Capitulo 10

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Abro mis ojos lentamente, no logro abrirlos completamente. Noto la presencia de Lucy a mi lado, sus ojos están llenos de lágrimas, se gira hacia la puerta donde entra Natsu. Vuelvo a cerrar los ojos fingiendo dormir.

—¿Cómo está? —escucho la voz de Natsu.

—Peor que nunca, está muy débil, fría y pálida, su cabello se está volviendo blanco. —su voz sale rota como nunca antes.— Ni siquiera la vi así, cuando su madre falleció. ¿Cómo está Gajeel?

—Igual que ella, apenas se mantiene consciente. Antes se cayó en el baño.—un sollozo sale de la garganta de Lucy.

—Lo siento, Natsu. No sabía que iba a rechazarlo y mucho menos que pasaría esto. —abro de nuevo y los veo abrazados.

Natsu es el primero en darse cuenta de mi mirada. Se acerca a la cama soltando a Lucy, quita las sábanas de mi cuerpo, me carga estilo princesa. El dolor punzante vuelve con mucha intensidad, mi piel arde donde descansan sus manos.

—No voy a dejar que ninguno muráis.

Sale de mi habitación y camina conmigo en sus brazos. Se detiene en una puerta, con su espalda abre la puerta, se gira y me deja ver la segunda habitación en la que estuve. La de Gajeel. En la cama descansa un Gajeel pálido y con los ojos cerrados. Natsu me acuesta al lado de Gajeel y sale de la habitación.

Me acerco a él, paso mi dedos por su mejilla y el dolor punzante de mi pecho se va desvaneciendo poco a poco. Sus ojos rojos se abren y me estrecha en sus brazos. Ambos soltamos un gruñido de satisfacción.

—Lo siento, siento todo lo que te he hecho. Entiendo que me rechazarás, dejame enmendar mi error. Dame una oportunidad. —lo miro con los ojos abiertos.

—¿Dónde está el psicópata que me secuestró?

—Murió con ese dolor infernal. Pasemos el día juntos y al final del día me dices si me das esa oportunidad. —lo miro extrañada.— Nos sentimos mejor, solo necesitamos el uno al otro.

—Está bien. Acepto.

—Si decides darme una oportunidad iremos a Cana para que deshaga el rechazo y para que le cuentes los espejos que se mueven. Ve a vestirte te espero en la cocina.

Voy de nuevo a la habitación y de nuevo se intensifica el dolor punzante de mi pecho. Cojo una blusa naranja y unos jeans. Bajo a la cocina con el dolor en el pecho, al bajar las escaleras unos brazos me reciben y el dolor cesa.

—Pues es cierto que no vamos a poder vivir el uno sin el otro. Vamos a ver a Cana que deshaga esto

Salimos de la mansión, bajamos por la colina agarrados de la mano para evitar el dolor pero es realmente agradable. Caminamos por las calles y siento miradas en mi por acto reflejo me pego más a Gajeel ya que sus miradas son de todo menos amistosas.

—Has rechazado a su alfa, te odian un poco. —me aclara Gajeel mientras seguimos caminando agarrados de la mano.— Cuéntame algo sobre ti.

—No tengo nada que contar, fui estudiante de Fairy tail y el director me expulsó. Solo fue una bomba que olía mal, el viejo no aguantaba las bromas.

—¿Fuiste tú? Gracias a ti estuvimos una semana sin clases y por cierto ese viejo era mi padre. —me pongo pálida al escucharlo.— Tranquila no le veo a menudo. Está muy ocupado con la escuela.

—Lo siento. Mi madre murió hace un año.

—¿Qué pasó con tu madre? —se detiene frente a un comercio morado y unos destellos amarillos.

—Un accidente de auto ¿Ya hemos llegado? —asiente y abre la puerta para que pasemos.

—¿Cana?

El establecimiento está vacío, me acerco a unas vitrinas con unas bolas de cristal, velas, libros y cartas. Sigo mirando por las vitrinas y encuentro una calavera que hace que grite retrocedo hasta que Gajeel me agarra.

—Tranquila no es real. —la voz femenina me llama la atención.— Vaya el alfa necesita mi ayuda, y puedo apostar que es para que deshaga el rechazo.

Lleva en la mano una botella de alcohol, de vez en cuando da unos tragos. En su torso solo se encuentra la parte superior de un bikini, miro sus pechos sonrojada

—¿Puedes hacerlo? —pregunta Gajeel mirándola de arriba a bajo

Unapunzada se clava en mi pecho pero no es el dolor de anoche. Algo más leve y que a la vez me enfurecía.

—Claro, la duda ofende.

Camina hacia una librería saca un libro bastante grande y sopla el polvo que ha acumulado por el paso del tiempo. Pasa las páginas, coge de otra vitrina un pequeño saco, mete su mano y saca polvo que sopla hacia nosotros comenzando hablar en una lengua que no logro entender.

—¿Ya está? —pregunta Gajeel cuando Cana termina de hablar.

—He hecho un hechizo para que no os duela cuando estéis unos minutos separados. Ojo si estáis más de un día separados el hechizo se romperá y este hechizo solo se puede hacer una vez.

—Cana...—me aclaro la garganta al escuchar mi voz tan grave.— Me han ocurrido... cosas. Que, bueno... digamos que no son ¿normales?

—Si puedes ser más clara, te lo agradecería.

—Dice que el reflejo se mueve cuando ella está quieta. —se me adelanta Gajeel. Cana abre los ojos como platos y sale detrás de su mostrador acercándose a mi.

—¿Ha sestado en contacto con un mago o maga? —me pregunta agarrándome por los hombros.

—Y-yo no lo se... —me está asustando su reacción.

—Alguien te ha tocado, y ha sido maga o mago, así han hecho ese hechizo ¿Te han herido? —asiento y le muestro la herida de mi cuello.— Tienes que evitar todo en lo que te puedas reflejar. Probablemente no te hagan nada cuando Gajeel está cerca. Investigaré sobre este hechizo. Estás en mucho peligro, luna. —miroaterrorizada a Gajeel.

—No va a pasarte nada, te lo prometo, enana.

★★★★★★★★★★★★★★★

¡Hola mis queridos lectores!

¿Qué tal el capítulo? Al fin Levy ha comprendido que no puede vivir sin Gajeel, literal. ¿Quién creen que es el mago/a? Pista: ya apareció y la tocó.

Nos leemos el miércoles.

Saludos y besos de Noa-chan

La luna del alfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora