Extra 2

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Ocho meses después...

Meto y meto ropa en la pequeña maleta que cada vez está más abultada. Hoy por fin iba a mudarme con Gajeel. Sé que estamos yendo muy rápido pero lo que sentimos el uno por el otro es muy intenso casi pareciera que es mágico.

Siento unas manos en mi cintura y una barbilla en mi hombro. Sonrío ante el aroma reconocible.

—Creía que me ibas a ayudar, sólo has estado observando como hago las maletas. —escucho su ronca risa en mi oído.— Pasame los cuadernos que hay encima del escritorio.

—No sabía que dibujaras. —me giro hacia él y lo encuentro ojeando mis cuadernos descansando su cuerpo en el escritorio.— ¿Te gustan los lobos negros? —me enseña un dibujo del lobo negro de ojos dorados con el que sueño casi todas las noches.

—Este lobo se cuela en mis sueños noche tras noche.—agarro los cuadernos y los meto en la maleta.

—¿Tengo que ponerme celoso? —suelta pequeños besos por mi cuello.

—Para, Gajeel. Mi papá está abajo. —me zafo de su agarre lo escucho resoplar a mi espalda. Intento cerrar la maleta pero no cierra. Siento como me levanta, me sienta en la maleta y la cierra con facilidad.

—¿Quién va a llevar las dos maletas? —pregunta con burla. Con el dedo índice lo señalo enterrándolo en su pecho.— Ya sabía yo. —ríe a carcajadas.

Sus labios se posan sobre los míos, nos metemos en una batalla de lenguas. Coloco mis brazos en su cuello y sus manos se apoyan en mi cintura juntando más nuestros cuerpos. En cuanto nos separamos nuestros cuerpos piden más.

—Tenemos que parar. Ya he acabado de empacar. ¿Nos vamos? —asiente y me baja de la maleta. Agarra las dos maletas y bajamos a la sala.

Mi padre se encuentra en medio de la sala con los ojos llenos de lágrimas. Lo abrazo con fuerza y ambos lloramos mientras que oigo como la puerta principal se abre.

—Cuidate mi niña. Si te hace algo puedes volver aquí ni lo dudes. —asiento y beso su mejilla.

—Adiós papá.

Salgo de la casa en la que he vivido tanto tiempo. Me encuentro a Gajeel metiendo las dos maletas en el maletero, que a diferencia de los demás coches este se encuentra en la parte delantera del auto. Suelta algunos insultos hasta que por fin consigue meter ambas maletas.

—Si no te importa conduzco yo, quiero enseñarte algo. Antes de llegar a la casa. —lo miro mientras me siento en el asiento del copiloto.

Conduce durante varios minutos por el bosque, hasta llegar al prado con la cascada decorando el paisajes. Sale del coche y abre mi puerta como un caballero. Caminamos por el prado agarrados de la mano. Hasta que se detiene y me susurra "No te muevas"camina de espaldas sin quitarme los ojos de encima.

—La última vez que vinimos me pediste ser tu novia ¿Ahora qué? —lo miro sonriendo.

—Lo que te voy a enseñar puede condenar nuestra relación. —lo miro levantando una ceja mientras empieza a desvestirse.— Espero que sigas respirando después de esto.

Su respiración se vuelve agitada y su cuerpo tiembla con violencia. En un parpadeo tengo al lobo de ojos dorados frente a mi. Él avanza y yo retrocedo por inercia. Sin embargo, no tengo miedo, me siento protegida. Sus orejas bajan y me mira asustado, con lentitud me acerco y acaricio el pelaje de su enorme cabeza y dejo un beso en ella.

—Eres hermoso. —acaricia detrás de sus orejas y escucho un ronroneo.— ¿Quién es mi perrito preferido? —me gruñe mirándome furioso.— Bueno mi lobito. —se tumba en el suelo y yo me siento de rodillas a su lado acariciando su lomo.— Esto no cambia nada, Gajeel. Te sigo amando con todo mi ser. —lame mis mejillas provocándome risa. Mira al cielo casi oscurecido y sé lo que toca. —No quiero irme. —él niega con su cabeza y se levanta. Pasándome de largo oigo como sus huesos se quiebran y vuelven a su lugar. Vuelve a pasarme de largo un Gajeel ya vestido.

—Venga aún tenemos que llegar a nuestra nueva casa. —corro detrás de él y vuelvo a sentarme en el asiento del copiloto

—¿También es nueva para ti? —pregunto y solo me da un asentimiento.— Creía que íbamos a vivir en tu casa.

—Mi antigua casa... —lo noto nervioso.— no era adecuada para ti. —dice al fin pero no lo veo del todo convencido.

Entramos a un área del bosque que recuerdo a la perfección después del día del accidente del oso. Pero nos desviamos del recorrido que va hacia la enorme mansión blanca. Ante nuestros ojos se encuentra una casa de menor tamaño blanca y grandes ventanales. Gajeel aparca el coche frente a la casa y salgo del interior. Camino hacia la casa cuando de repente siento unas manos en mi espalda y detrás de mis rodillas.

—Soy un tradicional ya me conoces. —entramos en la casa en sus brazos. Sube por las únicas escaleras.

—¿Y mis maletas? ¿A dónde me llevas? —pregunto entre carcajadas

—En el coche, y hay un lugar de la casa que me urge estrenar. —con su espalda abre una puerta. Dejándome ver una enorme cama blanca.

Me cambia de postura, coloco mis brazos en su cuello, mis piernas enrolladas en su cintura. Nos besamos con pasión. Mi espalda es apoyada contra la pared y agarra mis muñecas apoyándolas en la pared. Sus besos húmedos bajan por mi cuello, sus manos rompen mi blusa. Mis caderas se mueven contra su entrepierna, él apoya la cabeza en la pared y gruñe en mi oído.

–Me vuelves loco, enana.

Nos mueve hasta la cama dejándome bajo su cuerpo, rompo su camiseta haciendo un camino de besos por su torso. Gajeel abre el broche mis pantalones y los lanza por la habitación. Me intento incorporar para quitar sus pantalones, pero de un empujón me vuelve a tumbar en la cama.

—Déjame... marcarte —su voz sale en un susurro lleno de suplica. Asiento extasiada de placer.

Vuelve besarme cerrando los ojos, al abrirlos de nuevo son dorados y dos colmillos sobresalen de las comisuras de sus labios. Lleva su boca hacia mi cuello. Deja un par de besos y...

Golpes. Más golpes en la puerta principal.

—¡¡Gajeel!! ¡¡Lucy está de parto y no se quehacer!!

Gajeel resopla enfadado, levantándose para vestirse. Cojo mi vaquero y una camiseta de Gajeel.

—Tendremos que dejarlo para mañana.

 —Un bebé nos necesita. 

—Tenemos una vida entera juntos. Podré esperar un poco más.

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Bueno no se enfaden demasiado, ya está disponible "Matrimonio por contrato" vayan a mi perfil a leerla rápido, rápido. Run. Run

Aquí acaba esta bella historia. Nos leemos en mi próxima historia.

La luna del alfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora