Capitulo 15

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Desperté el lunes con la imagen de Albus Potter en la cabeza, la misma imagen que me había perseguido la noche anterior hasta la una de la mañana, que es cuando, obligándome a apartar aquellos pensamientos sobre el chico de mi mente, pude finalmente conciliar el sueño. 

Me senté al borde de la cama, observando a mis compañeros de habitación despertarse entre gruñidos y maldiciones. Algunos de ellos saltaban fuera de la cama tan pronto oían el despertador; otros, tardaban algunos minutos mas, murmurando incoherencias y limpiándose la saliva que manchaba su rostro, la cual habrá de haber caído durante la noche. Observar el jaleo le hiso pensar en como seria Albus al despertarse, ¿Seria de aquellas personas a quienes les cuesta mucho despertar y pasan minutos en la cama antes de darse cuenta de que era tarde y solo entonces salían corriendo? No lo creo. Puede que no conociese mucho a Albus, pero a simple vista podía notar lo organizado que este era y, ademas, siempre llevaba la ropa en perfectas condiciones, sin siquiera una pelusa encima y perfectamente planchada, lo cual te daba a entender que se levanto hace horas. Scorpius creía, no, estaba seguro de que Albus es de ese 10% que se levanta a las seis de la mañana, prepara su ropa con sumo cuidado y prepara todo lo que llevara en la maleta aquel día. Scorpius, por su parte, estaba entre medio de ambos: no es como si se despertara dos horas antes y preparara sus cosas para que todo estuviera a la perfección, pero tampoco se levantaba tarde, por lo cual era raro que haya despertado tan solo veinte minutos antes de la hora del desayuno ya que su despertador estaba programado para sonar una hora antes. Ayer debía de estar tan cansado que ni siquiera escucho el despertador por la mañana y ahora debía de apresurarse si no quería llegar tarde.

Sacudió la cabeza, borrando a Albus de sus pensamientos como por décima vez ese fin de semana, y, aprovechando que el baño se encontraba, milagrosamente, libre, tomo su ropa y entro en este a velocidad de un rayo. Se vistió con cuidado, procurando que la túnica no se arrugase y luego peino su cabello con suaves toques del cepillo, ya que este era lo suficientemente lacio como para no necesitar mas de dos cepilladas. Luego, lavo sus dientes y su rostro, mirándose unos segundos al espejo antes de salir del baño para poder calzarse, ignorando el alboroto que se formaba habitualmente a causa de sus compañeros, algunos de los cuales seguían durmiendo. Tomo su maleta (la cual, gracias a Merlín, había preparado la noche anterior) y salio de su habitación.  

Sus pies se congelaron al salir al pasillo. Un poco mas allá, la puerta de la izquierda se había abierto y por esta había salido Albus, con su túnica bien colocada, la corbata ajustada y el cabello desordenado, aunque dándole un aspecto (oh, diablos, Scorpius juraba que se estaba sonrojando de tan solo pensarlo) sexy. 

Antes de que siquiera lo pensase, ya se encontraba gritando, con mas emoción filtrándose en su voz de la que le hubiera gustado;

--¡Albus!

Este se sobresalto tanto que dejo caer la maleta que llevaba en la mano. Scorpius rió, sintiendo una extraña sensación cálida en el pecho. Pero que tierno podía llegar a ser el chico a veces. Se acerco a paso lento, sin dejar de sonreír, y levanto la mochila del suelo. Albus tendió la mano, pareciendo un tomate debido a lo rojo que se había puesto, pero Scorpius no le dio la mochila, sino que la colgó sobre su hombro, junto a la suya. Debía de parecer ridículo, se dijo, pero aquel pensamiento se le borro tan pronto los ojos de Albus brillaron curiosos junto con una emoción que Scorpius no identifico. 

--Buenos días--saludo, sonrojándose. Era una suerte que no hubiese nadie mas por allí, por que Albus seria el único que vería al príncipe de Slytherin sonrojado--. ¿Como has amanecido?

Albus se convirtió en un manojo de nervios y tartamudeo una respuesta inteligible, pero que Scorpius tomo como un "Buen día a ti también. Amanecí bien, gracias".

--¿Te gustaría que bajáramos juntos a desayunar?--y allí estaba otra vez; su boca soltaba las palabras antes de que su cerebro pudiese siquiera procesarlas. Por una parte se maldijo interiormente y deseo que Albus negara la petición, pero ese pensamiento se desvaneció en cuanto el chico dijo que si con un asentimiento de cabeza, mas rojo que nunca. Scorpius se sentía, raro, como feliz. Le sonrió, antes de comenzar a bajar las escaleras. La mochila de Albus era increíblemente liviana, así que rechazo con un gesto de cabeza cuando Albus, tomándose su tiempo para formular las palabras, pregunto si quería que tomase su maleta. Ambos salieron de la sala común, donde fueron despedidos por miradas curiosas de alumnos de cursos superiores, en silencio, uno mas nervioso que el otro. 

Scorpius entro primero al Gran Comedor y se detuvo unos segundos para analizar su entorno. Rose, Jackson y los demás se encontraban sentados en la mesa, en el sitio que acostumbraban utilizar. Todos parecían estar esperándole, y así lo confirmo cuando Jackson levanto la vista hacia el y agito la mano en su dirección, sin notar, aparentemente, que Scorpius cargaba dos mochilas en su hombro. En cualquier otro momento hubiera ido hacia ellos sin miramientos, pero esta vez se detuvo en seco y se volteo hacia donde estaba Albus, que tenia la cabeza baja y evitaba mirar al grupo de mis amigos, quienes ya habían notado su presencia, tanto como la segunda mochila en mi hombro. 

Miro de reojo a su grupo, quienes le devolvieron la mirada con el ceño fruncido. Sintió un tirón en el hombro y solo entonces noto que Albus intentaba quitarle suavemente la mochila, como si prediciera lo que Scorpius estaba pensando. 

El chico no parecía sorprendido, decepcionado, ni triste por lo que estaba a punto de ser un rechazo de Scorpius a sentarse con el, mas bien parecía estar cansado, como si fuera un episodio que viviera diariamente, como si se le hiciera habitual que las personas pasasen de el como si no existiera. El remordimiento comenzó a nacer en la boca del estomago y Scorpius se mordió el labio; se había prometido tratar bien a Albus después de lo que James le había echo y abandonarlo a la primera no parecía ser la mejor forma de lograrlo. 

--No--dijo, sonriendole nuevamente y reafirmando la maleta sobre su hombros--. Venga, vamos a buscar un lugar, nos queda poco tiempo para desayunar. 

Albus se sonrojo y comenzó a tartamudear, mas nervioso que nunca, pero Scorpius lo tomo suavemente del antebrazo y lo guió a través de la mesa de Slytherin (donde las personas los señalaban y susurraban, aunque Scorpius los ignoraba lo mas posible), y ambos se sentaron en la punta de esta, donde se encontraba casi vacia. 

Scorpius se sirvió huevos y algo de tocino, como si fuera un día normal en su rutina. Se estaba llevando un tenedor a la boca cuando noto que Albus no se había servido nada. En su lugar, el chico tenia la cabeza baja y las orejas extremadamente rojas. Se inclino hacia el, olvidándose de el bocado que estaba a punto de llevarse a la boca y dejando caer el tenedor, el cual tintineo contra el plato durante nos segundos antes de quedarse inmóvil.

--¿No vas a comer nada?

Albus levanto un poco la mirada para echar un vistazo a su alrededor, donde algunas personas todavía se encontraban mirándoles, antes de negar con la cabeza suavemente. Scorpius apretó los puños, deseando ponerse de pie y poder gritar a todo el mundo que volviera a sus malditos asuntos, pero se limito a sonreirle tristemente y susurrar;

--Solo es gente que mira, Albus, nada mas que eso.

--E-ellos...--el chico tomo aire y sus ojos verdes se posaron sobre los de Scorpius--. N-no d-d-debe-ri-rías e-e-es...--volvió a tomar aire, pero se mantuvo callado.

--¿...Estar aquí?--finalizo Scorpius, mirándolo con atención. Albus se sonrojo apenado y asintió con la cabeza; el no solo estaba preocupado por la atención, sino que también le preocupaba como saldría parado Scorpius de esta. Eso le pareció tan tierno y trajo una sensación tan agradable a su pecho que se olvido de todos aquellos que les prestaban atención y se inclino aun mas al chico: nadie nunca se había preocupado por el de aquella manera--. ¿A quien le importa que nos miren? Pueden hacerlo si así quieren, pero no cambiara el echo de que quiera sentarme contigo. 

Albus suspiro como complacido, aunque Scorpius supuso que solo lo había imaginado. 

Holaaa

¿Que les parecio?

¡Espero que les haya gustado mucho!

Estaba pensando, para que interactuemos un poco más, ¿Les gustaría dejar sus preguntas con respecto a mí o a la historia en los comentarios? O podría darles consejos, en caso de que así quieran. Estaría bueno hacer un capítulo sobre ello y conocernos más
Gracias♡

No hay razón-- SCORBUSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora