobre mi cabello haciendo que me acerqué a su cara y lo mire a los ojos. Llevo mis manos a su grande mano intentando que me liberé.

—¿Cuándo vas a aprender que aquí no mandas? —con su mano libre desgarra mi blusa. Sus labios se mueven sobre los míos con violencia evitando de esta forma que grite.

Mis manos dejan su mano y bajan a su pecho intentando empujarlo en vano. Rápidamente se aparta y mira al frente denosotros. Con las lágrimas cayendo por mis mejillas levanto la mirada y me encuentro con un lobo, no un simple lobo, su pelaje negro me dice que es un alfa sus ojos morados están clavados en nosotros.

Gajeel abre la puerta, y grita unos nombres en los que solo comprendo Natsu y Jellal. Sale del coche, sin que se dé cuenta cojo las llaves del coche y salgo cerrando la puerta fuertemente.

—Ojala te mate. —le digo mirándolo directamente a los ojos mientras que con mis manos intento tapar lo más posible de mi torso.

—Te conviene que lo haga, porque como vuelva. Vas acomprender de quién eres dueño. —cada una de sus palabras me suenan genuinas. Me encantaría decirle que si vuelve yo no estaré sin embargo esas palabras nunca salen de mi labios.

Acto seguido se convierte en el enorme lobo negro de ojos dorados y sale disparado hacia el bosque juntos con algunos cuantos lobos más.

★★★★★★★★★★★★★★★★★
¡Hola mis queridos lectores!

¿Qué tal el capítulo? ¿Les gustó? ¡Tenemos un bipolar entre nosotros! Los cambios de humor de Gajeel son increíbles. Intenté avisar que no todo iba a ir bien. Por lo visto Levy tiene un plan de escape ¿Le saldrá bien?

Nos leemos el miércoles

Saludos y besos de Noa-chan

La luna del alfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora