Capitulo 4

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Mis piernas arden por el esfuerzo que resultan para ellas correr en mi mala condición. La herida de mi brazo no para de sangrar. Lucy se adentró en el bosque detrás de mi, no sabe ni donde estoy, ni dónde está. Solo necesito tiempo para pensar y calmar mi pánico. Luego volveremos juntas.

—¡LEVY!—la voz de Lucy retumba en todo el bosque haciendo que los pájaros abandonen sus nidos.

Sigo corriendo sin contestarle. Me apoyo en un árbol totalmente fatigada.Me hinco de rodillas al suelo y comienzo a llorar.

—Levy....—siento los brazos de Lucy rodeándome. — Sé que te ha asustado. A mi también lo ha hecho pero estarás bien. No puede hacerte nada ni siquiera vais a mismas escuelas. No va ha hacerte daño.

—Me da miedo, Lucy. Es un psicópata. —tiemblo de recordar su mirada sobre mi. Su tacto caliente sobre mí

El rato pasa desahogándome sobre mi mejor amiga. Empieza a llover empapándonos. Nos levantamos del suelo, sin embargo nos encontramos con dos lobos, el pelirrojo de ayer y uno negro azabache con sus resplandecientes ojos dorados. Damos un paso hacia atrás ambos nos gruñen haciendo que nos detengamos. Sin quererlo miro hacia los ojos dorados del lobo negro y por un instante veo al psicópata.

—No hagamos como ayer mantengamos la calma. —dice Lucy mientras corro hacia el espacio amplio detrás de nosotras. Gruñidos y golpes contra el suelo es lo que oigo. — ¿¡QUÉ HE DICHO!? ¡¡VAMOS A MORIR!!

Corro hacia una pendiente hacia abajo para si conseguir más velocidad, ya que los tenemos casi atrapándonos, pero por culpa del barro y la lluvia termino resbalando. Me golpeo con rocas haciéndome heridas y rasguños. Sin embargo cuando voy a levantarme el lobo negro se echa sobre mi, clavándome las garras en los brazos. Intento levantarme pero libera una garra de mi brazo y la coloca en mi pecho empujándome al suelo.

—¿Por qué no me comes?—le pregunto.— Como si un animal pudiera contestarme.

Entonces veo al lobo pelirrojo acercarse con algo en su lomo. No me da tiempoa ver que es cuando el lobo que tengo sobre mí agarra mi ropa con sus colmillos y me lanza contra un árbol. La espalda me arde, mi mirada se posa en la posición extraña posición de mi hombro. Miro al frente entre puntos negros puedo distinguir al lobo negro avanzando hacía mi. Cierro los ojos dejándome ir.

Noto mi brazo arder y abro los ojos abruptamente. Me encuentro con un señor de edad y calvo. Sus manos están sobre mi brazo lastimado. Aprieto los ojos fuerzas, un ardor se apodera de mi cuerpo.

—No te muevas, te estoy colocando el brazo en su lugar. —suelto un sollozo. —Hablame, luna.

—¿Dónde estoy? —digo entre lágrimas mientras el doctor mueve mi brazo provocando un dolor infernal.

—En la manada Fairy tail. —hace un movimiento brusco y grito de dolor.— Ya está en su sitio voy a enyesarte el brazo y curarte tus otras heridas. Por favor no haga preguntas tipo "¿Qué manada?""¿Qué sois?" Le explicará nuestro alfa, le corresponde él.

—¿Qué le ha sucedido?—no es hasta que habla que noto a la mujer con bata a mi lado preparando el material que va utilizar el doctor.

—Un lobo enorme y negro me atacó.— la bandeja con el instrumental se resbala de sus manos. El doctor sigue trabajando sobre mis heridas miro a la mujer muy incómoda y decido cambiar de tema.— ¿Cómo se llaman?

—Él es Makarov, y yo Mirajane. Tú eres Levy ¿no? —asiento en respuesta mientras hago una mueca de dolor, mientras siento un líquido arder en mi barriga mientras el doctor lo extiende de forma estratégica.— Todos hablan de ti.

—¿Quiénes son "todos"?—pregunto sin quitarle la vista de encima a Makarov

—Pues la manada. —dice Mirajane de forma obvia.— ¿De qué manada eres tú?

—Mirajane...—Makarov la mira con advertencia.

—¿Por qué me ocultan las cosas? ¿Qué esconden? —se miran entre ellos y sonríen, esa es la señal para saber que no van a contarme nada.—Basta. Me largo

Me levanto de la cama camino hacia la puerta pero en cuanto voy a agarrar el pomo, la puerta se abre con fuerza haciendo que me golpeé en el brazo que hace unos minutos acababan de colocar. Me doblo sobre mí misma al sentir un dolor infernal en mi brazo, con el brazo sano me apoyo en la pared.

—Me encanta que sepas que me debes respeto.— levanto la mirada para encontrarme con esos ojos rojos que tanto miedo me producen. Observo que la postura que he adoptado parece una reverencia.

—No te confundas. Solo eres un maldito que no sabe abrir la puerta con normalidad.— espeto fingiendo estar molesta cuando en realidad estoy asustada. Él me asusta, mucho.

—Háblamecon respeto.— ordena con superioridad.

—Si, claro. Si me disculpas, me voy a casa. —paso por su lado, sin embargo me agarra el brazo con demasiada fuerza haciendo que apriete mis dientes para aguantar el dolor.

—Ya estás en casa.— siento como el alma se me cae a los pies al escuchar esas palabras. Sin soltarme mira a las otras personas en la sala.— Salgan.— les ordena y como sus juguetes obedecen sin rechistar.

—¡No es mi casa! ¡Déjame ir ahora mismo! —grito desesperada, lo empujo para que se aparte haciéndome daño. Sin esperarlo agarra mi cuello y mi cuerpo se golpea con la pared expulsando el aire de mis pulmones.

—¡Eres mía! —observo como sus ojos cambian de rojo a dorado, haciendo que mi cuerpo se estremezca del miedo.— ¡No pienso dejarte ir nunca!

—¡Eres un maldito demente! ¡Suéltame! —con solo un brazo lo intento empujar en vano.

—Me perteneces, mételo en esa pequeña cabeza.

—Esto es un secuestro. Puedes ir a la cárcel.— no sé que le parece tangracioso pero se ríe a carcajadas.

—Vamos a ir a nuestra casa, procura no hacer tonterías que me dejen en vergüenza frente a mi manada.

Mi oportunidad para escapar. No pienso quedarme con un demente, prefiero morir. A mi padre le va a dar un infarto cuando no me vea en casa. Mi pobre padre.

★★★★★★★★★★★★★★★
¡Hola mis queridos lectores!

¿Qué tal? ¿Les gustó el capítulo? ¿Saben quiénes son los lobitos? 7w7 Tal vez piensen que la reacción de Levy es exagerada al huir de esa forma pero todo tiene un porqué.

Estaré leyendo sus comentarios que me animan muchísimo a seguir con la historia. Gracias

Saludos y besos Noa-chan

La luna del alfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora