Capitulo 15

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Uno, dos, tres... ocho puntos hechos con cuchillo, es lo que hay en mi cuerpo. Antes de que Rogue me dejara sola en esta habitación, colocó una aguja en mi vena y por el que mediante un tubo, me está administrando un bote líquido que ni idea de lo que es.

Me rio de mi misma, al pensar que no habría nadie más malo que Gajeel. Como se notaba que por aquel entonces no conocía a Rogue. Fui una estúpida por rechazarlo, si no lo hubiera hecho él estaría aquí conmigo, llevándome a casa. Ahora extraño a ese idiota, aunque me trató muy mal antes de que esto pasará se lo perdonaría si me prometiera que no dejaría que nadie me dañará, que estaría a mi lado toda la vida queriéndome y protegiéndome.

Mis ojos se llenan de lágrimas al recordar a mi lobo, a mi alfa. Fui una tonta. El dolor en mi pecho seguía aumentando con el paso de los minutos. Veía todos los artefactos que había en la pared frente a mi, mi cuerpo temblaba de solo pensar en lo que podría hacerme con todas esas cosas. Mis ojos se cierran y caigo rendida ante el cansancio.

Todo es oscuro, como en mi anterior sueño. De nuevo la mujer brillante aparece ante mi. Sus ojos negros se clavan en los míos mirándome desde arriba, por su excesiva altura. Me fijo en el tatuaje de su pecho, una luna menguante.

Eres su Diosa ¿no? —su cabeza hace un movimiento de asentimiento.— La Diosa Luna.

Así es Levy. —abro mi boca pero ella levanta una mano para que me detenga.— No importa, como lo sé. Tengo algo importante que decirte. Se avecinan malos momentos en tu vida, tienes que resistir o Gajeel morirá contigo.

No quiero eso. —mis lágrimas se hacen presentes.

Lo sé, Levy. Cuida del alfa.

Abro mis ojos al sentir un líquido sobre mi cabeza. Sacudo mi cabeza salpicando el agua que cae sobre mi.

—Se acabó la siesta. —de nuevo esa odiosa voz. Lo miro con todo el odio que hay en mi.— Me gusta esa mirada, veremos cuanto te dura.

Me fijo que en sus manos trae unas velas y un encendedor. Las velas apenas tienen cera. Enciende las velas y empieza a colocarlas por mi cuerpo. En cada mano con mis brazos extendidos, en cada uno de mis muslos, en mi vientre y por último en mi pecho.

—La llama derretirá la cera y quemará tu piel. Luego la llama se extinguirá gracias a la cera. O puedes elegir soltar las velas de tus manos y morir quemada. El suelo está cubierto por alfombras así que no se apagará. Vendré a verte más tarde, te hedejado un reloj enfrente.

Sale sin más. Mejor así, le hubiera tirado la vela a la cabeza.

Pasan varias horas, hasta que la cera se derrite y comienza a quemar mi piel. Grito por el dolor insoportable de las quemaduras. Como si hubiera oído mis gritos Rogue entra en la estancia con una sonrisa en la cara.

—¿Aún sigues consciente? —dice con fastidio.— Voy a tener que esforzarme más.

Se acerca a la pared de donde cuelgan sus utensilios de tortura, agarrando un látigo. Esto va a doler. Vuelve hacia mi, quita la cuerda alrededor de mis muñecas. En ese momento me bajo de la camilla y corro hacia la puerta, arrancando la intravenosa de mi brazo. Siento una cuerda en mi cuello que me impide respirar, me doy cuenta que es el látigo con lo que me estrangula.

—Así que aún tienes fuerzas para luchar... —susurra en mi oído.— Vamos a cambiar eso

Siento como mi cabeza impacta contra la pared. La inconsciencia se apodera de mi cuerpo.

Abro mis ojos, pero una molestia en mis ojos hace que los vuelva a cerrar. Llevo mis manos atadas a mis ojos solo consigo rozar con las puntas de mis dedos un trapo sobre mis ojos. Me cuesta respirar y siento como mi torso, ahora completamente desnudo, esta apoyado contra una superficie blanda. Con mi mano izquierda toco lo que me impide el movimientos en mi mano derecha. Esposas.

—Espero que estés cómoda, vas a pasar mucho tiempo así. —la voz de Rogue se escucha detrás de mi. Intento girarme, algo me lo impide. Más esposas. No solo eso es lo que noto, estoy completamente desnuda.– Me estás dando una buena vista, lo dejaremos para más tarde. Empieza tu tortura diaria.

(Comienzo de la escena sádica)

Deja caer el látigo sobre mi espalda haciéndome gritar, en seguida noto como mi piel se abre y un líquido caliente corre por mi espalda. Mi espalda se llena de heridas y pasa a mis piernas. Mi respiración está descompensada. El dolor se vuelve másintenso cuando pasa las yemas de sus dedos por mis heridas.

(Fin de la escena sádica)

—¿Sabes? Los licántropos marcamos a nuestra pareja en la primera vez que tenemos sexo con nuestra mate. O con la persona que no queremos que se le acerqué nadie. Impregnamos nuestro olor en esa persona... —sus dedos se mueven por mi espalda, mi cuerpo tiembla.

—¿Por qué me... c-cuentas esto? —mi voz falla por el miedo.

—¿Qué pasaría si tuviéramos sexo y te marcará? ¿Gajeel te perdonaría? —su mano da un azote en mi trasero.

—Por favor no... —estiro desesperadamente de las esposas haciéndome daño.

—Por supuesto que sí, en cuanto Gajeel se dé cuenta estará más débil. Será más fácil matarlo. —cuando escucho la última frase, el dolor incesante que he aprendido a ignorar se hace más fuerte que nunca.

(Comienzo de escena sádica)

Escucho que algo cae al suelo, no quiero pensar que sean sus pantalones. Mi cuerpo se pone rígido, intento estirar de las esposas. Siento como la cama se hunde entre mis piernas. Lloro, suplico pero nada lo detiene.

Introduce su miembro en mi, un dolor en mi intimidad me hace gritar. Lágrimas salen de mis ojos mientras Él se mueve dentro de mi. Mi garganta se queja de tanto gritar mientras él solo suelta unos ruidos asquerosos de satisfacción. Sus labios se posan en mi cuello sin parar de moverse, en seguida subo los hombros para no darle accedo. Su mano se cierra contra mi cabello, girando mi cabeza hacia un lado dándole completo accedo a mi cuello. Sus colmillos se clavan en mi cuello, una sustancia caliente recorre mi cuerpo.

Sus movimientos comienzan a ser más violentos y más fuertes. Grito con fuerza rezando que alguien me despierte de esta pesadilla. Su sustancia caliente se esparce en el interior de mi intimidad. Mi cuerpo tiembla cuando sale de mi. Las fuerzas me fallan, mis oídos pitan y mi cabeza cae de forma abrupta contra la cama.

(Fin de la escena sádica)

El trapo de mis ojos cae sobre la cama. Mantengo mis ojos cerrados, asustada ante la persona que se encuentra en la habitación. En mi cabeza solo aparece el nombre de otra persona.

Lo siento Gajeel.

★★★★★★★★★★★★★★
¡Hola mis queridos lectores!

¿Qué tal el capítulo? No voy a preguntar si les gustó porque sucedió algo terrible, quiero dejar claro que no estoy a favor de estas conductas. Pero necesitaba algo para que marcará la vida de Levy.

Nos leemos el domingo.

Saludos y besos de Noa-chan.

La luna del alfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora