Capitulo 9

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Albus casi se cae de la silla cuando su hermano se sentó junto a el. 

Así es, el famoso y bromista James Sirius Potter, aquel que le prometió una tormentosa víspera de Navidad, días después de que a Albus le asignaran, el psicólogo muggle al que asistía en ese momento, fobia social, que jamas dejaría que los vean en publico juntos, sobre todo en Hogwarts, por lo que podrían llegar a decir. James Potter no solía ser de los que se arrepienten con mucha frecuencia, ni mucho menos es probable que venga a pedirle perdón por aquella vez que lo llamo marica y lo empujo delante de un pasillo atestado de alumnos. 

No, seguramente Lily o Harry le pidieron que me de una noticia y a el no le quedaba nada mas que hacerlo en persona, aunque, una malvada e inquieta voz susurro en su cabeza, pudo haberte enviado una carta o a algunos de esos clones a los que su hermano llamaba amigos. 

En realidad, resulto que Albus se devano los sesos para nada, ya que ninguna de las posibilidades que considero se trataba de la razón por la que su hermano se haya acercado desde la mesa Gryffindor para hablarle; se podría decir, incluso, que eran las ultimas palabras que habría esperado que saliesen de la boca de su hermano:

--Estas en un trabajo como Scorpius Malfoy, ¿No?--alce las cejas. Mi cara se puso completamente roja y mis manos sudaron, pero procure mantener el control. No es nadie desconocido, es solo James, mi hermano. Suspire, intentando relajarme sin mucho éxito, antes de asentir. Solo entonces note que la mesa de Slytherin nos miraba, sin un solo alumno que no se perdiera la conversación y, en cuanto mis ojos se cruzaron con unos grises, volví a perder los estribos.

Mi hermano pregunto algo mas, aunque no logre escucharlo. Me tuve que tomar varios minutos para relajarme, antes de conseguir articular un tembloroso y miedoso "¿Q-qu-que?".

James puso los ojos en blanco con impaciencia y repitió, casi con rudeza;--¿Te ha dicho algo sobre el partido de Quidditch de este sabado? 

Se me ocurrió responder algo así como "¿Y a mi que me importa el Quidditch?" pero lo único que hice fue soltar incoherencias. ¿Menciono Scorpius el partido en algún momento? No. Al menos, no lo creo; estaba demasiado ocupado admirando los preciosos que eran sus ojos bajos los cristales de aquellas extrañas gafas como para prestarle atención a algo mas.

 Me puse aun mas nervioso y sudoroso que antes y James termino hartándose de mi, alejándose a su mesa sin dejar de murmurar sobre lo estúpido que era, dejándome solo con los nuevos problemas que se me presentaban.

(...)

La segunda sorpresa del día me la lleve cuando Scorpius Malfoy me tomo del brazo a la hora de salida de Defensa, cuando todos se encontraban saliendo de manera descontrolada o guardando sus útiles. 

Me encogí, casi pudiendo ver las miradas que el profesor y los pocos alumnos que aun quedaban nos dirigían. Procure sacudir el brazo con bastante potencia hasta que fue liberado, aunque me sentí realmente culpable cuando el retiro la mano con un gesto adolorido. 

--¿Todo bien?--pregunto, aunque mis instintos me decían que no estaba allí para saber cual era mi estado de animo. Habíamos acordado la próxima reunión en la biblioteca, así que tampoco podía tratarse de ello. Solo me quedaba una opción; James. Sin esperar respuesta de mi parte, Scorpius añadió--, escucha, quería hablarte de James--asentí con la cabeza, deseando tener la confianza suficiente, no con el, sino conmigo mismo, como para poner los ojos en blanco y enviarlos a los dos por donde vinieron--. Escuche lo que te dijo hoy en el Gran Comedor.

--Si--dije, por que el parecía estar esperando una respuesta mía y yo no sabia que mas decir.

--Bueno--hizo una mueca, como si no encontrara las palabras adecuadas--, escucha. Yo realmente creo que podemos llegar a ser...compañeros. Pero no me sentiré muy seguro a tu alrededor si andas contando todo lo que digo a James.

En parte, me sentí lo suficiente ofendido como para alejarme unos pasos, pero, por otro lado, lo entendí perfectamente. A mi tampoco me gustaría estar con alguien que solo quiere mi compañía para luego venderle secretos al bando opuesto. Aunque nadie quiere mi compañía, ni siquiera para saber mis secretos, ni a mi tampoco me gustaría estar con nadie, así que digamos que jamas sabre que es lo que se siente, aunque tengo una que otra idea. 

--Y-yo no...--me señale a mi mismo y sacudí la cabeza, como dando a entender que yo jamas seria capaz. 

Scorpius me sonrió un poco, antes de asentir y salir del salón.

Scorpius me sonrió un poco, antes de asentir y salir del salón

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No hay razón-- SCORBUSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora